La cultura maya en especial, gracias a la amplitud de su dispersión y a la duración de su permanencia en Mesoamérica, tuvo la oportunidad de ser influenciada por la dinámica cultural de otros pueblos prehispánicos anteriores y contemporáneos, tal es el caso de los olmecas y los toltecas, de los cuales retomaron las ideas básicas sobre la cosmovisión que regía su sociedad; no obstante, lo enigmático surge en la manera en la que los mayas, a pesar de reutilizar elementos culturales, lograron crear paradigmas totalmente disruptivos en aspectos por los que son conocidos hasta el presente, como su arduo estudio astronómico para predecir los fenómenos naturales, la inclusión del cero a su sistema vigesimal y por supuesto la reinterpretación de la arquitectura como una institución de carácter simbólico más que solo el establecimiento de espacios adecuados para actividades primordiales.
Tal como lo menciona la Dra. María del Carmen Valverde en la revista digital universitaria UNAM no. 7, la creación monumental maya cumplía con su rol funcional de vivienda o culto, pero además expresaba simbolismos clave del comportamiento del universo, la naturaleza o la muerte; y si bien, las edificaciones no rompían con el esquema mesoamericano de ser creadas por las élites para las élites, en el territorio maya la arquitectura significaba sobre todo una vía de transmisión de conocimiento al pueblo entero. En este sentido existe una serie de rasgos completamente únicos que nos ayudan a diferenciar la arquitectura maya de los demás sistemas constructivos en México, entre los cuales podemos destacar:
- El arco maya. Estructura creada a partir de la colocación de piedras escalonadas a ambos lados de un vano (espacio vacío) uniformemente hasta que estas se encuentran en un punto medio, dando así la forma de una “v” invertida. Para los ingenieros y arquitectos europeos de primeros años de la conquista este tipo de estructura fue todo un “shock” cultural, pues su idea tradicional de arco correspondía a una sucesión de piedras en curva que ejercen fuerzas verticales y cuya piedra central (denominada clave) es fundamental para evitar su derrumbe, lineamientos funcionales que se rompen por completo con el arco maya.
- El uso de cresterías. Aunque algunas regiones omiten por completo este elemento, es una implementación propia de la cultura maya. Son muros con forma de peinetas que alargan la altura de las techumbres de los templos. Su función era predisponer las estructuras principales a la lejanía y que pudieran ser visibles a la distancia.
- La casa maya vernácula. La innovación arquitectónica de los mayas comienza desde su casa tradicional, cuyo sistema constructivo basado en material orgánico permitía edificar una vivienda de manera rápida y eficaz. Su forma es muy peculiar y la vuelve fácilmente reconocible, pues su base y muros se construyen de manera oval y su alto techo de palma se posa de manera triangular a fin de repeler la lluvia. Los mayas trasladaron este mismo diseño a sus basamentos piramidales, dando a su cultura un sentido de unificación social que resalta sus orígenes.
Estas y otras características nos facilitan la tarea de identificar la arquitectura maya dentro del vasto mundo arqueológico mesoamericano; sin embargo, las construcciones de esta región no conforman un patrón unificado y cuentan con rasgos que las diferencian importantemente entre sí, dando pie a lo que se les conoce como regiones geo-estilísticas. Siendo turismólogos resulta necesario que aprendamos a reconocer los elementos correspondientes a cada estilo, ya sea para nuestras clases universitarias, al realizar o analizar descripciones arqueológicas de sitio o bien al colaborar con el desarrollo de productos turísticos relacionados con la cultura maya. Es por eso que en este artículo reúno los aspectos más representativos de cada estilo esperando que pueda ser de gran utilidad para ustedes.
Índice
Petén
Es el más antiguo y estableció las bases arquitectónicas de las complejos para los estilos siguientes. Tuvo su mayor auge en Guatemala, aunque también parte occidental de Belice y el sur de los estados mexicanos de Campeche y Quintana Roo. Este estilo destaca por contar con construcciones monumentales y sobre todo muy verticales debido a la espesa selva que rodea los sitios; el uso recurrente de altas cresterías para coronar los templos cuyos muros son sumamente gruesos a fin de soportarlas; basamentos con talud (inclinación) conocido como delantal porque se corta por una franja horizontal en su parte inferior; escalinatas sin bordes delimitantes llamados alfardas, y el uso frecuente de estelas (piedras labradas en relieve con acontecimientos históricos o relevantes) colocadas frente a los basamentos. Los sitios más representativos son Tikal, Calakmul y Nakum.
