Del aeródromo militar a uno civil… ¡Qué cosas!
Estoy seguro que cuando la Compañía Mexicana de Transportación Aérea comenzó operaciones con su primer pasajero pagado allá por 1921, que por cierto, el motivo de viaje fue de negocios, no imaginó la importancia que tendría para el sector turístico de nuestro país. Sin embargo, el hecho de que en 1928 se iniciaran las obras para un aeródromo con operaciones civiles nos deja ver que sí había quienes identificaron el potencial que tenía (y tiene) para el desarrollo de México, la aviación comercial. Las aerolíneas comerciales del país operaban en el Aeródromo Nacional de Balbuena, cuya función era militar. El Puerto Aéreo Central, que tiempo después conoceríamos como AICM, se inauguraría en 1939.
Estas acciones sentaron las bases para generar opciones a los usuarios del mundo desarrollado, que, en la segunda mitad del siglo XX, contaban con dos ingredientes principales para hacer turismo: tiempo y dinero.
La industria aérea comercial brindó a esos mercados emergentes la cercanía de destinos al volver al mundo “más pequeño”; con solo un vuelo podrías conectar continentes atravesando océanos. Hoy, puedes viajar desde mi ciudad: Zacatecas, a Ámsterdam, a Sídney o a Buenos Aires con solo una conexión, es decir, tomando dos vuelos. Lo interesante de esto es que, de misma manera en la que puedo ir a esos lugares, los residentes de esas cuidades y sus alrededores pueden venir a mi ciudad; con la misma facilidad.
Armando el rompecabezas
Aunque se lee fácil el realizar estos viajes, la red que se ha desarrollado para la operación de la industria aérea comercial va más allá de la operación misma de los vuelos que tienen gran complejidad y nivel de coordinación para, en primer lugar, brindar seguridad a los usuarios y colaboradores; en segundo lugar, la comodidad de los viajeros, no solo durante su vuelo y la experiencia en las terminales aéreas, sino además, en la accesibilidad a la compra del servicio, por tanto la comercialización de los vuelos, y también y no menos importante, lo redituable de las empresas desde la perspectiva de una operación sustentable económicamente, con lo que los servicios, en este caso, las rutas aéreas, se mantienen con la frecuencia que los usuarios requieren.
El crecimiento de la industria aérea hizo que comenzaran a concretarse acuerdos entre las aerolíneas y los gobiernos así como entre las aerolíneas y sindicatos, entre las aerolíneas mismas, y entre gobiernos. Un ejemplo de ello es la creación de la Asociación Internacional de Tráfico Aéreo que dio paso a la conformación de la Asociación de Internacional del Transporte Aéreo por sus siglas en inglés: IATA, que surge del interés y participación de las aerolíneas, no solo de los requerimientos comunes para operar con seguridad, además, entre otras, las estrategias de comercialización de los boletos o billetes de avión, con lo cual se logró tener un alcance mayor al público a través de puntos de venta de todas las aerolíneas comerciales en prácticamente todo el mundo, así lograron implementar una de las mejores estrategias para la venta de servicios: la venta anticipada, con ello evitan en lo posible realizar vuelos con asientos vacíos, ya que como lo saben los estudiosos de los servicios, una de las características de éstos es la imposibilidad de almacenarlos, caducan; así que si el vuelo despega con asientos vacíos, no es posible venderlos nuevamente, se pierde la posibilidad de ingreso a partir de esos asientos vacíos. No sucede lo mismo con los bienes o productos tangibles, el automóvil que no se vende hoy, se puede vender mañana o el siguiente mes o, incluso, en una venta especial para que ya “salga”.
Para continuar, es importante recordar que las aeronaves y embarcaciones también tienen nacionalidad, una aeronave de Aeroméxico, de Volaris o VivaAerobus son extensiones del territorio nacional, si una persona nace en una aeronave de Aeroméxico que está en el aeropuerto de Ezeiza en Argentina, puede solicitar su nacionalidad mexicana por nacimiento, ya que nació en una aeronave de una aerolínea mexicana.
