Notable es la importancia de conocer las competencias que uno tiene como ser humano, para tomar un camino correcto de entre tantos que existen; me refiero a los actos que llevaremos a cabo por el resto de nuestros días, asociados comúnmente con los estudios a elegir, y es que, a cierta edad o etapa de la vida, nos corresponde a cada uno de nosotros hacer un análisis para tomar una de las decisiones más complicadas. En mi caso personal, a temprana edad había tomado ya una decisión de qué es lo que deseaba ejercer de manera profesional, el turismo.
Como dato también personal, y únicamente para que este texto tome relevancia, tuve la fortuna de estudiar en distintas universidades esta hermosa carrera, situación que me ha dado la oportunidad de valorar con singularidad la importancia que tiene el empeño de cada uno de nosotros por aprender, la pasión por ejercer y el aporte de aquellos profesionales que dan mucho de sí mismos, para que tengamos por lo menos una mínima idea de qué es en realidad dedicarse a esto.
El punto más importante a tratar en este texto es precisamente la importancia y dedicación de los docentes del turismo, y aunque soy consciente de que es un tema casi global (para todas las carreras), nuestra trinchera nos orilla a concentrarnos en el turismo. Y es que, a lo largo de mis estudios, me di cuenta que muchos colegas hasta un punto avanzado de la carrera, seguían pensando que estudiar turismo se trataba de viajar y gozar la buena vida, o en un caso contrario, creían que no había más para dar en el ámbito turístico y pensaban dedicarse a algo totalmente distinto.
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Recae en buena medida en los docentes del turismo, intervenir y crear un sentimiento de pertenencia y conciencia de lo que realmente es estudiar y dedicarse profesionalmente al Turismo, incitar a explorar y empaparse de lo que es trabajar todas las vacaciones, los puentes, los fines de semana; adoptar y aprender a disfrutar todo esto. Para bien o para mal, esto puede crear un filtro para saber quién está hecho a la medida y quién no.
Ya en el pedestal profesional del turismo, es nuestra responsabilidad, encaminar de manera ética los pasos de aquellos que comienzan este viaje, ya sea como docentes o colegas. Seamos sinceros, lo que hacemos no es fácil como se piensa en los círculos externos, requiere una gran pasión, paciencia y amor al arte. Es importante que sepamos expresar lo que un «gracias» significa en esta profesión, y sólo así podremos hacer turismólogos de gran calidad.