Mitiko es un restaurante de comida asiática, original y de enorme calidad. Prevalecen platos de la cocina japonesa y cantonesa. Decorado con gusto refinado exótico, acogedor y con un servicio hospitalario, Mitiko se convierte en un lugar donde la experiencia de probar las mejores tradiciones gastronómicas de Asia se vuelve tremendamente placentera.
Lo primero que llama la atención en Mitiko es la acogida. Simpatía, buen hacer y profesionalidad como la de Lulú que nos guía, con acierto, por las mejores propuestas de la carta. Además, el local “respira” autenticidad y buen gusto en su decoración. Exótico sin ser recargado, como ocurre en muchos locales de este estilo, prima la elegancia en un ambiente donde resaltan las coquetas sombrillas en el techo, el papel pintado, las grandes cristaleras que dan luminosidad al local y las grullas, como signo distintivo de la mitología animal japonesa.
El restaurante cuenta con dos espacios; la entrada con enormes cristaleras a la calle, espejos, lámparas doradas refinadas, presididos por un jardín vertical de dos enormes grullas de neón. La parte del fondo del local es amplia, acogedora, con toques asiáticos como las lámparas que simulan vaporeras o una barra de sushi. El conjunto da a un jardín interior, lo que resalta el ambiente abierto y fusionado con la naturaleza.
Mitiko se encuentra en un local que fue emplazamiento de uno de los primeros restaurantes de comida asiática de Madrid en los años 80. La historia de Asia se perpetúa pero nunca había sido tan auténtica y con tan buena materia prima como ofrece ahora Mitiko. Sorprende la carta por su variedad y su originalidad, en un primer momento. No estamos en un restaurante asiático al uso, donde siempre vemos los mismos platos. Se nota que hay un esfuerzo por elaborar algo más complejo, más interesante como búsqueda gastronómica de este continente.
Los entrantes son muy variados con carnes (presa, carillera), pescados como los langostinos Pop (langostinos tigres tempurizados), la dorada ahumada o las verduras como las berenjenas chinas o las algas nori, entre otros. Todo cocinado al estilo asiático agridulce con salsas, verduras o picantes perfectamente equilibrados.
Como no podía ser de otra manera, tenemos un apartado de sushis, otro de nigiris (delicioso el Gunkan de toro con huevos de codorniz y panceta), de tartares y de Usuzukuris (carpaccios). En este último grupo, donde hay tres tipos diferentes, destaca el de hamachi (una especie de pez limón) con salsa de ponzu trufada y puerro triturado. En Mitiko, brillan todos estos pescados, cortados con un arte oriental sobresaliente. No se puede ir a comer aquí sin probar alguna de estas magníficas especialidades.
Otros platos estrella de Mitiko son los dimsun de autor (gyozas y baos), cocinados artesanalmente. Todos son exquisitos, muy variados, para todos los gustos: de pato, de pollo, de langostinos, de verduras…Llama la atención, además de lo sabroso del relleno, la calidad de la pasta, fresca, fina y crujiente a la vez.
Después de probar todo esto, tenemos las propuestas principales de la carta que abarcan un espectro muy variado de platos ricamente cocinados a base de carnes, mariscos, pasta y arroces. Alrededor del arroz, cabe resaltar la receta del arroz frito cantonés cuya originalidad radica en su presentación en mesa, entre vapores y hojas de bananero. Además, está elaborado con arroz negro, algo que no se suele ver. El resultado es óptimo. Otro plato muy recomendable es el pato laqueado al estilo pekinés, uno de los mejores de Madrid.
Pero, si nos creíamos que esta experiencia sibarita, entre tradición, innovación y calidad se había terminado, estamos equivocados. Queda el “sweet end”, como reza la carta, con unos deliciosos postres de tarta de queso o de dulce de leche, entre otros, que pondrán el broche de oro a esta rica comida que ofrece Mitiko.
Ahora, que nos acercamos al día 6 de enero, el día de Reyes, Mitiko ofrece dos regalos muy especiales a todos los niños que se acerquen a comer: por un lado, un juguete y por otro, se incluirá en la carta, solo durante esa jornada, un plato especial de hamburguesa de Wagyu con chips de boniato. Los adultos, también tendrán su premio asegurado con un vale para repetir la experiencia en el restaurante.
Dirección: c/ Sor Angela de la Cruz 22– Madrid
Premio medio: 30-35 euros