Hace 3 meses cuando el virus, que me resisto a nombrar para no darle más fama de la que tiene, irrumpió en nuestras vidas, primero estaba lejos, luego en un país vecino y finalmente entre nosotros. Pasamos de mirarlo por las noticias a tener que usar guantes, mascarillas, gel, distanciamiento social y aislamiento masivo en menos de lo que canta un gallo.
Y como buenos animales de costumbre que somos, y sobrevivientes natos, tendríamos que saber que la supuesta “nueva normalidad” es la misma normalidad anormal de antes, pero con el agregado de los tapabocas, el distanciamiento mal llamado social, ya que en la práctica la distancia social por estratos sociales existe desde que se inventó el mundo.
Ni las guerras mundiales, ni las catástrofes nucleares, ni el virus de la corona, han podido acabar con ellas ,por tanto, es mejor llamarlo, distanciamiento de prevención, porque tampoco es de seguridad, porque la seguridad no existe.
Lamento informarles amigues (amigos/as) que la primer seguridad que tenemos en la vida es que nos vamos a morir. La única certeza real, todo lo demás va cambiando a lo largo de la vida tantas veces como las cepas del “virus innombrable” .
Por tanto, ahora que estamos tan obsesionados por la seguridad, y a cada metro estamos paranoicos con el temor en el cuerpo si nos vamos a contagiar o no, no debemos encerrarnos en nuestra propia cárcel, ni en el autismo de los medios de comunicación, principalmente redes sociales, que están llenas de gurúes que nos prometen el oro y el moro(*), sino salir, y hacer vida normal, respetando las normas, que es la forma de respetarnos a nosotros mismos y a los demás.
Hecha esta pequeña introducción, haciendo entrevistas para mi programa Málaga es Mundial, y haciendo imágenes de la nueva realidad del turismo, voy a describirles que acabo de descubrir un paraíso terrenal, será por eso que después de la pandemia, viene la calma, y precisamente la he descubierto, en una tierra de dónde partieron los descubridores, Huelva.
Una de las mejores playas, Mazagón, en un país que puede presumir de playas espectaculares, como es España.
Las tiene de todos los colores, en distintos mares y hasta en distintos idiomas, como las Islas Cies Gallegas, la Zurriola en el País Vasco, Aiguadolç, en Sitges, Platja del Saler en Valencia, y a partir de ahora,en mi top 5, Playa del Arenosillo en Mazagón, que peazo de playa quillo !!!(en Andalú), qué playa maravillosa (en español) .
Enormes dimensiones de arena fina, con colores que van desde el ocre brillante, el amarillo cálido, o el rojizo bermellón. Con atardeceres de ensueño, que por la calma, la quietud y el desestres que se disfruta, hacen que el tiempo quede detenido.
En el medio de un enclave único para los amantes de la naturaleza, con varias playas vírgenes a las que se accede por serpenteantes caminos rodeados de pinos y piedras veteadas en colores claros cortadas a cuchillo, con una silueta de 9 kilómetros de playa. Y sus arenas con todas las gamas de anaranjado claro . Y, además, con el mar templado, ya que recibe corrientes cálidas que dejan sus aguas cristalinas a la temperatura ideal, una obra de arte en toda regla!!!. Si hay un lugar que hay que conocer este verano, ese es en la Costa de la Luz Onubense, y se llama Mazagón.
Agradecimientos: Sr. Francisco Baluffo Ávila, Concejal de Turismo y Promoción Exterior de Huelva y Diego F. Péez Barroso, Gte. Ccial del Hotel Martín Alonso Pinzón que hicieron posible este reportaje.
(*)(Este dicho nace en Jerez, en el año 1420, cuando varios caballeros del lugar tomaron prisioneros a algunos moros importantes, pidiendo un rescate por ellos, produciéndose una disputa por su liberación, con el Rey Juan II en la que se acuñó esta famosa frase, que el rey quería quedarse con el oro … y con el moro.