Muchos estamos desesperados, queremos regresar ya a nuestra actividad del turismo. El pasado fin de semana no fue la excepción para algunas ciudades que se brincaron muchos de los protocolos con tal de abrir sus puertas, como fue el caso en restaurantes, antros y bares.
Los despidos en el sector turístico no son ficción, las ofertas, rebajas y grandes descuentos ya suenan en los destinos con tal de asegurar ventas de supervivencia.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro sector tan lastimado?
En una encuesta a expertos de la OMT realizada en mayo del 2020, la mayoría cree que la demanda turística se recuperará entre julio y septiembre en el segmento doméstico, mientras que el internacional se prevé para el 2021.
No es casualidad, pues los destinos tienen que alistarse para dejar todo en orden, limpio y además transmitir esa seguridad al viajar.
Lo primero y más duro es la aceptación de una crisis y ese es uno de los procesos más complicados. Pero con esto, seremos conscientes de nuestra realidad y sobre cómo podemos actuar en ella.
Lo segundo es prepararnos para cuando ese momento de relanzar nuestros servicios se reactiven. No tiene que ser novedad el implementar los protocolos, ya debemos de estarlo haciendo.
Si eres un agente de viajes, crea experiencias innovadoras y atractivas, ahora hay tiempo para hacerlo y podrás ajustarlo conforme se acerque el momento de lanzarlo.
Si estás en un Pueblo Mágico, participa en tu Comité e intenten encontrar soluciones en conjunto. En estos tiempos, es completamente válido hacer lluvia de ideas, trabajo en equipo y no actuar aislados.
Intenta trabajar en conjunto con tus autoridades pero desde la fuerza colectiva, para generar iniciativas y respuestas.
Si eres productor o artesano local, aprende sobre estrategia digital, acércate a alguien que te pueda ayudar para colocar tus productos en anaqueles de la web.
Por otro lado, cuando esto comience, intenta viajar local para reactivar la economía, en tu propio país encontrarás sitios inesperados e impresionantes.
El productor local y el destino tiene la responsabilidad de ponerse al nivel de la demanda. Con calidad en el servicio, capacitación, innovación, seguridad, higiene y por supuesto, la mejor calidez y cultura turística para recibir al visitante.