En 1991, nació la Denominación de Origen (D.O) de Cigales, en las provincias de Valladolid y Palencia, para potenciar los vinos de la región. Años más tarde, la Ruta de enoturismo del Vino de Cigales se ha consolidado como un destino espectacular para descubrir sus diferentes vinos en las bodegas de la zona, sobre todo los rosados o claretes, típicos de la comarca y conocidos mundialmente. La Ruta ofrece, además, numerosas opciones turísticas como visitar iglesias, castillos (Fuensaldaña, Trigueros del Valle…), admirar paisajes (como el Canal de Castilla o el Valle del Pisuerga), degustar la gastronomía, practicar senderismo (en las GR, rutas de gran recorrido), cicloturismo o conocer pueblos castellanos.
La Ruta del vino de Cigales abarca doce localidades, entre las que encontramos Valoria la Buena, Trigueros del Valle, Corcos, Fuensaldaña o Cigales, siendo ésta última, en cierto modo, el epicentro de la comarca por varios motivos. Por un lado, alberga un elevado número de bodegas (8), teniendo, además, la más antigua de la D.O, la Bodega Cooperativa de Cigales, nacida en 1957, que da nombre precisamente a la Ruta. Por otro, organiza importantes manifestaciones promovidas desde su oficina de Turismo, en la Plaza de Lagunajo, como la Fiesta de La Vendimia en septiembre, el Concurso de Pinchos profesional o jornadas gastronómicas en las que pueden llegar a estar presentes 17 bodegas de la D.O. de Cigales. Pero Cigales, situada a 12 kilómetros de Valladolid,, bien vale una visita, sobre todo, por su imponente y majestuosa Iglesia de Santiago Apostol, llamada popularmente la Catedral del Vino, que nos retrotrae a un pasado histórico de esplendor, donde descubrimos- y aquí viene la sorpresa- que México, y en concreto, la ciudad de Guadalajara (en el estado de Jalisco) tienen mucho que ver con la existencia de este templo. Tanto es así que, hoy en día, la pequeña Cigales, con 5.000 habitantes está hermanada con la gran Guadalajara, que cuenta con 1,45 millones.
La Iglesia de Cigales, una de las primeras renacentistas de España, comienza a construirse en 1535, por el arquitecto de las catedrales de Salamanca y Segovia, Rodrigo Gil de Ontañón (maestro cantero de Juan de Herrera, el artífice del Monasterio del Escorial). Su fachada será la misma que la futura catedral de Valladolid, construida por Juan de Herrera.
Cigales es entonces una población importante, con 400 habitantes y nada menos que 350 bodegas que sustentan la economía local con el vino. La capital de la Corona de Castilla está en Valladolid y el arzobispado más importante es el de Palencia. El clarete (rosado) de Cigales se convierte en el vino oficial de ambas instituciones.
Sin embargo, cuando la Corte es desplazada a Madrid, esta prosperidad desaparece y la iglesia queda inacabada por falta de fondos. Aquí, entra en juego un personaje que va a ser clave en la historia de Cigales, de su iglesia y de las relaciones hispano-mexicanas. Se trata de Fray Antonio Alcalde y Barriga (1701-1792), nacido en Cigales y fraile dominico, que a los 71 años es nombrado obispo de Guadalajara y Yucatán. Desde allí, enviará oro y plata a España para terminar la iglesia, que será acabada en 1772. Pero Fray Antonio Alcalde, que vivirá hasta una edad avanzada, falleciendo en México, desde donde nunca retornó a su tierra, se convierte en un humanista íntegro y admirable que invertiría la riqueza conseguida, también, en México. Desarrolló la urbanización de muchas zonas, fundó el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, creó en Guadalajara el primer hospital público gratuito y la primera universidad, también pública y gratuita de México, donde, de hecho, existen actualmente unas cátedras de Cigales y de Fray Antonio Alcalde. Nuestro cigaleño se convierte, así, en un personaje fundamental y admirado a ambas orillas del Atlántico, siendo en Guadalajara, prácticamente el personaje histórico más relevante. Desde la avenida principal que lleva su nombre a numerosas plazas, estatuas o el monumento en su homenaje en el jardín botánico…
Cigales también rinde homenaje a este gran humanista con una escultura al lado de la entrada de su iglesia, regalo del Hospital Civil de Guadalajara, en 1992, en la que vemos a Fray Antonio junto a un símbolo azteca-el dios de la lluvia y el de la tierra que recuerda al vino de Cigales- y a un dibujo del agave, la planta del tequila (Jalisco es la única zona de todo México con D.O. de tequila). Además, en 2011, el pintor muralista, escultor y escritor mexicano Martín de la Torre Vega «Martorrev» pintó en Cigales varias obras plásticas que representan el hermanamiento entre la localidad de Cigales y la mexicana de Guadalajara. La más importante se encuentra en la casa de cultura de Cigales representando a Fray Antonio Alcalde como eje de la obra y Cigales y Guadalajara a través de sus obras, fundaciones, folklore, historia e importancia del vino con las viñas y el tequila con la planta del agave y las burbujas del tequila.
Actualmente, al estar hermanadas las dos localidades, una delegación de Jalisco acude anualmente a la Fiesta de la Vendimia, a la que ha llegado a venir la embajadora de México en España, Roberta Lajous y el gobernador de Jalisco.
Llamada popular y cariñosamente la Catedral del Vino (no lo es técnicamente), por su esplendor vitivinícola, es el elemento histórico-artístico más importante de Cigales y un punto clave en la Ruta del Vino. Con 50 metros de altura, se pueden divisar, desde arriba, las catedrales de Palencia y Valladolid y en otro sentido, desde paisajes como los Cortados de San Martín de Valvení, al otro lado del Pisuerga en la D.O. de Cigales, se divisa majestuosa la Iglesia.
Si la Catedral del Vino es bella por fuera, el interior no desmerece y además, nos trae, de nuevo, un guiño al “romance” hispano-mexicano. El retablo mayor, del XVI, fue creado por el taller escultórico de uno de los artistas más sobresalientes de Valladolid, Gregorio Fernández, que junto a Juan de Juni, conforman lo mejor de la escultura castellana, presente en el Museo de Escultura de Valladolid. Si el retablo representa en sus laterales a los dominicos, Fray Antonio, aportó algo más. Si bien él nunca regresó, envío a dos muralistas mexicanos que hicieron en el altar una bóveda celeste, llena de colores que en el estilo austero español no se estilaban, en donde destaca un agave, la flor autóctona de Guadalajara.
Desde el turismo de Cigales, se proponen paquetes turísticos en los que se incluyen visitas a la Iglesia de Santiago Apostol (donde también se realizan conciertos o espectáculos teatrales) y a una bodega tradicional del siglo XVI subterránea, muy características de la zona, que ha sido rehabilitada para dar a conocer la cultura del vino de esta localidad. También se incluyen visitas a bodegas de producción.