Si nos fijamos en todas las ciudades que conforman el Valle de Atemajac, vemos cómo una destaca por encima del resto: Guadalajara. Esta perla de la región central de Jalisco constituye el municipio más grande de todo el estado. Con un volumen poblacional de casi un millón y medio de personas -y con 5 en su área metropolitana- ofrece una gran variedad de espacios gastronómicos, turísticos, culturales y de ocio. Como ya hemos hecho otras veces, queremos destacar los puntos más importantes de su itinerario urbano con la finalidad de ofrecer una visita lo más fructífera posible. Empezamos, pues, un viaje que nos invita a perdernos por las calles de una ciudad con casi quinientos años de historia. Muchos de los elementos que han ayudado a configurar la idiosincrasia mexicana aparecieron en esta región; es por eso que esta ciudad presenta muchas de las características arquetípicas de México: mariachis, tequila, gentío en sus calles, paredes policromadas…
Debido a la gran cantidad de elementos patrimoniales e históricos que presenta, es una ciudad turísticamente muy importante. Para empezar a enumerarlos, cabe destacar primero las edificaciones de carácter religioso. Guadalajara tiene en total 24 construcciones de estas características y la más importante es indudablemente la Catedral de Guadalajara.
Este espacio de culto fue erigido entre los años 1561 y 1618 y uno de los elementos que más llama la atención es su estética neoclásica. Es uno de los iconos de la ciudad, y sus dos torres dibujan una silueta muy característica. A lo largo del siglo XIX la ciudad sufrió dos terremotos diferentes que causaron el mismo resultado: la destrucción de sus torres. En el año 1854 se edificaron las que se pueden ver en la actualidad. Su cripta alberga personalidades que van desde el siglo XVI hasta el año 1993, cuando fue sepultado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Cerca de la Catedral se encuentra también el Palacio del Gobierno, un edificio de 1774 y uno de los epicentros administrativos del gobierno estatal. Una foto imprescindible en pleno núcleo histórico.
Otro de los monumentos arquitectónicos más significativos es la popular Glorieta La Minerva. Se trata de una fuente donde encontramos una estatua de la diosa romana, obra del escultor Joaquín Arias. La escultura tiene 8 metros de alto y su fuente adyacente dispone de un total de 74 metros de diámetro. Allí se celebran los triunfos del Chivas, el equipo de fútbol de la ciudad.
Guadalajara también dispone de una gran cantidad de casinos, como es el caso de Twin Lions o Ganesh. Ante la eclosión y el apogeo del casino online, como Betway, estos espacios se han convertido en centros difusores de oferta cultural. Normalmente se celebran actuaciones musicales, gastronómicas y de entretenimiento, un break divertido en vuestra escapada turística.
En relación a los restaurantes, dos de los más recomendables son NATIVO Taller Gastronómico y Anita Li. En sus mesas se pueden degustar platos típicos de la alimentación mexicana desde una óptica moderna y transformadora. Si eres amante de los mercados cubiertos tan típicos de las grandes ciudades, en Guadalajara encontrarás uno de los mejores: el Mercado de San Juan de Dios. Es el más grande de toda Latinoamérica, dispone de tres pisos en total y más de 3,000 puestos diferentes. Y curiosamente, no solo alberga establecimientos gastronómicos, sino que también se pueden encontrar servicios de todo tipo. Los dos primeros niveles presentan productos de alimentación, y el tercero -de creación mucho más reciente- ofrece artículos de moda, tecnología y de importación en general.
Si te gusta el arte, uno de los otros puntos ineludible es el Hospicio Cabañas, una construcción neoclásica que sirvió como orfanato entre 1810 y 1980. Actualmente se pueden ver una gran cantidad de murales de José Clemente Orozco. Es un espacio declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco, muestra de su importancia implícita en escala artística.
El último espacio que queremos destacar antes de finalizar nuestra odisea por la ciudad es el Teatro Degollado. Se trata de un edificio del año 1866 donde se realizan todo tipo de espectáculos relacionados con las artes escénicas: conciertos, danza, recitales… también es la sede de la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Su fachada recuerda los típicos templos griegos y romanos que tantas veces hemos visto representados en todo tipo de soportes. Dispone de 16 columnas arquitrabadas de estilo corintio y una bóveda con frescos que hacen referencia a la Divina Comedia.
Guadalajara es una ciudad de contrastes, un municipio vivo que siempre tiene algo especial que ofrecer. Si deseas conocer uno de los epicentros irradiadores del estilo de vida mexicano, esta es una parada obligada.