En la Edad Media se destaca por sus célebres viajes el veneciano Marco Polo qué llegó a convertirse en una figura legendaria muy comentada aun en nuestros días. Él, con su familia encontró una ruta alterna por tierra hacia China; sorprendió en su época con el libro de viajes que escribió. Es decir, Marco Polo se convierte a través de la literatura en el primer promotor turístico y de viajes.
Cuando Cristóbal Colón descubre América pensando haber encontrado una ruta efectiva hacia las Indias, jamás imagino la inmensidad del territorio que el nuevo mundo albergaba, con seres humanos tan diferentes a los del viejo continente en usos, costumbres y creencias; especies silvestres y frutos que describe en su “Diario de viaje y cartas de relación”.
Fernando de Magallanes, Américo Vespucio, Juan Sebastián Elcano, Juan de la Cosa, Vasco da Gama, Alonso de Ojeda y Bartolomé Díaz son solo algunos de los nombres más reconocidos de esos primeros viajeros intrépidos con un espíritu aventurero, que inspiraron a los más grandes escritores de todos los tiempos en la literatura universal, Emilio Salgari, Julio Verne, Robert Louis Stevenson, Herman Melville, Jack London, Joseph Conrad, Daniel Defoe, Washington Irving entre otros; quienes a través de sus letras nos transportaron a tierras lejanas, mágicas, llenas de aventura y acción.
En México, Bernal Díaz del Castillo fue narrando en cada uno de los puntos y referencias de la ruta del conquistador español, Hernán Cortés, quien aspiraba a llegar a la Gran Tenochtitlan. La “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, hoy constituye una fascinante ruta literaria para ese turismo cultural especializado en el México antiguo.
En el siglo XVII, en Francia, el señor De Saint Morice publicó, en el año de 1672 la “guía fiel de los extranjeros en viaje por Francia” (la genuina antecesora de la Guía Michelin).
La generación perdida es el nombre que recibió un grupo de notables escritores estadounidenses que vivieron en París y en otras ciudades europeas en el periodo que va desde el final de la Primera Guerra Mundial en 1918, hasta la Gran Depresión en el año 1929, que hoy inspiran a lectores de todo el orbe a seguir los pasos de cada uno de ellos, destacándose sin duda alguna Ernest Hemingway, que nos transporta por diversos países de Europa, África y el Caribe. En este grupo de la generación perdida se incluye a figuras como John Dos Passos, Ezra Pound, Erskine Caldwell, William Faulkner, John Steinbeck, Sherwood Anderson y Francis Scott Fitzgerald.
Un caso relevante en nuestros tiempos fue el bestseller mundial de “El Código Da Vinci” de Dan Brown, novela que inspiró a millones de turistas a recorrer las calles de Paris en busca de los espacios y monumentos que la novela describe en su trama a través de la línea roseta y en la cual Robert Langdon (el protagonista) va descubriendo calle por calle; igual ocurre con sus obras “Ángeles y Demonios” e “Inferno” en las que Roma y Florencia son los escenarios de la trama. Posicionando el término de “turismo literario” como un fenómeno actual.
Para el negocio editorial aplicado al turismo, las perspectivas, si prestamos atención, son muy favorables porque cuando “Viajo, luego existo”.