Punta del Este (Uruguay) es un destino turístico con una estacionalidad muy centrada en los meses del verano. En la década de los ochenta y noventa, la temporada alta abarcaba los meses de diciembre, enero y febrero pero con las crisis económicas, sociales y políticas que han tenido nuestros vecinos de Brasil y Argentina, las temporadas se han ido acortando cada vez más hasta reducirse a 15 días en un lapso aproximado que va desde las fiestas tradicionales hasta la segunda semana de enero.
Es por esta nueva realidad, que para lograr ampliar la temporada a todo el año, debemos salir a buscar al turista. Tanto el gobierno como las empresas acudimos a ferias internacionales y hacemos eventos relacionales para motivar e incentivar a los viajeros a visitar nuestro balneario en cualquier época del año.
Nuestro hotel en particular, tiene un departamento que se encarga del desarrollo de nuevos clientes. Estamos presentes con oficinas en Buenos Aires y San Pablo, donde nuestros gerentes y ejecutivos visitan a nuestros clientes en sus propios lugares de residencia, estableciendo una relación de acercamiento y fidelidad, a tal punto, que incluso en plena pandemia, fueron nuestros clientes quienes tomaron la iniciativa de contactar a nuestros botones, choferes, recepcionistas y el resto del personal del hotel para saludarlos, interesarse por su situación personal y laboral, y expresar el deseo de volver a visitarnos. Muchos de ellos ya están vacunados, y dispuestos a hacerse los test de Covid pero siempre nos encontramos con la barrera de la cuarentena ya que manifiestan no querer pasar 7 días encerrados en una habitación de hotel, lo cual es lógico y entendible.
Yo misma he pasado por la experiencia ante el llamado por el viaje de quinceañeras de mi hija, de escucharme, ante mi sorpresa, argumentando que no estaba dispuesta a dejar que viaje tan lejos para estar encerrada en una habitación hasta cumplir con la cuarentena.
Entonces me pregunto: quién tiene más riesgo de contagio, si una persona que viaja del extranjero, vacunada y con las pruebas de los test negativos o un turista local que está vacunado, y cumple con todos los protocolos, pero no se ha hecho los test para garantizar que es negativo.
La cuarentena, entendida como método para disminuir contagios, es a su vez, un palo en la rueda para la reactivación del turismo. ¿Es realmente tan imperioso ese confinamiento cuando nos estamos jugando la entrada al país de esos viajeros?
Como es sabido, la ansiada apertura de fronteras no depende de los hoteleros, entonces la única solución que nos queda es convivir con el virus y gestionarlo en vez de tratar de combatirlo.
Todos los organismos involucrados están trabajando y haciendo su mayor esfuerzo para reactivar la industria hotelera.
En Uruguay tenemos una aplicación para celulares que se llama Coronavirus UY y te permite saber en tiempo real si estás cerca de una persona infectada, la cantidad de contagios que hay actualmente en el país y el riesgo que tienes de contagio. En ella se tiene toda la información actualizada acerca de la enfermedad en Uruguay, y de cómo prevenir y protegerse. Emite alertas que avisan sobre una posible exposición al virus, e inmediatamente se recibe asesoramiento, seguimiento y atención. También permite realizar la declaración jurada obligatoria del estado sanitario de la persona para ingresar a Uruguay.
Adicionalmente, la OMT y la IATA hicieron un Rastreador de Destinos, súper completo para saber todo sobre el lugar al que vas a visitar. Los gobiernos informan sobre los requisitos de COVID-19 para viajar y las medidas vigentes en el destino. La herramienta, proporciona información sobre las tasas de infección, de positividad y despliegue de vacunación por destino/país, los requisitos de prueba y de cuarentena, las medidas de cada destino, incluidos los requisitos generales de salud y seguridad, como el uso de mascarillas, el tránsito por un país, si hay horas donde se implementa un toque de queda y las regulaciones relacionadas con restaurantes y atracciones varias. Están trabajando además en el pasaporte sanitario. Se están atando todos los cabos sueltos para garantizar un viaje seguro y confiable; entonces lo único que nos queda por resolver es el tema de la cuarentena y que alguien con todo el poder de decisión y conocimiento de causa pero sobretodo con sentido común, sea capaz de responder objetivamente si es necesario realmente confinar a un turista 7 días en una habitación.
En Uruguay ya estamos en el camino, puesto que la última semana se abrió parcialmente la frontera a personas con residencia en el país y si cumplen con ciertos requisitos no se les exige la cuarentena.
Cuando las fronteras se abran tendremos tres opciones de turistas, los que ya tuvieron Coronavirus, los vacunados y los que vienen con el test negativo.
Se calcula que más allá del alcance de la vacuna por país, hay un 30% de la población mundial que no estará vacunada por decisión personal. ¿Qué haremos con ellos?, ¿Los descartamos como turistas?, ¡¿No viajaran nunca más?!”
Estamos lejos de lograr la inmunidad de rebaño, así que es hora de gestionar el virus en vez de tratar de erradicarlo. Para impulsar el reinicio del turismo, debemos promover una mayor colaboración público-privada analizando las opciones, elaborando un manual con el modo de actuar, llegar a un acuerdo entre gobiernos, definir la forma de comunicarlo y ejecutarlo. Tenemos que saber qué hacer y cómo proceder en el futuro con las nuevas crisis, elaborando un código ético de atención al turista en pandemia.
La prioridad debería ser ponerse al frente de la pandemia y sacar al turista de su casa. Demostrar que estamos preparados. Enfatizar la limpieza en nuestras instalaciones, probando que somos el lugar más limpio y seguro por los protocolos que utilizamos y las precauciones que tomamos.
El sector turístico ha estado haciendo su trabajo, investigando, informándose y capacitándose para asegurarle al viajero que estará más seguro en nuestras instalaciones que quizás en su propia casa, de lo contrario, ¿qué sentido tendría que abandone su zona de confort que es su hogar?
Si no logramos seducir a los turistas a viajar, presentándoles información clara, con una oferta honesta y garantizando su bienestar; ¿cómo podrá sobrevivir la industria del turismo?
La mayor incertidumbre de esta pandemia es que no se percibe el final. Tenemos que hallar un equilibrio entre la recuperación económica y la salud.
Nuestro mayor reto en esta crisis es restaurar la confianza en viajar y garantizar la salud de nuestros huéspedes. En eso estamos como empresa y como trabajadores de esta industria sin chimeneas. Con estos artículos que son ideas, fuerza para un intercambio que nos debemos como colectivo.