A primera hora de la mañana, nos reunimos en la Plaza Catedral del Casco Antiguo, un grupo de personas entre los que había especialistas de la salud, museólogos, trabajadores sociales y representantes de turismo. Los cielos grises que amenazaban con llover, no nos detuvo. Nuestro objetivo era entrar al Museo del Canal Interoceánico de Panamá en donde al terminar nuestro recorrido, íbamos a salir, siendo unas personas con mayor conocimiento.
Fuimos convocados por la Red de Museos y Centros de Visitantes de Panamá (www.redmuseospanama.org) para participar en el “Taller Internacional de Alzheimer y Cultura: Los museos como ambientes terapéuticos y de inclusión”, dictado por la Doctora Teresa Pérez Testor, Coordinadora del Programa de Alzheimer del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), la Doctora Eleonora Muntañola de la Universidad Abierta de Cataluña, Magda Gassó, Directora de Museos de Cataluña y la Doctora Arletty Pinel de Genos Global Consulting.
El día apuntaba a una vivencia experiencial y educativa sin igual en el país. Para entonces, una tormenta con relámpagos nos caía encima y todos apiñados en el gazebo de la plaza, aprovechábamos el tiempo para conocernos y desarrollar un pequeño challenge cultural. En eso estábamos cuando la tormenta se convirtió en una agradable sintonía de gotas diáfanas; entonces procedimos a entrar al Museo del Canal Interoceánico de Panamá con mucha expectativa.
Después de una introducción muy interesante, nos dieron la sorpresa de que tendríamos la participación de un hogar de adultos mayores que viven con Alzheimer. ¡Qué mejor oportunidad de aprender haciendo!
Nos colocamos detrás de la Doctora Teresa, para observar desde la distancia, todo lo que hacia, cómo lo hacia, cómo conectaba con nuestro grupo de visitantes con Alzheimer. Mi cerebro iba a mil por hora y tratada de anotar todo lo que me parecía relevante. Sin embargo, entre un apunte y otro, me perdía mucho de lo que estaba sucediendo. Así que tomé una decisión: vivir la experiencia al completo.
El recorrido con los turistas con Alzheimer es un momento mágico, ya que los transportamos a experiencias vividas por ellos. Los dejamos expresarse libremente, hilvanando entre una plática y otra sus vidas. No se trataba de contarles la historia de las obras y piezas del museo. Se trataba de que ellos relacionaran con las colecciones, algún momento vivido. Aquellos recuerdos que los habían marcado y aun perduran en su subconsciente.
Entre salas, obras y piezas descubrimos que el grupo estaba integrado por la Reina del Carnaval de 1961. En realidad, fue reina en siete ocasiones ese año, incluyendo haber ganado el Reinado del Banano ese mismo año. Las tertulias iban cambiando de tema según avanzábamos en el recorrido. Otra participante, conectó el apellido de un ilustre con un cantante famoso y comenzó a cantar una canción pegajosa – que hasta yo escuché en algún momento de mi vida – y al unísono los visitantes se volvieron un coro animado cantando a todo pulmón. ¡Ay si pudieran vivirlo ustedes mismos!
Mas adelante, mientras contemplábamos una hermosa Pollera (traje típico de Panamá utilizado por las mujeres y con diseños bordados a mano) un grupo de mujeres de la región de Azuero, cuna del folclore panameño y lugar en donde se confeccionan las Polleras, se pusieron a bailar simulando agarrar el faldón de la Pollera y, algunas otras las acompañaban con canciones típicas. En el grupo también participaban hombres y uno de ellos, conocía al dedillo cada pieza náutica que encontramos en el camino.
Para cuando llegamos a la sala del traspaso del Canal entre Estados Unidos y Panamá, la excitación de nuestro grupo de adultos mayores con Alzheimer era incontenible. En esta sala, encontramos un libro que recoge las firmas de los ciudadanos panameños para el plebiscito en que solicitaban el Tratado Torrijos – Carter. Dicho tratado establece la devolución del Canal de Panamá a manos panameñas. Doña Enriqueta, al ver el libro, saltó de alegría y comentó que su firma estaba allí.
Si, Doña Enriqueta, en alguna de esas páginas su firma quedó registrada y así su contribución para la historia del país y su memoria están resguardadas.
Damos las gracias al Museo del Canal Interoceánico de Panamá por abrir sus puertas y permitir que este tipo de talleres se den en sus instalaciones. Además, el museo cuenta con rampas, elevadores y audio guías.