Me es un poco preocupante cada vez que escucho discursos políticos, de gerentes de empresas, académicos, estudiantes, representantes de grupos conservacionistas, guías turísticos, medios de comunicación entre muchos otros actores relacionados directa e indirectamente con el ámbito turístico referirse a esta actividad como «industria». Y aunque por muchos lamentables y penosos ejemplos en donde la naturaleza ha sido claramente usada, saqueada, explotada y manufacturada al antojo del ser humano para su “aprovechamiento turístico” (acá si podríamos debatir sobre si es o no industria) lo cierto del caso es que estoy seguro que la manera en como muchos se refieren a la «industria turística» o «industria sin chimeneas» (para referirse a modalidades como el ecoturismo) no lo están haciendo necesariamente en un sentido crítico, y esto me mueve a plantear esta aclaración necesaria, tomando como referente a dos de los pocos que se han atrevido a hacerla como son los maestros Roberto Boullón y Antonio Torrejón.
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Resultados inquietantes
Al realizar una búsqueda simple en Google sobre el término «Industria turística», realmente asombra la gran cantidad de entradas que es posible encontrar (2.100.000), desde agencias de viajes, noticieros, slogans, planes estratégicos, cursos y cientos de opciones más. Algunos ejemplos:
- Noticias de Industria turística
- La sostenibilidad clave de la industria turística
- Los retos de la industria turística 4.0
- Definición Industria turística
- Curso sobre el desarrollo de la industria turística
- Soluciones TIC para la industria turística
Si dirigimos una búsqueda más específica orientada a las de bases de datos sobre publicaciones científicas utilizando Science Direct (noviembre ,2019), por medio de las palabras clave: «Tourism Industry» los resultados son llamativos:
- Arroja un total de 13.365 resultados entre artículos científicos, capítulos de libros, comunicaciones cortas, revisiones de libros entre otras modalidades de publicación.
- 2019 es el año donde más se ha publicado con respecto a este tema, un total de 1.102 publicaciones.
Lo anterior nos muestra que al parecer no es muy común el cuestionamiento sobre si el turismo es industria o no, cada uno de ustedes puede comprobarlo citando brevemente en algún buscador en la web.
Es muy común en los discursos políticos e incluso en las academias referirse a la descripción tornada slogan de la «Industria sin Chimeneas» («smooke-free» industry) para nombrar al «ecoturismo» como una modalidad turística con el mínimo de impacto negativo (desearía pensar que es un sentido metafórico, pero al ver contendidos de discursos y textos me entero que la situación es más grave de lo pensado). Y bueno, es acá donde da comienzo una cadena de errores que quisiera aclarar en esta publicación con la finalidad de que podamos reflexionar en torno a esto.
El turismo no es una industria: aclaración: Colin Clark (1940) (Citado por Boullón, 2006) propone una clasificación para reducir los sectores de la economía en 3 grandes grupos: 1-Primario, 2-Secundario, 3-Terciario. Vamos a describir algunas de sus principales características:
- Primario: abarca las actividades que se ocupan de la producción de materias primas, tomándolas de la superficie de la tierra, o extrayéndolas de sus entrañas, como sucede con la minería; o bien explotando las capacidades y energías propias de nuestro planeta para obtener productos naturales como es el caso de las actividades agropecuarias (Boullón, 2006). Las cinco principales actividades primarias son agricultura, ganadería, pesca, minería y explotación forestal. Astudillo (2012) lo conceptualiza como las actividades económicas que están relacionadas con la obtención de productos procedentes del mar, la tierra o el aire.
- Secundario: utiliza o aprovecha los productos generados en el sector primario, con la finalidad de generar otros bienes. Es el sector de la economía que comprende las industrias manufactureras y otras actividades similares: construcción, generación de energía (Astudillo, 2012).
- Terciario: incluye todas aquellas actividades relacionadas con los servicios (producción de servicios), los cuales en cierta medida son indispensables (en nuestra actualidad) para llevar a cabo actividades de tipo primarias y secundarias. Astudillo (2012) cita como ejemplos el comercio, la educación, la salud, la banca, las finanzas, el transporte, las comunicaciones, así como los servicios sociales y personales.
Veamos un ejemplo para comprender mejor esto de los sectores de la economía con algo que tanto me gusta como es el café:
Juan siembra café en su finca, por lo tanto esta es una actividad de tipo primario (agricultura). Juan decide vender parte de su cosecha a una empresa que posee una marca de café para que esta lo manufacture y lo venda en el mercado nacional (actividad secundaria: transformar el producto primario en manufacturas). Por último, la empresa que compró y manufacturó el café producido por Juan debe contratar una empresa para transportar el café hasta los puntos de venta, es decir la empresa de transporte y sus empleados se encargan de realizar una actividad de tipo terciaria.
