Ha obtenido el premio que se disputan todos los hoteles, tengan el rango o categoría que tengan. Un pequeño agroturismo, un hotel rural, de sólo 8 habitaciones- dos de ellas suites- ha recibido el premio al mejor hotel del mundo. Está en la localidad bizkaina de Bermeo, en España.
Enclavado a los pies del monte Sollube, con vistas al Golfo de Bizkaia, todo lo que allí se respira es aire puro que solo se deja contaminar por la paz. Paz, al encontrarse con la naturaleza. Paz, al escuchar las aves. Paz con uno mismo y con la naturaleza que se alia con los vistantes que llegan procedentes de todos los puntos del mundo.
No resulta fácil conseguir que las opiniones sean 100% positivas. Y lo son. Para ello se esfuerzan dia a día, Iosu, Rober, Iñaki, Alberto y Tomás, que pusieron en 2008 en marcha un proyecto con el que llevaban años soñando. Un proyecto de vida en el que tambien se implicaron sus padres, hoy fallecidos, y que han apoyado artistas de la talla de Néstor Basterretxea, autor de la escultura que preside la entrada al agroturismo.
Tiene bonito hasta el nombre: LURDEIA que en euskera, el idioma que se habla en el País vasco, significa “la llamada de la tierra”. Es una llamada silenciosa pero atrayente. A penas media docena de Km. separan Lurdeia de San Juan de Gaztelugatxe, un lugar asombroso que la serie “ Juego de Tronos” convirtió en Rocadragón. La localización impresionó a todo el equipo que no podía creer que ese paisaje fuera real. No es sino una pequeña ermita del siglo X en lo alto de una isla unida a tierra por 241 peldaños tallados en roca.
Lurdeia es una casa con encanto que recibe al visitante con la convicción y el orgullo de seguir la tradición que, siglo tras siglo, han mantenido los antepasados de este país. Una conexión intencionada con la luna, el mar o el sol. Una conexión con la naturaleza que comienza con los nombres dados a cada una de las habitaciones: Hontza (buho), Haizea (viento), Itsaso (mar), Amalur (madre tierra), Ilargi (luna), Haritz (roble), Harri (piedra) y Eguzki (sol). El establecimiento, amueblado con muebles típicos de madera tallada tiene cocina común, en la que se pueden elaborar alguno de los productos que se cultivan en Lurkoi, su finca ecológica . Tiene tambien un salón con chimenea, un txoko –rincón para disfrutar de la gastronomía-y, ya en el exterior, donde se ha recreado un dolmen, un lago y un jardin.