Los Antiguos, ciudad de aproximadamente 3400 habitantes, se encuentra ubicada en la Patagonia Argentina, en el extremo noroeste de la provincia de Santa Cruz. Su nombre proviene de una leyenda Tehuelche que sostenía que los ancianos elegían este lugar para pasar sus últimos días por el microclima que posee esta región.
Esta localidad es visitada por pescadores de todo el mundo, por encontrarse a orillas del lago Buenos Aires, para realizar pesca con mosca en cualquier estación del año. Las especies que se encuentran son truchas marrones y arco iris. Desde el año 2002 entre los últimos días del mes de octubre y los primeros días del mes de noviembre se desarrolla la Fiesta del lago Buenos Aires, en la que se practican deportes y se busca crear conciencia en la preservación del medio ambiente.
Pero la actividad más importante de la zona es la producción de cerezas. Los Antiguos exporta casi el 90% de su cosecha. Los primeros días del mes de enero se realiza la Fiesta de la Cereza desde 1991, manera quizás heredada de nuestros antepasados de homenajear y agradecer a la madre tierra por brindar alimento a sus pobladores. Organizada por vecinos y autoridades municipales, es una forma además de atraer al turista. Los visitantes pueden recorrer las chacras para probar los dulces caseros y las tortas elaboradas con estos frutos rojos.
Un lugar para visitar a 17 km de Los Antiguos es la reserva natural silvestre La Ascensión, cuya finalidad es resguardar los paisajes, los recursos naturales, la riqueza arqueológica y un gran número de arroyos y lagunas permanentes y temporarias, indispensables para el desarrollo de aves acuáticas migratorias.
La estancia La Ascensión fue comprada por la fundación Flora y Fauna en el año 2015, y fue reconstruida para uso público y gratuito de visitantes.
Además de apreciar los hermosos paisajes naturales, muy cerca de Los Antiguos se encuentra La cueva de las manos, pinturas rupestres de hace 10000 años, donde se observa el arte de la civilización que habitó esa zona. Estos dibujos muestran las costumbres y creencias, que han quedado inmortalizadas y protegidas en el cañadón del río Pinturas. Este lugar fue declarado en 1999 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Para los amantes del senderismo, a 2 km del centro de la ciudad se encuentra el mirador Jainimeni, lugar desde donde se inicia un recorrido de 22 km hasta las formaciones geológicas Toscas Bayas. Cruzando esas formaciones de roca sedimentaria, la vegetación cambia de estepa a bosque de lengas y ñires, ideal para hacer trekking por esos senderos vírgenes. Más adelante, siguiendo el recorrido, se pueden visitar estancias dedicadas a la producción de lana, y luego de ellas se llega a unas formaciones de piedra erosionadas por el viento, llamadas “cucuruchos”. Esta zona se asemeja a un paisaje lunar, lugar donde se puede realizar trekking en una excursión de una hora de duración en compañía de un guía.
Ya sea para participar de las fiestas anuales o para conocer los paisajes y su historia, esta localidad tiene mucho para ofrecer al turista que busca vivir un momento diferente alejado de los centros urbanos, y puede aprender y apreciar el modo de vida de las estancias y la forma de producción de diversas materias primas.