En mayo del 2016, hace poco más de un año, la Organización Mundial de Turismo (OMT) publicó el listado de los países con más afluencia turística del mundo en el que nuestro país se ubicó en noveno lugar con 35 millones de visitantes, a partir de este dato he escuchado y leído en numerosas ocasiones que ser el noveno país más visitado del mundo nos convierte en una potencia turística, sería bueno que reflexionáramos sobre esto un poco.
El turismo en México juega y jugará un papel fundamental para la economía, para la cultura y para la evolución social, pero más que nada para la economía nacional pues los “pilares” económicos que sostienen a nuestro país hasta hace tiempo atrás eran las remesas, el petróleo y el turismo; el «efecto Trump» tarde o temprano golpeará con gran fuerza la productividad mexicana en el vecino del norte afectando directamente las remesas que los connacionales mandan a nuestro país, esto se vio reflejado en los primeros meses del año en turno al registrarse una baja de hasta el 1.4%, pareciera poco pero reflejado en dinero es una pérdida considerable que sólo muestra los primeros síntomas de lo que nos espera, por otro lado el petróleo es de conocimiento general que gracias a sus malos manejos ya no es ni por equivocación un recurso rentable para encargarse del sustento económico de este país, entonces sólo nos queda el turismo que ha surgido como un salvavidas que se tiene que manejar y cuidar responsablemente pues no olvidemos que es una actividad económica volátil ya que la cantidad de turistas puede bajar o subir en un lapso de tiempo corto.
La actividad turística se alimenta del diseño y venta de los productos turísticos, en ese sentido no vamos tan mal pues programas como el de pueblos mágicos, entre otros, han generado un interés por los pequeños rincones de nuestro país que anteriormente estaban olvidados y claro que el éxito de estos productos turísticos se ejemplifica en los 35 millones de visitantes internacionales que tuvimos hasta el conteo pasado.
¿Por qué esto no se observa en la realidad social y económica en la mayoría de entidades en nuestro país donde se ejecutan estos mismos productos turísticos? ¿Por qué si somos el noveno país más visitado del mundo y el lugar 17 en divisas recibidas por turismo, la pobreza y la marginación no disminuyen? La respuesta es simple: porque no somos una potencia turística, no hay que confundirnos; México es un país accesible en todos los sentidos para los visitantes, por eso estamos en el top 10 de países con más turistas, tenemos un potencial cultural impresionante, en eso si somos potencia, no necesitamos estar en ningún top mundial para entender que la diversidad de nuestro país nos convierte en una potencia cultural del mundo.
Desde mi punto de vista un país que es potencia turística es aquel que empareja la cantidad de turistas y dinero que recibe con el bienestar de su gente, es un país que crea oportunidades para el estudio y desarrollo del turismo en todas sus vertientes, es un país que usa el turismo como un arma para cuidar y rescatar su patrimonio natural y cultural, un país que brinda un salario digno a su pueblo para que el mismo pueblo pueda recorrer y disfrutar su tierra y sus bellezas, un país que lleva a cabo un turismo sustentable que prioriza el futuro y no el dinero con negocios corruptos que se enfoca en el presente pero no en el futuro, un país que integra a la sociedad con la actividad turística para su propio beneficio; quizás sea idealista y no exista un país como el que describo, pero debería ser nuestra meta llegar a serlo. Es tiempo de validar con hechos que México es líder en turismo para América Latina, es tiempo de comenzar a construir el futuro.
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