En las ciudades existen verdaderos monumentos históricos que pasan desapercibido para sus residentes, en ellos podemos encontrar a grandes personajes que han hecho historia, sus frías paredes le recuerdan al hombre lo más efímero de su existencia. Estos sitios son recurridos para dar el último adiós al prójimo o para recordar a quienes nos precedieron.
Más allá de ser simplemente un espacio cercado destinado a sepultar cadáveres es el reflejo de la memoria de un pueblo, desde la perspectiva antropológica podemos apreciar las costumbres funerarias que envuelven a una sociedad, mientras que si es visto desde un enfoque histórico nos devela más allá de la historia del edificio sino cada historia individual de cada personaje que en esas tierras se hospeda.
En estos sitios podemos hallar un vínculo con nuestro pasado, “La riqueza histórica que reúnen, devela la historia de la ciudad y la situación social vivida en aquel momento, permitiéndonos conocerla a través de las personas enterradas en su interior”. Estos recintos son mudos testigos de situaciones trágicas, secuelas dramáticas cuyo recuerdo todavía perdura, como pueden ser épocas de hambrunas, epidemias y guerras.
La etimología del nombre de estos sitios significa “el lugar de los que duermen el sueño eterno”, estamos hablando pues así de los cementerios. Estos lugares donde el hombre descansa el sueño eterno y reposa hasta la eternidad.
En estos espacios convergen dos tipos de patrimonio, por un lado, el patrimonio tangible que se manifiesta a través de las obras funerarias que ahí se encuentran como o son los epitafios, mausoleos, criptas y osarios que nos revelan historias individuales que se enlazan para mostrar ante nosotros una historia colectiva y el intangible que se encuentra sobre las costumbres y tradiciones funerarias en torno a la comunidad en la que se encuentra.
En este sentido cabe decir que existe una ramificación del turismo denominado necroturismo, adosado al turismo cultural cuyo objetivo es realizar visitas en estos sitios de reposo eterno como lo son los cementerios para ofrecer una perspectiva diferente de la historia. Estos recorridos tienen como objetivo ofrecer información a los visitantes no con el fin de ser partícipes del morbo y esnobismo que propicia el destino sino como un espacio de aprendizaje cultural donde se puede aprender sobre el pasado de la ciudad, es decir convertir al cementerio en un verdadero museo al aire libre.
Este tipo de lugares que se visitan no solo con el objetivo de ser cautivado por el “patrimonio arquitectónico y artístico, sino también por el histórico”, es decir, con un recorrido de esta naturaleza, la historia revive a través de quienes ya duermen en el sueño eterno.
La información otorgada a quienes participan en esta actividad consiste en la interpretación de la iconografía funeraria, arquitectura funeraria, botánica funeraria, así como del mismo modo los visitantes tienen a oportunidad de conocer la última morada de los huéspedes más destacados del inmueble.
Sin duda la muerte es inevitable para el ser humano, lo que le obliga a buscar un sitio que le recuerde quién fue cuando ya no esté, de esta manera vemos edificaciones que se construyen de acuerdo a sus posibilidades, memorias y esculturas reunidas en verdaderos museos al aire libre que deben ser recordados con el objeto de mantener viva su esencia y de quienes fueron los que ahí descansan y es a través del necroturismo que este legado se mantiene vivo.
Bibliografía
- Belén Ortiz, Melina (2018) El necroturismo y la puesta en valor del Cementerio de la chacarita como recurso Turístico de la ciudad de buenos aires. Realidad, Tendencias y Desafíos en Turismo.
- González Vela, Verónica (2016) Turismo de cementerios o necroturismo. (Trabajo de fin de grado). Zaragoza.
- Mateo Muñoz, Agustín. (2006). Compendio de etimologías grecolatinas del español. Editorial Esfinge. México.