Volviendo a los acuerdos entre los actores de industria aérea comercial, está el que se da entre gobiernos, como el Convenio sobre Aviación Civil Internacional, conocido como Convenio de Chicago, del que emanan las Libertades del Aire, acuerdos internacionales que identifican y clasifican las diferentes posibilidades de operación de líneas aéreas en los diferentes países; en ellas se especifica la “libertad” de cruzar el espacio aéreo de un país sin aterrizar en él hasta la posibilidad de aterrizar ya sea para fines no comerciales como cargar combustible o para transportar pasajeros a un país a través de una aerolínea de otro, por ejemplo, un vuelo de American Airlines con pasajeros procedente de Dallas con destino a Acapulco. En la Convención de Chicago se delinearon 5 Libertades del Aire, al día de hoy existen 9, dentro de las cuales está la que observa el transporte de personas o mercancías dentro de un país diferente al de origen de la aerolínea, como ejemplo Air Canada realizando un vuelo entre la Ciudad de México y Tijuana.
Los distintos países están en la potestad de decidir las Libertades del Aire que aplican en su territorio.
Las aerolíneas generan acuerdos también de manera particular entre ellas, de tal forma que logren minimizar el impacto que tiene la caducidad de los servicios a través de la venta anticipada además de ofrecer un alcance mayor por medio de una diversificación de la oferta, así, KLM puede ofrecer vuelos desde Casablanca, en Marruecos, hasta Zacatecas, México. KLM puede vender este viaje a través de su red de comercialización, tanto en canales propios o con intermediarios con los que tenga acuerdos, agencias tradicionales u OTAs. El itinerario que tendrá en sus manos el viajero, señalará que los 3 vuelos necesarios para realizar este viaje son de KLM; éstos serán operados, seguramente, por Air France, KLM y Aeroméxico respectivamente, a través de los que se le conoce como códigos compartidos.
Por medio de estas herramientas, los destinos cada vez están más cerca de los viajeros. Podemos entonces, identificar mercados potenciales en diferentes regiones del mundo, allá donde los segmentos de mercado estén ávidos de destinos y experiencias como las que tenemos en nuestro país, no solamente los de sol y playa sino también las de cultura o naturaleza.
…No es así de fácil
Por otro lado, está la normatividad propia de los países y que algunos casos, afecta la operación de otros, tal es el caso de la categoría que asigna la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, FAA por sus siglas en inglés, en la que evalúa el nivel de seguridad con en las que se realizan las operaciones aéreas en un país, en esta evaluación solamente hay dos resultados:
- Categoría 1: Cumple con los estándares de seguridad y,
- Categoría 2: No cumple con los estándares de seguridad
Como es ampliamente sabido en el sector turístico, México se encuentra en Categoría 2 desde mayo del 2021, con lo que está impedido de operar nuevas rutas hacia Estados Unidos; aunque es importante en caso del crecimiento de la demanda, lo fundamental es lograr comprobar la seguridad de las operaciones aéreas en espacio mexicano.
Todos los retos que tenemos actualmente en el sector debemos de abordarlos desde las diferentes trincheras, no es solo tomar nuestro portafolio de agente de viajes, con 30 calcomanías de los diferentes lugares que hemos visitado y la folletería de los destinos o de servicios que queremos promocionar. Es necesario que todos los involucrados demos el paso adelante; no solo colaboradores, al aceptar por necesidad un empleo de alto estrés y jornadas variadas en el caso; no solo los empresarios con grandes inversiones ante la incertidumbre del mercado y de las reglas del juego; ni solamente el gobierno generando infraestructura de la cual no ha logrado presentar ni ejecutar un plan viable para la conectividad aérea a los diversos destinos a través de un centro de distribución o HUB que conecte tanto a los diferentes puntos turísticos o de negocios del país, sino de Centro e incluso Sudamérica para vuelos procedentes de Europa y Asia – Pacífico.
O tal vez es más fácil de lo que aparenta: mejores condiciones de empleo a los colaboradores no solo en sueldo emocional, también en el económico y prestaciones; colaboradores más capacitados a través de instituciones educativas pertinentes; facilidades y seguridad para inversión de los empresarios e infraestructura funcional acorde a los requerimientos del sector y la población residente, además de un sistema de recaudación sencilla y efectiva.
Los aeropuertos y las aerolíneas, en muchas de las ocasiones, son el primer contacto que tienen los viajeros en un destino, y como dice el viejo adagio: La primera impresión jamás se olvida. #adarle