Recorremos cinco de los veintisiete municipios de esta comarca bendecida por la montaña kárstica, el río Ebro y la profusa vegetación, así como rutas de ensueño como la de las Iglesias rupestres, ermitas excavadas en piedra que nos trasladan a otra era y otros mundos.
Las Merindades es el nombre que responde a una de las diez comarcas burgalesas, comunidad autónoma de Castilla y León. Esta región recoge el origen del condado castellano. Limita al oeste y noroeste con la comunidad autónoma de Cantabria, al noreste toca la provincia de Vizcaya, al este la provincia de Álava y al sur se une con las comarcas burgalesas del Ebro, La Bureba y Páramos.
Extensiones geográficas únicas configuran la comarca: la meseta castellana, el valle del Ebro y la cordillera Cantábrica, situándose en esta última la elevación más alta: Castro Valnera (1,718 m) en Espinosa de los Monteros, con neveros naturales encerrados en el fondo de cavernas hundidas. La zona nos revela abruptos relieves con casas aisladas de pasiegos.
Avistar la entrada a Orbaneja es toda una experiencia para los sentidos: el sonido del viento en las copas de los nogales centenarios, las aguas del Ebro rumoreando a nuestra izquierda, con vitalidad cristalina, junto a robles y hayas cubiertos por el azul intenso del cielo castellano.
Por estos lares planean orgullosas las águilas perdiceras y las reales, los buitres leonados y el halcón peregrino, volando a 250 kilómetros por hora, un hecho que le otorga el mérito de ser una de las aves más veloces de la Tierra.
Orbaneja del Castillo se sitúa dentro del Espacio Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón, zona de tránsito de un antiguo camino de Santiago, por lo cual los Templarios alzaron el hospital y convento de San Albín.
Nos rodea un fantástico valle coronado por crestas de caliza kárstica semejantes a almenas; algunos dicen que de ahí procede el nombre del pueblo.
Es curioso el parecido de uno de los arcos rocosos con la silueta de dos camellos que se estuvieran besando. Hay una especie de gigantesco ojo natural en una cresta que siguiendo su contorno nos traslada al mapa de África.
Profundos valles flanqueados por desfiladeros y cortados de pendiente pronunciada abren paso a los ríos Ebro y Rudrón, en contraste singular con los amplios páramos casi planos de niveles superiores, donde la panorámica nos transporta visualmente hacia diáfanos horizontes.
El principal río subterráneo del complejo kárstico de Orbaneja es utilizado para el abastecimiento público de aguas y cubre con su pátina de irrealidad cualquier espacio que su fluir bendice.
La Cueva del Agua es el principal afloramiento de las profundidades de este acuífero subterráneo en forma de torrente superficial, que ha ido depositando tobas calcáreas y sobre el que está construida gran parte de la localidad. Tras recorrer parte del pueblo y ser canalizada la corriente hacia un antiguo molino, se precipita formando una espléndida cascada que desciende rápidamente hacia el río Ebro.
Seguimos trayecto hacia Sotoscueva, a 7 km. El complejo kárstico de Ojo Guareña, que contiene más de 110 km. de galerías intercomunicadas, fue declarado Monumento Natural en el año 1996. Allí se encuentra La Cueva y Ermita de San Bernabé, muy conocida en las Merindades. La ermita está excavada en una de las entradas al complejo kárstico de Ojo Guareña aprovechando la existencia de una cueva. Las visitas están organizadas en grupos limitados. También se puede entrar la llamada Cueva Palomera, un cómodo recorrido de 400 metros por la Cueva finalizando en la Ermita de San Tirso y San Bernabé.
Arropadas por una cadena montañosa donde se pueden contemplar desfiladeros, barrancos y los ríos Guareña y Trema, nos sorprende el llamativo aspecto de las entradas a la cueva de Ojo Guareña, por donde se accede a la ermita rupestre. Tras siglos de erosión de las rocas calizas debida al avance de las aguas del río se han formado seis niveles de galerías por donde las corrientes han ido modelando el Complejo.
Es fácil imaginar que la leyenda y el misterio hiciesen acto de presencia en estos lugares, como reuniones de brujas, ritos relacionados con el agua y figuraciones sobre el bien y el mal o apariciones de santos. Todo ello le proporciona una simbología mágica a la que contribuye la portentosa pared de piedra horadada donde se asienta la Ermita de San Bernabé, donde parecen convivir devociones cristianas con los poderes grandiosos de la naturaleza.
Llama la atención un espacio rupestre como este, convertido en templo, donde el cerramiento artificial está integrado perfectamente con los techos y paredes de la gruta. Al final de la nave hay un altar con una estancia dotada con un balcón que permite oficiar misa al aire libre en la celebración de la Romería.
San Tirso fue un soldado romano, nacido posiblemente en la actual Turquía, que vivió en tiempos del emperador Decio. Convertido en un modelo para los defensores de la fe cristiana, sus restos fueron trasladados a Constantinopla a finales del siglo IV y de su culto hubo un gran número de devotos repartidos por Asia Menor y el imperio bizantino hasta llegar a occidente.
Quedan aún muchos lugares que describir y descubrir de las Merindades y los reservamos para un futuro post sobre esta provincia de Burgos que posee un paisaje bañado por la magia que el padre Ebro va dejando tras sí. En su curso bravío e imparable, este poderoso caudal ha excavado cañones imposibles entre paredes verticales de un gran impacto visual y que parecen transmitirnos mensajes sobre vivencias de las gentes de otros tiempos.
Rutas Turísticas Orbaneja
La gastronomía típica de la zona incluye:
En pueblos de la zona como Espinosa de los Monteros encontramos una variedad de platos donde son protagonistas la mantequilla (elaborada a partir de los mismos métodos naturales de fabricación famosos desde el siglo XVII) la leche y una amplia gama de quesos premiados en sucesivas ediciones del Concurso Nacional de quesos.
En cualquiera de las Merindades se puede degustar carne de ternera de excelente madurez, sabor y terneza. Para acompañar a estos exquisitos productos, en la Villa se realiza pan horneado al fuego de la leña: El pan sobao de Burgos suele contener menos agua que otros panes y una cantidad considerablemente menor de levadura, por lo que prácticamente no aumenta su tamaño al cocer. Ideal en aperitivos y meriendas es el tipo de pan más adecuado para su consumo con patés o foie.