Hacia una concepción materialista del turismo II: El materialismo dialéctico como horizonte turístico

Karl Marx, filósofo alemán / Wikipedia

Previamente habíamos tenido oportunidad de discutir el origen histórico del entendimiento científico del Turismo que está irremediablemente ligado con la masificación del fenómeno a raíz de las victorias obreras y la facilidad de la movilidad del siglo XX. En esta ocasión profundizaremos en la propuesta teórica y filosófica desde la cual el Turismo puede construirse a sí mismo sin depender de otras disciplinas y ciencias sociales pero que esto no implique un reduccionismo académico ó niegue otros saberes que puedan ser obtenidos por diferentes métodos.

La teoría de la Concepción Materialista de la Historia (nombrada así por Friedrich Engels) es la contribución teórica que desarrolló Karl Marx durante gran parte del siglo XIX en la cual, lejos de pretender establecer un nuevo mito creacionista del origen de las sociedades ó una teoría general absoluta aplicable a cada comunidad y sociedad histórica como alguna especie de profecía teleológica (con un fin determinado), expresa más bien una serie de determinaciones acerca de la existencia sensible (que podemos percibir y modificar) que se cristaliza en lo material (lo existente) y que se encuentran en interacción permanente en el mundo, pues la materia se encuentra en movimiento y nada existente puede concebirse en reposo absoluto. El pensamiento es también una forma de existencia y no escapa a esa realidad: como materialidad que se desprende de materia específica (el ser humano) es capaz de objetivar conocimientos gracias a la actividad humana, ya sea de manera empírica (por la experiencia sensible: los sentidos y vivencias) ó científica (vía metodológica).

Marx arriba a estas conclusiones y descubre estas categorías en la historia durante el extenso trabajo de investigación que realiza en áreas como la jurisprudencia, la filosofía, las ciencias ilustradas y la economía política. Y son estas consideraciones las que lo alejarían de filósofos importantes en el materialismo y la dialéctica tales como Feurbach ó Hegel respectivamente. 

Finalmente, una vez instaurado el cuerpo de conocimientos, la directriz filosófica y la metodología a utilizar, aterriza su trabajo científico a una síntesis teórica y crítica del modo capitalista de producción y su sociedad burguesa, así como los procesos sociales históricos que dieron pie a la creación del mismo.

Hasta aquí con generalidades de la teoría de Marx, ahora procederemos a ubicar categorías de la misma en el turismo y a explicar brevemente cómo estas conformarían al fenómeno como un objeto de estudio de una ciencia social turística con fundamento marxiano.

El Turismo es una Actividad Humana, como tal se compone de una serie de acciones y esfuerzos aplicados sobre los objetos y los sujetos, también crea relaciones por medio de la comunicación, es decir se realiza (materializa) a través del trabajo vivo (cualquiera que sea la forma del trabajo) que realiza (cristaliza) productos perceptibles que no debemos entender únicamente como mercancías. La diferencia fundamental es que el producto es aquello cristalizado a través del trabajo y la mercancía es lo cristalizado para intercambiarse por otra mercancía ó por la forma más acabada de las mismas: el dinero. La actividad turística cristaliza no solo mercancías como productos y servicios, también genera elementos sociales, culturales, antropológicos, etc., tangibles que escapan a la lógica del mercado y responden más bien a la lógica de las interacciones humanas en el desplazamiento y la recepción. El turismo es motivado y materializado, y en este proceso cristaliza cambios cualitativos que se acumulan cuantitativamente modificando gradualmente una comunidad y su sociedad. 

La actividad humana turística es forzosamente social, por lo que, al igual que en el intercambio de mercancías, siempre requiere de dos individuos para materializarse y esta determinación social de la actividad humana evidencia su carácter como una forma de existencia secundaria, dependiente de una materia específica, en este caso de los individuos agrupados en comunidades y sus interacciones, por ello la sociedad es una materialidad (existencia expresada en cierta materia que depende de otra para realizarse) y como tal es objeto de la investigación científica y de la objetivación de conocimiento, mucho más allá de la simple explicación de sus manifestaciones como fenómeno. Es decir, no solo vamos a entender porqué ocurre un hecho turístico específico sino que se puede desarrollar una teoría capaz de determinar la esencia del turismo como una actividad que se realiza exclusivamente por el ser humano.

Al igual que otras actividades humanas como la política, la economía, etc., el turismo tiene el potencial de integrarse como una disciplina científica y la perspectiva materialista dialéctica nos ofrece la forma en que podemos obtener dicho conocimiento, y puso de manifiesto su éxito al ponerse a prueba en áreas como la economía política, la sociología, antropología, etc. Pero dada la complejidad de las relaciones humanas, los métodos experimentales de las ciencias naturales ó las complejas abstracciones de la filosofía aplicada en las matemáticas, se vuelven insuficientes y poco veraces al retratar en el pensamiento, las verdades que se manifiestan en el mundo de la existencia humana. El método para objetivar las humanidades, y el turismo, tiene que ser capaz de ser una expresión teórica de la existencia que nos es dada a la experiencia sensible, a nuestras vivencias empíricas.

En el caso del turismo, entendiendo su naturaleza social y humana, el modelo debe ser capaz de expresar las causas que originan al desplazamiento turístico, la forma en que se materializa y por supuesto, la cristalización de ese esfuerzo ya sea de manera personal, comunal, social, natural, cultural, etc. 

Cómo había adelantado la entrega pasada, el estimado lector ahora podrá darse cuenta que la filosofía del materialismo dialéctico es totalmente ajena al término coloquial referente al consumo, a las relaciones interesadas y la acumulación de bienes. Podemos notar ahora el alcance y la complejidad del término pero dejamos pendiente el tocar algunas consideraciones muy específicas respecto a la metodología puesto que aquí solo nos adentramos en la directriz filosófica que guía al pensamiento y las categorías teóricas que son el reflejo cognoscitivo en la mente de los científicos sociales sobre la existencia que nos rodea.

Referencias

  • Marx, K. (2008) Contribución a la Crítica de la Economía Política. (J. Tula ed. y trad.). Siglo veintiuno editores. (Original publicado en 1859).
  • Marx, K. (2015) El Capital Vol. 1 El proceso de producción del capital. (P. Scaron ed. y trad.) Titivillus. (Original publicado en 1867).
  • Engels, F. (2014). Anti-Dühring. La revolución de la ciencia por el señor Eugen Dühring (Grupo de Traductores de la Fundación Federico Engels, trad.) Fundación Federico Engels. (Original publicado en 1878).
Andrés De León: 🇲🇽 Egresado de la Escuela Superior de Turismo (IPN) en la Ciudad de México. Investigador del turismo desde la perspectiva del materialismo dialéctico y las ópticas emancipatorias y alternativas en torno al problema del conocimiento y del ejercicio del turismo como actividad humana indispensable para el desarrollo de los individuos.
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