Ampliamente se sabe que solicitar información para adquirir un producto o servicio, requiere invertir a veces mucho tiempo, ya que se buscará siempre adquirir la mejor calidad al mejor precio, y es que, ¿quién no quiere eso?
Para el cliente potencial resulta muy sencillo el proceso de estar comparando precios con las diferentes marcas y establecimientos que proveen de aquello que se quiere adquirir. Además, hoy en día, se tiene el acceso ágil a cualquier información que se puede adquirir en páginas web y redes sociales. Obviamente no ha habido tecnología alguna que sea capaz de brindar una atención personalizada y explayada que reemplace la atención que proporcionan los ejecutivos de venta, y es en ese instante en el que los posibles clientes se detienen a solicitar información de hasta el más mínimo detalle para poder convencerse de adquirir sus bienes.
Después de este preámbulo, se direcciona el sentido hacia las agencias de viajes y, como se menciona en cada artículo, la experiencia obtenida en el medio, ha dado partida a que se puedan ejemplificar algunos de los errores más comunes que las personas cometen al solicitar el costo de un servicio de viaje, aquellos pequeños detalles que pueden convertirse en una gran barrera de comunicación entre el agente de viajes y el cliente y que incluso pueden llegar a entorpecer el proceso de atención.
Índice
Querer saber precios sin tener la idea de una fecha de viaje
Es el error más común, las personas tenemos tendencia a la curiosidad, somos curiosos por naturaleza. Sin embargo, si no se tienen una fecha estimada de viaje, será imposible compartir una cotización, ya que los servicios se costean bajo demanda, lo que propicia el dinamismo de tarifas que cambian cada segundo.
“-Recomiéndeme entonces una fecha”
Es una de las expresiones más cotidianas que las personas dicen cuando no tienen idea de lo que están solicitando, a partir de este punto, los agentes expertos se dan cuenta que es una persona que difícilmente podrá convertirse en cliente ya que, al no tener una idea centrada de lo que quiere, le es indiferente el precio de los servicios, pues no comprará y se cataloga como alguien que solo está “curioseando”.
Querer reservar un viaje para una fecha futura de más de un año
Es decir, a inicios de 2022, solicitar un viaje para finales/mediados de 2023 en adelante. Aunque hay muchas campañas que lanzan preventas con cierto tiempo de anticipación, no todos los servicios estarán disponibles, así que difícilmente se podrá hacer una reservación para tanto tiempo a futuro. Lo ideal es contar con aproximadamente 6 meses de anticipación para reservar servicios en cualquier temporada.
Creer que los menores de edad no pagan nada
Casos específicos en menores de 12 años, cuando los hoteles ofrecen menores gratis. Recapitulando el artículo La realidad sobre las promociones de viajes en el Buen Fin, se debe recordar que aunque los hoteles ofrezcan los menores gratis, si se contrata boleto de avión, este sí se deberá pagar completo como adulto. Solo los infantes de hasta 1 año y 11 meses, no pagan el vuelo, en algunos casos, solo los impuestos.
Solicitar servicios «buenos, bonitos y baratos»
La expresión cliché por excelencia: evidentemente siempre se busca complacer estas tres palabras al hacer compras de bienes y servicios, pero es indispensable hacer un alto y apegarse más a la realidad de las situaciones. El servicio de lujo, cuesta, no es barato; pagar por exclusividad siempre conlleva invertir más. Se debe de estimar un presupuesto específico y responder primero internamente: ¿Cuánto estoy dispuesto a pagar?
Considerar el costo proporcionado como costo fijo
Retomando el tema de las tarifas dinámicas en los servicios de viaje, se hace hincapié en que ninguna tarifa se puede respetar, ni la disponibilidad, por lo que se recomienda tomar una decisión para hacer su reservación lo antes posible sin perder mucho tiempo.
Creer que la agencia de viajes es la responsable de los cambios involuntarios de los proveedores de servicios turísticos
Se ha hablado de ello en repetidas ocasiones, la agencia no se encarga de hacer cancelaciones involuntarias ni modificaciones de servicios, puesto que se rige de lo que los proveedores finales realizan; la agencia solo funge como intermediaria y le brindará el soporte a los clientes apegado a los procesos de los proveedores involucrados.
Habiendo informado lo anterior, se crea la necesidad de poder crear un poco de conciencia hacia los posibles clientes viajeros que de pronto tengan la necesidad de solicitar información en una agencia de viajes a tener en cuenta estos puntos que, parecieran muy sencillos, pero que si no se cuenta con un enfoque determinado, podría irrumpir el proceso de comunicación que afecte la perspectiva del servicio lo cual sería muy poco objetivo.