Sud-Oriental
Conocido también como Montagua por distintos autores, se estableció en el sur de Guatemala con ciudades como Copán o Quiriguá. De lo más representativo de este estilo destaca la composición de los sitios, ya que normalmente en la parte sur se encuentran los basamentos y edificaciones reunidos, mientras que en el área norte se ubican las grandes plazas casi libres de construcciones. Esto simboliza la cosmovisión maya de la dualidad lleno-vacío o caos-quietud. También aquí encontramos la técnica escultórica más compleja del mundo maya conocida como bulto redondo, caracterizada por figuras sumamente detalladas y con un relieve tan alto que casi se encuentran desprendidas de la piedra en la que fueron labradas.
Usumacinta
Se desarrolla en la parte occidental de Guatemala y en el centro-sur del estado de Chiapas. Su nombre se debe a que sus sitios representativos se encuentran ubicados a lo largo del cauce del río Usumacinta. Particularmente los basamentos piramidales de esta región aprovechan los relieves naturales para lograr su altura; los templos son pequeños y proporcionales a la escala humana con entradas sumamente amplias y en esquemas mayormente de tres o dos entradas por cada templo; las cresterías son mucho más ligeras que en el estilo Petén y están conformadas por dos muros unidos en la parte superior, contando también con acanalado (orificios) que les permiten resistir los embates del viento. Los sitios ejemplo son Bonampak, Yaxchilan y Piedras negras.
Nor-Occidental
Se expande principalmente por el estado de Tabasco pero abarcando también los altos de Chiapas, siendo el sitio de Palenque su mayor representación. Aunque se asemeja en algunos elementos con el estilo Usumacinta, en Palenque vamos a encontrar un sistema arquitectónico mucho más estilizado, las paredes dejan de ser tan gruesas como en estilos anteriores, las entradas a los templos son múltiples y son separadas por muros tan delgados en relación con otros sitios que ya se consideran más bien como pilastras (columnas rectangulares). Se comienza a notar mucha mayor decoración en el estuco de los muros, las techumbres ahora cuentan con partes sobresalientes conocidas como aleros, se resaltan las cornisas y las cresterías son triangulares y muy pequeñas.
Río Bec
Es el estilo con la composición arquitectónica más diferenciada, pues está conformado por un templo central de entrada única con muros decorados con patrones geométricos y flanqueados por dos basamentos con escalinata tan vertical que no permite el ascenso. Coronando estos basamentos se encuentran dos templos simulados que no cuentan con entrada y que refieren al estilo Petén de manera simbólica. Otros grandes identificadores de este estilo son las esquinas completamente redondeadas de cada cuerpo de los basamentos y la implementación de grandes mascarones de deidades a lo largo de las escalinatas. Los sitios más representativos son Río Bec y Xpuhil del oriente de Campeche.
Puuc
Se desarrolla primordialmente en el sur-occidente de Yucatán y es un estilo reconocido por sus estructuras que asemejan a palacios. Comienza la introducción de columnas que dividen las entradas a los templos, los cuales se vuelven mayormente de un solo nivel y alargados como corredores; es notable la profusa decoración en relieve que adorna casi por completo los edificios con formas geométricas y animales, así como la recurrente utilización de mascarones del dios “Chaac” sobre todo en las esquinas de las techumbres. Por último también resaltan los arcos mayas de manera monumental, y colocados como elementos individuales en los conjuntos. Los mayores exponentes de este estilo son los sitios de Uxmal, Sayil y Labná.
Maya-Tolteca
Es uno de los últimos estilos que se dio en la región y como su nombre lo indica introduce los conocimientos constructivos de la cultura tolteca en sus edificaciones, integrando además los rasgos distintivos de la cosmovisión del centro de México. Sin duda el mejor ejemplo es Chichén Itzá en donde aparecen amplias referencias a la serpiente emplumada Kukulkán (equivalente de Quetzalcóatl en la región maya) en columnas muros; los basamentos cuentan ahora con un sentido de calendario haciendo referencia a los días del año con los peldaños de las escalinatas; se encuentran esculturas de “Chac Mool” y de atlantes semejantes a los de Tula en Hidalgo; y por último se introduce también la idea del “tzompantli” conocido como muro de cráneos.