Desde que se empezaron a dictar medidas se cierre y bloqueos en todos los países, quedó claro que la cadena turística tendría el golpe más fuerte. Para nadie es un secreto y creo que ya estamos mentalmente agotados de oírlo.
Si sumamos lo anterior al baldazo de agua fría de la digitalización, el empresario de la cadena turística tendría un doble reto: sobrevivir en una economía agresiva y trasladar todo su staff a plataformas digitales. No nos digamos mentiras, unos tienen mayor ventaja que otros.
Sin embargo, esta industria siempre ha tenido que vivir en proceso de adaptación a nuevas tecnologías, de hecho pensar en el turismo implica pensar en experiencias y en la digitalización de las mismas. Es en ese momento donde nos enfrentamos a ese gran interrogante de «¿cómo voy a hacerlo?». Miremos algunos datos interesantes:
Según Pepijn Rijvers, Director de Marketing de Booking.com: “Con avances tecnológicos, un mundo cada vez más conectado y un apetito cada vez mayor de los consumidores por lograr las mejores experiencias de viaje, debemos estar preparados para los avances innovadores, llevando los viajes a niveles inexplorados.”
La digitalización se convirtió en el “mañana lo hago” de los empresarios, y ese mañana les tumbó la puerta y les hizo tragar entero términos que no eran ni por cerca conocidos en su vocabulario.
Según Trekk Soft, para el mes de diciembre del 2018, 4,156,932,140 eran usuarios de Internet en el mundo, cifra que es igual a la mitad de la población total del planeta.
En ese orden de ideas, podemos reconocer de manera clara porqué dichas estadísticas afectan el 90% de la industria, ya que solo el 57% de las reservas se realizan por internet (Statistic Brain, 2018), con 148,3 millones de reservas de viajes en 2018 (Trekk Soft, 2018).
Estudiando cuidadosamente el mercado de EE.UU., EMarketer reveló que los viajes digitales generaron $149.6 mil millones de dólares en ingresos en 2018 y se superó los $218 mil millones en 2019.
Por último, en un reciente informe de Adobe Digital Insights, se descubrió que el 41% de los negocios y el 60% de los viajes de placer se realizan en línea, independientemente de las generaciones de personas que reserven alojamiento a través de estos canales (Springer, 2018).
Estas estadísticas son suficientes para explicar la progresiva búsqueda de marketing digital, más que en cualquier instante posterior de 2019. Para los hoteles, esta demanda es indispensable, ya que Internet impulsa la mayoría de las reservas.
¿Podrá entonces el empresario turístico dar un paso la digitalización?, ¡Claro que sí!, y no solo eso, podrá reconstruir su negocio para brindar una mejor atención desde el primer instante en que el cliente decida visitar o comprar su servicio.
Para ello y mientras tanto, quiero dar las siguientes recomendaciones:
- No solo ofrezca su producto por vender: Es un error muy común, el hecho de ofrecer no garantiza la venta. Enamore al turista de su destino, dígale qué va a vivir, qué va a sentir, muéstrele lo que él está buscando: una experiencia única en su tipo que usted le puede ofrecer. Dele la posibilidad de cumplir su sueño y luego le dice cuánto vale su sueño.
- Alimente las ganas de su cliente: Si alguien nos preguntó alguna vez por un destino o un servicio, infórmele sobre temas relacionados sobre aquello que solicitó. Esto no solo lo hará ver como un profesional en su servicio, sino que además creará un proceso de recordación en el cliente y usted será el primero en quien piense si desea viajar.
- No le mate la esperanza al cliente: El turista está desesperado por salir, no le mate el sueño de tomar piña colada en la playa, de probar esa comida y de no verse en un avión. Muéstrele que usted trabaja para él, muestre que implementa su protocolo, muestre que no se ha rendido, transmita inspiración a su cliente.
Aún el futuro es incierto, a pesar de las ventas bajas, el mantener nuestro público es esencial, prepararnos para la competencia que se acerca es necesario para poder tener un faro en una tormenta de promociones y ventas que vendrán. ¿La clave? La fidelización de su cliente digital.
¿Estaba el turismo preparado para la digitalización?, No, pero como a lo largo de la historia turística se ha demostrado puede hacerlo, no solo por su economía sino también por el reto que la implica y que no es capaz de rechazar.