Algunos prenden el televisor desde la previa, otros hacen largas colas para escoger un buen sitio frente al escenario. Pasan los minutos y se acerca el momento central, tú desde tu casa, algunos en primera fila con banderines y la cara pintada, otros en el restaurante, serenazgo desde su caseta y hasta las personas en el mercado atentas. Un silbido comienza todo, y la redonda se mueve por la cancha.
El fútbol es una pasión que se vive en todos los rincones del país, una fiesta durante la que todos se paralizan. Es un hecho que se trata de un deporte que hace que crucemos al otro lado del mundo y que genera emociones fuertes en todos. Pero, ¿por qué es importante para el peruano o para el país? El fútbol es una parte de nuestra cultura, hace mucho que este deporte dejó de ser una competencia de 11 jugadores por equipo en la cancha y se volvió en todo un país detrás de 23 seleccionados y todo un plantel técnico.
En nuestro país no contamos con la infraestructura para ser anfitriones en torneos de gran magnitud como lo es una Copa América. Pero cuando la selección clasificó al mundial Rusia 2018, Perú parecía ser la sede. Nos hicimos sentir locales con los conocidos “banderazos”, con los estadios retumbando con las barras y el himno, con las calles de Rusia pintadas de rojo y blanco, y quedó registrado según acreditación de la FIFA, que somos la mejor hinchada del mundo. Una vez más, el peruano demostró que unidos y trabajando en equipo se logran cosas impensables que nos cambió un poco el chip a todo. Al peruano no le preocupó endeudarse, comprar solo el pasaje de ida, vender sus pertenencias y dejar todo incluso su trabajo para ir a ver a la selección, y es que así de grande es la euforia por la Blanquirroja.
Puedo reafirmar la importancia que tiene el fútbol en nuestras vidas. Desde influenciarnos de muy niños a sentir euforia cuando se acerca un partido o influenciarnos a seguir esta carrera y aspirar a vernos en la misma cancha que nuestros ídolos. Este sentimiento es incluso una herencia que se transmite de generación en generación y no sólo entre familias sino también diferentes generaciones dentro de un centro de trabajo en donde se puede dar también este intercambio de costumbres.
Nuevamente nos encontramos en la recta final de las clasificatorias al Mundial de Qatar 2022, con el corazón en la garganta y una calculadora en la mano derecha evaluando cuántos puntos nos faltan y cómo se mueven los otros equipos en la tabla. Una vez más con fe de llegar al otro lado del mundo y hacer las calles vibrar. La Blanquirroja deja todo en la cancha, nosotros no dejaremos de alentarla.