En los años 20 del siglo pasado, el polifacético Rudolf Steiner, filósofo austriaco, erudito, educador y artista, y muchas cosas más, creó la agricultura biodinámica. Basada en la creencia de que los astros influyen en la producción agrícola, este tipo de agricultura ecológica considera las granjas como organismos complejos, haciendo hincapié en la interrelación entre suelos, plantas y animales. El todo, concebido como un sistema en equilibrio, que evita el uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas industriales. Pero la agricultura biodinámica se diferencia, sobre todo, de otros tipos de agricultura ecológica en el uso de preparados vegetales y minerales, fertilizantes naturales basados en hierbas medicinales -cuyos preparados repertorió la alemana Maria Thun en su obra “Calendario de agricultura biodinámica”- como aditivos para el compost y aerosoles para el terreno, así como en el seguimiento de un calendario de siembra basado en el movimiento de los astros.
“Para conocer verdaderamente el mundo, mira profundamente dentro de tu propio ser; para conocerte verdaderamente a ti mismo, toma interés real en el mundo”: estas palabras de Rudolf Steiner están profundamente enraizadas en el proyecto de La Dehesa Biodinámica, una iniciativa agroecológica que tiene como objetivo divulgar la esencia de la agricultura biodinámica y la permacultura, reeducando nuestros hábitos. La Dehesa Biodinámica, situada en la Finca de La Donaira, a 30 kilómetros de Ronda, en la provincia de Málaga, en Montecorto, lindando con el pueblecito gaditano de El Gastor, representa un apasionante viaje a la tierra, a las raíces, recorriendo la huerta tradicional, acercándonos a la naturaleza, a la granja y a los animales que equilibran los ecosistemas. La Dehesa Biodinámica posee un paisaje espectacular con la Serranía de Ronda y la Sierra de Grazalema, que hacen de ella un enclave idílico de más de 700 hectáreas de bosque de montaña y tierras de cultivo ecológico en el sur de España. Un entorno privilegiado que, a través de las visitas que se organizan, nos ayudará a entender que existe una forma de vida diferente a la urbana.
La visita que podemos realizar es un ejemplo de turismo de experiencia y de sostenibilidad que pone en relieve todo el trabajo realizado por un gran equipo de especialistas que han sabido recuperar el saber de Steiner o dar a conocernos una experiencia gastronómica, en la que se nos muestra cómo se producen los alimentos orgánicos de la huerta ecológica que luego llegan a nuestros platos o descubrirnos las forma de criar y cuidar a los animales en su hábitat, como los caballos, las gallinas, las vacas pajunas (especie de la zona), las ovejas o las cabras. Todos estos animales se encuentran en libertad, pudiendo interactuar con ellos como es el caso de las cariñosas potrillas, caballos de pura sangre de origen lusitano, cuya doma o “dressage” natural permite este entrañable acercamiento con los humanos.
Durante las tres o cuatro horas que suelen durar las visitas guiadas, el visitante vive una maravillosa y ecológica experiencia de enriquecimiento y aprendizaje, impregnándose del aire campestre, de las sierras, de los bellos paisajes de olivos y alcornoques y sobre todo, de la filosofía del proyecto. Se recorre la Dehesa en 4×4 o en carromato, con Gloria, como cicerone, que nos desvela los secretos de la agricultura biodinámica: cómo se usan los fertilizantes ecológicos naturales a base de plantas medicinales, que van luego a esos alimentos naturales que nos aporta la huerta biológica-porque las plantas, no olvidemos, son selectivas y saben coger el alimento que necesitan-; o cómo se rentabiliza la tierra dejándola que respire, naturalmente, sin forzar los cultivos.
Tenemos que ser conscientes que la agricultura que se ha practicado durante decenios ha dado lugar al agotamiento de suelos naturalmente fértiles, y al abuso de las dosis de fertilizantes minerales y plaguicidas. La consecuencia es el deterioro de los ecosistemas, en algunos casos de forma irreversible. Y, aquí, es donde entra la agricultura biodinámica que pretende luchar contra este deterioro del ecosistema, apostando por la sostenibilidad y, principalmente, por volver a darle vida al suelo y a los alimentos. La visita al huerto y al invernadero es clave en el recorrido para impregnarse de la esencia de este viaje sostenible por la Dehesa porque nos enseñan, de primera mano, cómo se prepara una huerta, cómo crean su propio compost y preparados biodinámicos, qué siembran o qué tipo de cultivos son idóneos para la tierra de la dehesa.
A toda esta agricultura ecológica, se una la cría de animales en libertad y la protección de especies en peligro de extinción como la vaca pajuna con el fin de que equilibren el sistema que poco a poco estamos destruyendo. La conexión con los animales es fundamental en la visita guiada, algo que apasiona a todos y en especial, a los niños. Interactuar con sus caballos, vacas, ovejas y cabras en libertad y poder coger los huevos de las gallinas en su hábitat, hacen que el visitante descubra el papel tan importante que juegan los animales en una granja.
Los caballos lusitanos, unos de los mejores del mundo, ofrecen, además, un espectáculo de entrenamiento de rejoneo que muestra su elegancia. En este ritual diseñado para La Dehesa Biodinámica, la faena reside es admirar cómo este caballo exhibe su fortaleza.
Destacan, entre las actividades realizadas, las catas de aceite de oliva virgen extra, el oro de la tierra, durante las que se explican las virtudes y los orígenes de este manjar, introducido por los fenicios en la Península Ibérica y concretamente en el Sur, que van más allá de lo puramente gastronómico. Este aceite se fabrica en la propia Finca, con variedades de aceitunas como picual, hojiblanca o acebuche. También, se elabora vino ecológico de alto nivel, se siembra heno y se cosechan almendras. Muchos de estos productos están a la venta en la tienda de La Dehesa Biodinámica, desde el aceite, la miel, el vino o los ponchos realizados con la lana de las ovejas de la vecina Sierra de Grazalema…
Las catas, se completan con una experiencia de kilómetro cero, en la que los alimentos van directamente de la huerta o del campo a la mesa, cocinados por los expertos chefs del Hotel de eco retiro de lujo, La Donaira, que se encuentra ubicado en la Finca. Con estas comidas al aire libre, campestres y saludables, se busca deleitar todos los sentidos con los productos más ecológicos de la Dehesa Biodinámica.
Al final de este paseo, uno sale reforzado en la idea de que algo estamos haciendo mal y de la necesidad de cuidar nuestra tierra. Por eso, este turismo de experiencia y sostenible, altamente recomendable y tan original, es un ejemplo de humanización del medio ambiente, un modelo de forma de viajar y de conocer nuestro mundo, con la vista puesta en el futuro. Sin duda alguna, Steiner estaría satisfecho con la Dehesa Biodinámica.
Las Visitas a la Dehesa Biodinámica se pueden contratar en su web. Las visitas guiadas incluyen, algunas, aperitivo y bebidas ecológicas y su duración es de 3 horas aproximadamente. Se suelen hacer grupo de varias personas, en carromato o Toyota. Otras visitas, también guiadas, tienen almuerzo de productos ecológicos de la finca, elaborado por un Chef. Su duración es de 4 horas más o menos.
Existen eventos especiales a medida – para grupos incentivos, bodas, cumpleaños, comidas de empresa, centros educativos, etc. Y, lo que llaman, Domingos en familia, especialmente diseñados para padres con niños. Los niños hasta 3 años no pagan y después, tienen descuentos especiales.
Las visitas guiadas son en español, inglés, alemán, francés y otros idiomas a petición.