Como resultado de las buenas prácticas ambientales que Juan lleva a cabo en su finca fue considerado para ser uno de los eslabones de un itinerario turístico de una agencia de turismo, cada tres días Juan lleva a cabo un “Coffee Tour” donde le muestra a los turistas el proceso de recolección y procesado del café para finalmente culminar con una degustación del producto. El transporte de los turistas así como el tour guiado llevado a cabo por Juan son servicios que se le brindan al turista, en ningún momento hay transformación de bienes como sí lo hace la industria.
¿Qué sucede con el turismo?, ¿Por qué no es actividad primaria?
Aunque el turismo utiliza los atractivos naturales, no los extrae (como la minería) ni los produce (como la agricultura); por lo tanto, el turismo no «explota» los atractivos naturales, sólo los «usa», a través de las visitas que hacen los viajeros para disfrutar de las curiosidades de la naturaleza (Boullón, 2006). De hecho el turismo está categorizado como uno de los servicios ecosistémicos de tipo cultural, es decir su aprovechamiento es intangible, no consuntivo.
¿Por qué el turismo no es una actividad secundaria?
Si el aprovechamiento del recurso natural se lleva a cabo de una manera intangible, es decir no hay apropiación, posesión como tal, no podríamos pensar en su manufactura. Boullón (2006) aclara que para poder clasificarlo dentro del sector primario este debería ser producto ya sea de la industria o de la construcción, y ante esto aclara lo siguiente: el hecho de que el edificio de un hospital haya sido producido a través del sector de la construcción no debe inferirse de ello que el ejercicio de la medicina pertenece al sector secundario, es obvio, y nadie lo discute, que deba clasificarse como un servicio, es decir como una actividad del sector terciario. Aplicando el mismo razonamiento al turismo nos damos cuenta que si bien utiliza hoteles, restaurantes y agencias de viajes; ello tampoco significa que lo que ahí se realiza sea el producto de las empresas que se ocuparon de construir los edificios donde funcionan (Boullón, 2006).
Aporta Torrejón (2015): La industria transforma bienes, el turismo no.
Queda más que claro, las razones del por qué el turismo es una actividad del sector terciario, donde se llevan a cabo actividades comerciales y de servicios, donde se hace uso de bienes producidos tanto por el sector primario como secundario.
Diferencias entre Turismo e Industria
Torrejón (2015) quien ha sido uno de los detractores del llamar industria al turismo en su disertación: El Turismo no es una Industria – Diferencias entre Turismo e Industria hace mención a 18 puntos que diferencian la industria del turismo
- El producto turístico no se puede tocar antes de comprarlo, el industrial sí.
- El producto turístico no tiene características tangibles, el industrial sí.
- El producto turístico está en la imaginación del cliente, el industrial no.
- El producto turístico depende de las multi atenciones, el industrial no.
- El producto turístico depende del personal en contacto, el industrial no.
- El producto turístico depende del entorno, el industrial no.
- El producto turístico depende del tiempo meteorológico, el industrial no.
- El producto turístico no tiene post-venta, el industrial sí.
- El producto turístico no se puede almacenar (no tiene stocks), el industrial sí.
- El producto turístico depende de los otros clientes, el industrial no
- En el producto turístico no se puede precontrolar, en el industrial sí.
- El producto turístico es estacional, el industrial no.
- El producto turístico depende de la seguridad ciudadana, el industrial no.
- El producto turístico depende de los atractivos naturales, el industrial no.
- El producto turístico depende del medio ambiente, el industrial no.
- El producto turístico depende de la variedad y calidad del ocio, el industrial no.
- El producto turístico depende de la amplitud de horarios, el industrial no.
- El producto turístico se fabrica y sirve conjuntamente, el industrial no.
Fuera del tono metafórico con el que muchos llaman al turismo en su sentido amplio «Industria sin Chimeneas», estamos ante un claro error que se propaga en todas direcciones en el ámbito turístico, de marketing, educativo y político.
Para cerrar, Boullón (2006) concluye que:
(…) el turismo es una forma de consumir, algo así como un canal al que confluye una demanda especial de muchos tipos de bienes y servicios elaborados por otros sectores, más el consumo de algunos servicios especialmente diseñados para satisfacer necesidades propias de los viajeros. Por tanto, el turismo pertenece al sector terciario, y no al secundario, como debería ser para que se le pudiera catalogar como perteneciente a la industria.
- Aclaración: No confundir entre la opinión presentada en esta publicación y el Turismo Industrial como modalidad turística que implica visitas a empresas y al patrimonio histórico industrial, sobre la cual podremos hablar en otra ocasión.
Bibliografía:
- Boullón, C. (2006). Planificación del espacio turístico. 4a ed. México: Trillas, 245 p.
- Astudillo M. (2012). Fundamentos de Economía. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Económicas: Probooks, 192 p.
- Torrejón, A. (2017). El Turismo no es una Industria – Diferencias entre Turismo e Industria. Centro Cultural General San Martín.