La gastronomía siempre ha ido de la mano de la actividad turística y, en los últimos años se han visto aún más unidos, en gran parte debido a la búsqueda de un reconocimiento, identidad y promoción de la gastronomía típica de las distintas regiones, aunado al incremento del interés hacia los platillos y la convivencia con las comunidades por parte de los turistas, lo que ha llevado a que las personas realicen un tipo de turismo denominado “turismo gastronómico”: la Organización Mundial del Turismo (OMT), lo define como “un tipo de actividad turística que se caracteriza porque el viajero experimente durante su viaje, actividades y productos relacionados con la gastronomía del lugar”.
Un ejemplo de esta situación podría ser el aumento de recorridos y maridajes por parte de los viñedos a lo largo del mundo o los recorridos gastronómicos hechos por ciertas regiones, en las cuales se busca, no solo dar a conocer los platillos típicos de éstas, sino que busca una interacción más directa entre los turistas y los locales, a través de su comida más emblemática.
Así mismo, este tipo de turismo busca compartir la cultura y tradiciones que envuelven a su región y busca hacerlo a través de los sabores que convergen en sus platillos y que, combinan años de tradición y técnicas que, vuelven a cada uno, único, y hacen que degustarlos sea una experiencia que va mucho más allá del simple hecho de probar algún tipo de comida, sino que se vuelve una experiencia multisensorial.
Dentro de este contexto podemos pensar que México puede aprovechar mejor este tipo de turismo, debido a que cuenta, no solo con una amplia gastronomía, sino que además ésta está llena de tradición y cultura variada de acuerdo a la región en que nos encontremos. Prueba de esta multiculturalidad y diversidad es que, la gastronomía mexicana ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (2010), pues, como se mencionó antes, la cocina mexicana no solo cuenta con una variedad amplia de ingredientes, sino que además está rodeada de técnicas ancestrales y tradiciones que han sido heredadas de generación en generación y que forman parte de la cultura de cada una de las regiones que la conforman.
Dicho esto, podemos considerar que el turismo gastronómico es una herramienta que debería desarrollarse más en la búsqueda por atraer turistas, tanto nacionales como internacionales pues, aunque ya han comenzado algunos destinos a ofrecer este tipo de turismo, como lo hace Ensenada con sus visitas a los viñedos y Tequila con sus visitas a las destilerías, en ambos casos, ofreciendo algún tipo de degustación, no es suficiente para mostrar todo el potencial de la cocina típica de sus estados.
Lugares como Oaxaca, con sus moles; Puebla, con sus chiles en nogada; Yucatán, con la cochinita Pibil; por mencionar solo algunos, son destinos que están llenos de historia y cultura que van muy de la mano de la gastronomía de la región, debido a que algunos de ellos utilizan técnicas de sus antepasados (caso de la cochinita pibil) o bien, derivaron de algún acontecimiento histórico (caso de los chiles en nogada). Estos ejemplos son muestra clara de la gran oportunidad que tiene México para poder desarrollar un turismo gastronómico que permita al turista conocer nuestra cultura a través de la comida y logre tener una conexión más directa con las comunidades que visita.
Por esta razón, es imprescindible mayor comunicación y participación tanto del gobierno como de la iniciativa privada, para poder colaborar con cocineras tradicionales y gente de la región y así promover sus platillos típicos y las tradiciones que los envuelven. Resulta de suma importancia, de igual modo, una mayor investigación del turismo gastronómico, para poder generar mayor comprensión y de este modo aplicarlo de manera más asertiva, logrando expresar la grandeza de nuestra cocina y la calidez con que su gente la prepara y la comparte.
* Complementa este artículo leyendo: «Las rutas gastronómicas de México«
Referencias
Organización Mundial del Turismo y Basque Culinary Center (2019), Guía para el desarrollo del turismo gastronómico, OMT, Madrid,