Despertar un día por la mañana, ver la hora, pensar que es tiempo de conocer un lugar nuevo, y tomar el autobús… destino: San Miguel de Allende.
No conocía, no sabía en qué parada bajarme y solo seguí mi instinto, afortunadamente la gente que me crucé en el camino fue muy amable y me ayudaron a tomar el camión correcto para llegar al centro.
Comencé con una caminata hacia el centro, me encantó, las calles tienen una magia inigualable. Debo resaltar que estoy embarazada y que definitivamente hay cambios en el cuerpo. A diferencia de otras veces me cansé muy rápido, tuve que hacer algunas paradas para descansar y continuar caminando, además de que mi andar fue más lento.
Llegué a la Parroquia de San Miguel Arcángel, estaba un grupo de personas mayores tomándose fotos en la entrada, parecía que estaban celebrando algo, había también una pareja, la chica traía un ramo de flores y unos globos con el número 25, tal vez era su cumpleaños, el chico le tomaba fotos, corría un poco de aire y era imposible que los globos se quedaran quietos para la foto; me senté en una banca en el jardín y sólo me dedique a admirar el panorama.
Después de unos minutos de recuperar fuerzas entré a la parroquia estilo neogótico, realmente hermosa, me encantó, contemplé las pinturas, los santos y me retiré; al salir busqué un lugar para comer y me decidí por un restaurante a un costado de la parroquia, elegí mole de nuez y ¡Dios!, la gloria en el paladar: de verdad, una verdadera delicia, nunca había probado el mole de nuez, pero me encantó, obviamente no podían faltar las tortillas hechas a mano y de fondo musical, Trova. Me tomé un tiempo y disfruté mi comida, el mesero fue muy amable y siempre al pendiente de lo que se me ofrecía.
Tuve que hacer una pausa porque me sentía muy llena y no iba ni la mitad de mi platillo, otro de los cambios del embarazo, comer en pausas porque te llenas muy rápido pero si comes poco te da hambre después.
Terminando de comer me dirigí hacia la iglesia de San Francisco, a un costado sale el tranvía turístico, así que tomé el recorrido.
En cada viaje reconozco ampliamente el trabajo de los guías de turistas, de verdad, no es solo dar un recorrido por darlo, sino que se necesita mucho ingenio para entretener a tu público y transmitir esa magia que llevas dentro. Considero que el buen o mal sabor de boca que se lleva el turista de un lugar depende mucho del trabajo de los guías.
El guía que nos tocó en el tranvía es un señor de más de 50 años, y su explicación fue encantadora, nos explicó que San Miguel de Allende fue declarada patrimonio de la humanidad hace 10 años y por regla las casas o negocios no pueden ser pintadas de colores escandalosos o con anuncios, que un negocio se diferencia porque los dueños ponen listones en los balcones o flores en las puertas y es como sabremos si es casa o comercio.
Pasamos por el Hotel La Ermita, el cual fue la otrora casa de Cantinflas. Llegamos al mirador, y ahí nos recomendaron los dulces típicos de San Miguel, los famosos pedos de monja y la razón por la cual se llaman así, la cerveza Allende y nos dimos un tiempo para las fotos en el mirador.
De regreso al centro de la ciudad, el guía amenizó el recorrido cantando la canción del Rey y todos los pasajeros haciéndole coro. Pasamos por una antigua bomba de gasolina; la iglesia donde se filmó la película de El Padrecito de Cantinflas; y seguimos gozando de las calles empedradas. Observamos cada negocio, cada botica, y el guía nos siguió contando más sobre la historia del lugar.
Al final del recorrido terminé en el monumento a Ignacio Allende, no podía faltar la foto ahí.
Y así es como concluyó mi visita. Fue una visita exprés pero con un gran sabor de boca, no por nada ha sido nombrado uno de los lugares más bellos del mundo.
Repito una vez más que cada etapa en la que realizas un viaje es diferente, no importa si regresas dos o más veces al mismo lugar, siempre será un viaje diferente, en mi caso, es mi primer viaje que hago embarazada, y debo resaltar que no pienso parar, aunque es verdad que me canso más rápido, quiero seguir disfrutando de esto y quiero que cuando nazca mi bebé disfrute también de cada rincón de mi hermoso México.