El pasado mes de octubre mi madre se decidió por fin a visitarme en mi nuevo hogar, esta vez me encuentro en Holanda, así que fui a buscarla con mucha emoción al aeropuerto de Amsterdam y como somos las dos fans del queso, le propuse visitar Gouda y ella feliz aceptó.
Nada más aterrizar su vuelo en la ciudad nos dirigimos al sur en coche, dirección a Gouda, casi 43 kilómetros de carretera nos separaban de nuestro destino, mientras duraba el viaje, el paisaje lleno de molinos de vientos decoraban nuestra ruta.
Al llegar al centro vimos como los canales cruzaban la ciudad, los pequeños barcos, las típicas casas holandesas, muchas sin cortinas por tradición religiosa nos hacían sentirnos más curiosas para continuar con nuestra visita. Las calles de adoquines bien cuidadas y toda la decoración de las flores, hacia que nos sintiéramos en una ciudad de cuento.
Decidimos empezar nuestra visita entrando a una tienda… como no… de quesos, ya que Gouda es una ciudad conocida internacionalmente por su queso, el famoso Holland Gouda, exquisito y lleno de variedades y sabores, encontramos algunos con sabor a trufa, pesto, caviar… miles de sabores, mezclas, olores y una degustación de quesos obligada. Desde allí nos recomendaron hacer una visita al Museo del Queso para completar nuestra ruta, ya que solamente disponíamos de unas horas para visitar la ciudad, pero lo hemos dejado para la próxima vez.
Descubrimos que además del queso, es típico el gofre de miel, las pipas de barro y velas de colores, nos sorprendió que tenían más opciones que una cata de quesos para el turismo. Aunque nuestra sorpresa fue que la ciudad proporciona una gran riqueza arquitectónica. En el centro nos encontramos con la iglesia “Sint-Janskerk” (iglesia de San Juan) de estilo gótico y con 123 metros cuadrados, es la más grande del país, y nos comentaban que es famosa en el mundo entero por sus vidrieras, es patrimonio de la humanidad, lo que hace que sea de obligada visita para los amantes de la cultura clásica.
También visitamos el Ayuntamiento, “Stadhuis” de estilo gótico y uno de los más antiguos del país, parece sacado de un cuento de Disney. Justo allí se hace el mercado del queso y como dato curioso, se realiza una de las más bellas celebraciones y tradiciones navideñas de Holanda, el “Gouda bij Kaarslicht”.
Se trata de la famosa noche a la luz de las velas, nos comentaban los ciudadanos de Gouda que este año se realizará el próximo día 14 de diciembre, es un evento mágico, ya que llevan un árbol natural desde Noruega hacia el centro de Gouda y se encienden las luces de navidad en medio de cantos corales, miles de velas, puestos navideños y artistas. Todo ello hace que la ya conocida capital del queso tenga más atractivos, además del gastronómico para ofrecernos.