El turismo es una actividad de alta relevancia para nuestros días, pues acapara buena parte de la economía, sobre todo de los países en vías de desarrollo; como toda actividad humana tiene condiciones y riesgos al ejercerla que se tienen que afrontar pero entre todas las condiciones y riesgos que rodean al turismo, existe uno que es el más letal, es el generador de crisis dentro del sector, la disminución de llegada de turistas. La volatilidad del turismo es algo que no se puede controlar, un año pueden llegar por ejemplo 10 millones de turistas y generar una reactivación económica del destino, pero quizás al siguiente año no sean 10 millones de turistas los que lleguen, tal vez sean 8 millones, una disminución que generaría un descontrol económico si el destino dependiera en gran medida de la actividad turística (cualquier parecido a la vida real es mera coincidencia).
Cuando un destino turístico sufre la disminución de turistas hay algunas razones por las cuales pasa esto, pueden ser razones de naturaleza política, económica, social, pero el día de hoy es necesario hablar sobre una que especialmente afecta a mi país, México: la inseguridad.
México es un país mega diverso y extraordinario ya que cuenta con todos los climas existentes en la faz de la tierra, tiene ciudades enteras en las que pareciera que el tiempo no ha pasado durante hace siglos, tiene ciudades industrializadas y modernas que brindan una buena calidad de vida, tiene un pasado prehispánico glorioso que dejó como legado un sin fin de zonas y vestigios arqueológicos, tiene tantas expresiones culturales de tan diferentes regiones que sería imposible catalogarlas, tiene una gastronomía soberbia que deleita hasta el paladar más exigente, pero lo más valioso es la calidez de su gente. Todas estas cualidades hacen de México un país sumamente turístico, pero esto podría cambiar.
Hace pocos días el gobierno de los Estados Unidos publicó la actualización sobre las ciudades y localidades mexicanas que no deben ser visitadas por sus connacionales por considerarlas de alta peligrosidad, el saldo final fue de 31 ciudades, 22 playas y 5 zonas arqueológicas entre las cuales sobre salen destinos turísticos como Cancún, los Cabos, playa del Carmen, Acapulco, Tulum, Palenque y Teotihuacán; no es posible continuar sin antes mencionar que según la Secretaria de Turismo de México (SECTUR) más del 50% del turismo extranjero en México proviene de los Estados Unidos, dato sumamente relevante pues no se sabe a ciencia cierta qué tan fuerte será el golpe para el aparato turístico mexicano; la inseguridad en estas zonas “turísticas” es generada básicamente por problemas entre carteles de la droga a gran escala y a menor escala por fricciones entre narcomenudistas que se disputan las plazas para venderle drogas a los turistas, esto se materializa en homicidios dolosos a plena luz del día en avenidas principales, generando pánico y terror entre los presentes, entre otros actos delictivos. A raíz de estas circunstancias algunos locatarios prefieren cerrar dejando un ambiente desolador. En México no existen las políticas necesarias para atender plenamente este problema que se ha venido acrecentando año con año, el gobierno es incompetente; el que esto afecte la llegada de turistas extranjeros, sobre todo de Estados Unidos pareciera que es el problema en su totalidad pero no es así, la otra parte del problema es lo que sufre la población local.
Históricamente el turismo se ha diseñado para el “confort” del turista, todo gira en torno a él, esto es una forma injusta de entender el turismo porque casi siempre se olvida atender a una parte vital para el desarrollo turístico, un sector casi invisible para los altos mandos: la población local, esa gente vive en el lugar, no como el turista que se va sin llevarse los problemas sociales que hay y que él mismo genera en la población local. El concepto de “seguridad” aplicado en turismo tiene que ser mucho más profundo e incluyente, no sólo nos debe de preocupar el turista.
Para ejemplificar esto podría exponer lo que pasa en Acapulco, la población tiene que soportar los grandes destrozos por parte del grupo de adolescentes llamados “spring breakers”, dichos destrozos y daños casi siempre quedan en impunidad porque en México el turista sobre todo extranjero es intocable y todavía tiene que lidiar con el problema de inseguridad local, el turismo es un agente generador de cambio pero muchas veces ese cambio no es positivo para el mismo anfitrión; la inseguridad es un cáncer que golpea a la sociedad mexicana y por ende a todas sus actividades dentro de las cuales está el turismo.
Cuánto daño le hace a las autoridades mexicanas saber que México es el 8vo país más visitado del mundo porque ese dato estadístico se convierte en un escudo perfecto para encubrir la problemática verdadera dentro del sector, creándose un círculo de autoengaño que hasta nos hace creer que en materia turística somos potencia cuando no podemos cubrir los estándares más básicos de seguridad pública.