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Cancún es una ciudad turística por excelencia, un destino complejamente aclamado por el turismo nacional e internacional. El segundo destino más visitado en México, posterior a la Ciudad de México. Un vestigio turístico creado para un perfil internacional y que compite con destinos del Caribe y Miami, por ello, es uno de los destinos más visitados año tras año y uno de los sitios que más aportación al PIB le otorgan a México debido a su actividad turística.

No obstante, este destino compuesto por los grandes lujos, los hoteles más codiciados a nivel mundial, las plazas comerciales con las marcas más suntuosas y ostentosas, las marinas, campos de golf, parques temáticos, etc., hacen de este destino, un paraíso en vestigios naturales y un sitio que aclama con complejidad el lujo y la atracción. Cancún recibe en un 80% a turistas de origen extranjero, las cadenas hoteleras viven gracias al turismo internacional, por ello, la calidad de vida es ampliamente mayor debido a la cantidad de divisas que entran en juego en este destino. Las élites sociales poseen grandes propiedades, valuados en miles y millones de dólares con todo lo necesario para satisfacer sus necesidades de autorrealización en la zona hotelera de Cancún, sin embargo, es este destino, un sitio turístico compuesto por grandes cinturones de pobreza en sus periferias, una Ciudad con las diferencias y desniveles de vida económicos, sociales y educativos más grandes de todo el país.

Mientras que en el núcleo turístico de Cancún se desarrolla cada vez más rápido esta actividad, las periferias de esta Ciudad se encuentran mayormente rezagadas, claro ejemplo de ello es el centro de Cancún; un lugar que ha quedado rezagado en cuestión de planificación turística y de la misma entidad cancunense, donde el mismo turismo no ha dejado sus huellas por ser un lugar de pobreza y fuera de las definiciones en que el turismo ha adjudicado a Cancún. Por un lado, el turismo extranjero en Cancún, goza de cada atracción y actividad que forma parte del lujo del mismo, derrochando la moneda sin límites, beneficiando la economía mexicana, mientras que por el otro, de forma alusiva, se encuentran las familias mexicanas y parte de los miembros de las mismas trabajando en el sector en puestos operativos para obtener un salario o sueldo rígido y limitante por una semana, mientras que una familia de turistas internacionales, gastan en una comida en un hotel 5 estrellas lo que la familia mexicana tarda en obtener en 7 días como resultado de su trabajo extenuante. Es un problema de segregación social y aumento del mismo rezago.

Cancún no es realmente la viabilidad económica de  México si cada día provoca mayores divisiones económicas y sociales que desfavorecen a  los residentes locales de la región. Es una catástrofe sin precedentes que requiere un ordenamiento político y correctamente planeado para evitar el acelerado crecimiento de Cancún que desfavorece a los que menos tienen, generando inflación, fuga de inversiones, modificación en la estructura económica, incrementando el valor de la tierra y creando una  competencia intersectorial bajo un espejismo económico.

Es un destino que crece sin medida en adaptación a la moneda extranjera, mientras que para  los cancunenses se torna en un destino turístico segregado del propio territorio poco alcanzable pero añorado, pues a medida que crece el turismo, aumenta la pobreza.

El acelerado crecimiento de la mancha urbana es un ejemplo de segregación entre un Cancún “rico” y un Cancún “pobre”. Los asentamientos humanos han tenido un crecimiento desordenado e inconsciente, aumentando aún más debido a la llegada de los inmigrantes, con un aproximado de 3000 nuevos inmigrantes por mes, con un gran impacto demográfico con una carencia de inversión en la Ciudad de forma transversal. A esto se le denomina un desarrollo polarizado.

En suma de lo anterior, los beneficios que aporta Cancún a México son pródigos y multitudinarios, es un destino que ejemplifica los alcances del desarrollo turístico, sin embargo, el mal manejo turístico y bajo términos imperiosos de planificación, el turismo puede ser el gran depredador de la ciudad en donde surge su desarrollo altisonante.

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Por Daniela Cacho Guevara

Estudiante de Turismo Internacional, entusiasta, emprendedora, amante del mundo equino y del protocolo y etiqueta de todos los temas referentes a alimentos y bebidas, hotelería, gastronomía, vinos e innovación turística. Facilidad de palabra, gusto por la música y escribir.

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