- Desde la creación de Cancún como polo turístico de México en la década de los 60’s y hasta hoy en día se han visto cambios significativos en la industria turística en lo que respecta al estado de Quintana Roo.
Desde su creación, se propiciaron las condiciones para que además de su éxito, también diera cabida al surgimiento de otros destinos turísticos cercanos a Cancún como Playa del Carmen, Riviera Maya, Costa Maya, Tulum, Cozumel, Isla Mujeres, Holbox entre otros lugares ubicados al sur, que se encuentran dentro del mismo estado y que comienzan a tener auge; pero que con el paso del tiempo y las nuevas tendencias del mercado, aunado las influencias mundiales en cuanto a las variantes económicas y sociales, han orillado a que Cancún y en general el estado, trasladaran más del 80% de su oferta hotelera al sistema del todo incluido en los últimos años, siendo este un factor de discordia entre los diferentes actores sociales y empresariales quienes se pronuncian a favor y en contra del uso de este sistema en el estado.
Es por ello que, ante la negativa de las autoridades y los grandes empresarios por brindar un equilibrio hacia los pequeños y medianos empresarios, surge la pregunta de, ¿Cómo sobrevivir a los efectos del sistema todo incluido en una competencia que pareciera desleal?
Y es que en los últimos años en Quintana Roo han existido épocas de contrapesos, por un lado, las cámaras de restaurantes y pequeños comercios se han pronunciado a favor de regular los sistemas de todo incluido topando el límite de cuartos que oferten este sistema con la finalidad de incentivar a los turistas para que salgan de los grandes complejos en donde pasan la mayor parte de su estancia, para conocer realmente el destino, consumiendo productos locales, consumir en restaurantes fuera de los hoteles, comprando artesanía local, realizando tours, y sobre todo equilibrar la derrama económica en lugar de concentrarla en una sola empresa que en un solo precio, les ofrece hospedaje, comida y entretenimiento.
Sin embargo, en años recientes, los grandes hoteleros pertenecientes al sistema todo incluido han aprovechado también para señalar que, ahora ellos se encuentran en una competencia desleal con el surgimiento de las plataformas digitales que ofertan rentas vacacionales en condo-hoteles, villas, casas o pequeños estudios a través de AirBnb, HomeAway, Booking.com entre otras que ofrecen un servicio sin pagar impuestos (IVA e ISH) tal como lo hacen las grandes cadenas; pero, ante este panorama, las cámaras de restaurantes y pequeños comercios han apoyado estas nuevas formas de hospedaje al argumentar que la gente se ve obligada a consumir en restaurantes o al tener más liquidez para realizar tours ya que no pagan las tarifas elevadas de los resorts que en una misma tarifa les ofrecen hospedaje, comida y entretenimientos ya que, si bien, estas nuevas plataformas digitales no están obligadas a gravar impuestos correspondientes al IVA e ISH debido a que sus domicilios fiscales se encuentran fuera de territorio mexicano y los establecimientos que fungen como alojamientos en estas aplicaciones tampoco están regularizados debido a que simple y sencillamente en su mayoría son casas ubicadas en zonas habitaciones con un uso de suelo distinto al que lo utilizan para la renta de hospedaje y con ello se agrava más el problema tanto para el gobierno con la imposibilidad de poder recaudar dichos impuestos como para las grandes cadenas hoteleras que ven en ello una amenaza de competencia desleal.
Sin embargo, en estricto apego a la lógica, la competencia en las mismas condiciones debería ser sana en cualquier actividad económica existente, con contrapesos claros y diferenciadores para cada competidor, pero, sobre todo, con la voluntad de las autoridades y de todas las partes involucradas para generar las condiciones de competencia justas y el mejor servicio en este caso para el cliente. Y es que no hacen falta excusas para alargar más este tema ya que hay ejemplos en donde ya se está trabajando en regularizar tanto a las rentas vacacionales como el tope máximo de cuartos a ofertar para los todo incluido o en donde ya existe regularización de este tema como en las Islas Baleares de España en donde en Agosto de 2017 entro en vigor la Ley General Turística en la cual se ha fijado un tope de cuartos a ofertar en poco más de 600 mil en toda la comunidad y con la intención de reducirla en el mediano plazo hasta llegar a los 120 mil cuartos en general tanto para grandes resorts como para pequeños hoteles y casas en renta vacacional, sin duda, una ley controvertida por todos los intereses económicos que ha tocado pero con visión al futuro y con el ánimo de equilibrar la oferta y el cuidado al medio ambiente y tan necesaria en un país como España en donde destinos como Barcelona han sobre pasado su carga turística y ya se han registrado campañas en contra de los turistas que visitan ese destino.
En conclusión, topar la oferta de los grandes resorts y regular las rentas vacacionales, no sólo se trata de un capricho de pequeños sectores, sino de una necesidad para cualquier destino turístico comprometido con el desarrollo de la comunidad y el cuidado al medio ambiente.