La Cooperativa Los Pinos se dedica al café desde hace 37 años y con 98 socios/as sigue unida para implementar el mismo sistema colectivo a su proyecto turístico Vista Lago, nacido como alternativa a la crisis del 2001.
En el año 1980 El Salvador atravesaba uno de sus peores momentos debido a una guerra civil que tuvo por esos años sus etapas más violentas. El Frente Martí de Liberación Nacional (FMLN) representaba el brazo armado de un pueblo cansado de la opresión a la que era sometido por los gobiernos militares y las clases más adineradas del país.
El FMLN crecía en sus filas debido a la adhesión de miles de campesinos de distintas regiones que veían en la guerra revolucionaria la oportunidad para salir de la miseria a la que los terratenientes los empujaban. Atento a esto el gobierno decidió llevar a cabo una Reforma Agraria con el objetivo de debilitar el apoyo popular al FMLN. Esta Reforma le daba la oportunidad a los peones de adueñarse de las tierras que trabajaban siempre y cuando formaran una cooperativa. Así nació Cooperativa Cafetalera Los Pinos.
A partir de este momento cambió rotundamente la vida de campesinos y campesinas de la comunidad El Congo. La Cooperativa llevó luz eléctrica a la comunidad, agua para todas las familias y más adelante construyó casas, escuelas, centros de salud y casas comunales. Servicios que antes sólo eran privilegios del terrateniente.
Al principio se vendía directamente el café uva, es decir la fruta sin ser procesada. En el año 1992 la Cooperativa adquiere un beneficio y se transforma en productora de café. Los servicios y el bienestar seguían aumentando en la comunidad hasta que en 2001 cae estrepitosamente el precio del café y junto a la roya (enfermedad que devastó muchos cultivos) generaron una crisis que sacudió fuertemente la estabilidad de la Cooperativa. Como respuesta a esto, decide encaminarse hacia una nueva alternativa económica: el turismo.
Con ayuda estatal la Cooperativa inauguró en el 2009 su restaurante Vista Lago y comenzó a realizar excursiones del restaurante al borde del Lago Coatepeque. Más tarde se inaugurarían tres cabañas y luego tres más. De esta forma la actividad turística se convirtió en gran aliada para sacar adelante a más de 90 familias que conforman la cooperativa, así como a toda la comunidad, ya que también se ve beneficiada por el emprendimiento turístico colectivo Vista Lago.
Hoy en día el turismo genera empleo no sólo para socios y socias, sino también para muchos hijos e hijas de socios. Se necesitan meseros, cocineros, recepcionistas, guías, guardias de seguridad y otros puestos administrativos para los servicios de alojamiento, comida y excursiones que se ofrecen. Además los alimentos necesarios para la cocina se obtienen de las mismas huertas que tiene la cooperativa y si no, se compran a pequeños productores de la misma comunidad.
“Dicen que la unión hace la fuerza y por eso nosotros seguimos soñando”, afirma Reyna – una de las guías – en el tour hacia el Lago. Evidentemente no hay razón por la cual Cooperativa Los Pinos no siga soñando en desarrollar sus posibilidades. Han sacado a su propia comunidad de la miseria y han logrado una admirable administración colectiva de trabajo y auto sostenibilidad.
Las tierras, el restaurante, las cabañas… no son propiedad privada de nadie. Son de todos y todas. Porque tienen bien claro que juntos es como se puede y se debe continuar, porque les duele que algún socio o miembro de la comunidad la pase mal, porque saben lo que es la solidaridad… Cooperativa Los Pinos, y su proyecto turístico Vista Lago, no es ninguna fantasía. Es un caso real que sigue remando en el Lago Coatepeque y demuestra con su ejemplo al mundo que un desarrollo más justo se puede alcanzar.
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