Conozco las playas del caribe mexicano desde hace 30 años, y he acudido a ellas prácticamente cada año en este lapso, teniendo especial estima por las de Cancún, Playa del Carmen y Tulum, localidades donde he vivido desde seis meses hasta 6 años en la última etapa.
Durante mis visitas en esos años, he notado cambios abrumadores; sin mencionar la voraz urbanización y densificación masiva de sus territorios con toda la problemática social que ello implica, ente otras, la que más me ha impactado es la perdida y erosión de sus playas.
Recuerdo perfectamente la primera vez que llegue a Playa del Carmen, bajando por la aún angosta y de terracería calle Juárez que desembocaba en la playa cerca del muelle donde se cruza hacia Cozumel, ahora parque fundadores. Mi madre nos llevaba a mi hermano menor y a mí… playas de 50 metros de ancho de arena blanca coronadas por una gama de azules impresionantes del mar y con la isla de las golondrinas como fondo.
Estos recuerdos vienen a mi mente con nostalgia después de ver las devastadores imágenes que hay en este 2019 sobre esa playa específicamente por los efectos del llamado sargazo sin mencionar de las excesivas construcciones sobre las dunas costeras). Debo mencionar que este año no he podido cumplir la cuota de asistir cada año, sin embargo, estuve el año pasado cerca de 9 meses hasta noviembre. Y un par de meses en los tres últimos años que antecedieron y puedo afirmar que el sargazo ya anunciaba su llegada aumentando considerablemente, sin embargo, nadie anticipó que en tal magnitud.
El sargazo es un conjunto de algas marinas que continuamente arriban a las costas del caribe, siempre ha sido así y los interesados lo habían manejado sin problemas; sin embargo, en estos últimos años el arribo de estas algas lo han hecho de manera masiva e intensa al grado de anular la reconocida belleza de las playas del caribe mexicano.
El año pasado tuve la oportunidad de asistir a un foro para escuchar de expertos del tema, foro en el cual se vertieron diversas teorías y opiniones sobre su origen, impacto y soluciones para tratar el fenómeno del sargazo ante el dramático aumento en la cantidad que está llegando a nuestras costas. La mayoría de las teorías sobre el origen tenían un común denominador, el calentamiento global, al parecer este ha generado un acelerado ciclo de vida en estas algas provenientes principalmente de la franja del ecuador sobre el océano atlántico entre el continente africano y el americano que aunado a diversas corrientes marinas terminan encallando en playas mexicanas.
El impacto de este fenómeno es inconmensurable aún, sin embargo, empíricamente podemos calificar como devastadora la afectación al factor paisajístico natural y al ecosistema local, esto por supuesto tiene consecuencias directas a la actividad económica y turística de estos destinos (la cual es principal fuente de ingresos y actividad económica de su población) y que podemos ver reflejados en disminución de visitantes, de su tiempo de estancia, de gasto promedio, en las cancelaciones de reservaciones de hotel y principalmente en la percepción del visitante sobre la belleza y el prestigio de estos destinos mexicanos; por mencionar algunos.
En cuanto a las soluciones, debo decir que es alentadora la cantidad de propuestas tanto operativas como experimentales para su recolección, tratamiento, y disposición final del sargazo, encontrando soluciones factibles tanto técnica como económicamente. El factor de desánimo que encontré fue el que para todas ellas se requiere imperativamente la participación del estado a través de sus diversas instancias de gobierno ya que cualquier esfuerzo individual e inclusive colectivo, será prácticamente nulo ante la magnitud del problema.
Es de todos conocido la inoperancia con la que el gobierno suele conducirse y tal vez es por eso que este problema no se detectó ni atendió a tiempo, no obstante, al día de hoy el problema ha sido detectado, reconocido y hay propuestas sobre la mesa para su tratamiento, sin embargo, el gobierno en todos sus ámbitos de gobierno, hasta el día de hoy sigue siendo omiso y minimizando la amenaza que el sargazo representa para un destino de clase mundial que es el principal generador de divisas turísticas del país, que recibe a la mayor cantidad de visitantes nacionales como internacionales y que cuenta con la marca ícono de México (Cancún) a pesar de haber voces en el senado, en la cámara de diputados, en el congreso e Quintana Roo y en los cabildos quintanarroenses que han manifestado su preocupación al respecto.
Le dejo a grosso modo el proceso que yo realizaría si el gobierno me solicitara apoyo y hubiera plenitud de recursos para combatirlo (cualquier costo bien lo vale):
- Monitoreo de las grandes masas de sargazo con rumbo a nuestras costas.
- Intercepción y contención de estas mediante un sistema de redes y embarcaciones.
- A la par con el problema que ya existe sobre la playa es el retiro intensivo e implacable del sargazo, con la participación de la sociedad, que dicho sea de paso ya lo están haciendo, pero repito el esfuerzo se nulifica ante la magnitud del problema.
- Disponer el sargazo recolectado y convertirlo en materia prima a las diversas iniciativas para su disposición final que son muchas dependiendo del estado del sargazo y entre las que me destacaron son convertirlos en materiales para la construcción, elaboración de desechables biodegradables, alimento para la ganadería, abono para la tierra, elaboración de suelas para calzado, inclusive suplementos alimenticios y platillos gastronómicos.
- Estrategia de comunicación integral durante todo el proceso (las crisis también son capitalizables positivamente).
Considero que éste es un problema relativamente fácil de solucionar, la dificultad es su magnitud para lo cual se requiere la voluntad política de muchos actores públicos y también recursos económicos, muchos. Se acerca un huracán potencialmente peligroso a la península de Yucatán que podría abonar a la causa, dejando limpias las playas debido a la potencia del meteoro, sin embargo, este no debe ser motivo para seguir cruzados de brazos.
Tradicionalmente el sargazo se recolectaba y se enterraba en la arena lo que tenia como efecto la creación y aumento de las dunas; tal vez la madre naturaleza ya se dio cuenta del daño que el humano hace a sus playas y así masivamente esta tratando de recuperarlas.