El turismo es una de las industrias más importantes a nivel mundial y cuando hablamos de él, es muy probable que en lo primero que se piense sea en vacaciones, playa, arena o diversión. Más allá del gran número de destinos de relevancia mundial, el turismo genera un aporte gigantesco al Producto Interno Bruto (PIB) de cada país, brindando ganancias para millones de personas.
Sin embargo, lo que no todos toman en cuenta es la importancia que tienen todos los profesionales de esta industria y su indispensable labor, ya que algunas personas suelen pensar o decir que para trabajar en algún hotel, agencia de viajes, o cualquier empresa turística “no se necesita estudiar”, “que es muy fácil”, “cualquiera lo puede hacer”, «que se viaja todo el tiempo”, e incluso puede ser visto desde otras perspectivas como algo “irrelevante”.
La realidad es que, es de suma importancia llevar una formación profesional. No es lo mismo que solo se tome un “curso” o una pequeña “capacitación” por unas horas, algunos días o semanas con un tema relacionado, a llevar todo un proceso en donde durante varios años se vean diferentes materias en específico como Historia, Geografía, Economía, Marketing, Impuestos, Contabilidad, Administración, Hotelería, Alimentos, Bebidas, etc; y por supuesto sin dejar de lado la inversión monetaria que esto implica.
Si ésta profesión fuese tan “fácil” como parece, entonces muchos estarían dispuestos a trabajar en días festivos, saber que a pesar de trabajar en un hermoso lugar de playa no habrá tiempo para ir, que se tendrá más trabajo cuando todos los demás vacacionan o descansan, que no tendrán tiempo para disfrutar fechas especiales con amigos o familiares, que no se tendrá horario de salida, que quizá en más de una ocasión se tendrá que doblar turno, que tendrán que atender más de una cosa a la vez, resolver problemas, atender clientes muy exigentes, y que a pesar de todo lo anterior siempre deberán tener una actitud positiva y una gran sonrisa…¿verdad que no es tan sencillo como parece?
Por estas y muchas razones más, los verdaderos profesionales del turismo estamos ampliamente capacitados y nos sentimos muy comprometidos con desarrollar nuestra labor lo mejor posible. Tenemos la gran responsabilidad de ser los mejores embajadores de nuestros países, generando las mejores y más gratas experiencias para cada uno de los turistas y viajeros. Además de ser quienes desarrollen proyectos sustentables, buscando un equilibrio entre las personas locales, la naturaleza y los turistas.
La actitud de servicio, la hospitalidad, calidez, y sobre todo la facilidad de las relaciones interpersonales, son características que no se cumplen en cualquier profesión.
Como viajeros o turistas se debe reconocer que gracias a los profesionales del turismo se pueden disfrutar de más experiencias vacacionales. Por lo tanto no se debe demeritar el gran aporte a ésta actividad.
Como dice un dicho: «¡zapatero a su zapato!», y así como por ejemplo, no cualquiera puede realizar una operación quirúrgica (ya que se necesita de un profesional experto para poder hacerlo), entonces tampoco cualquiera puede ser un turismólogo profesional.