¿Sería ético exigir un pasaporte sanitario al turista?
Mientras avanzamos hacia tierras (lease situaciones) desconocidas, y concentrados lógicamente en el futuro mediato, pauso un momento y me traslado, por decir al 2022. Tampoco es taaaan a largo plazo.
En el 2022 una gran parte de la población podrá estar vacunada y/o tener anticuerpos (probadamente con un análisis de sangre de poca antigüedad) para poder trasladarse, ya sea por trabajo, visita a familiares y sí, también por TURISMO.
Ahora bien, los gobiernos para no retroceder sanitariamente y cuidar a su población, podrán exigir ciertos requisitos para ingresar a un país como sucede hoy en día, lo cual posee cierta lógica hacerlo mientras se transita la pandemia y tratando de limitar su impacto, pero no por eso con un tinte de ética discriminatoria, ¿o no?
Veamos. Imaginemos que en un año hay gente que no ha tenido acceso a la vacuna, eso ya sería perse una discriminación, pero si esto encima la limita contra otra persona que sí ha sido inoculada a trasladarse, ¿no existe un privilegio, o “calidad de ser humano” superior a otro?
Si una persona sana no deseara colocarse la vacuna, y no me refiero al movimiento antivacunas, sino a colocar en la balanza que un joven de 20 años tiene un bajo porcentaje de complicación ante el covid-19, pero desconoce los efectos secundarios de las vacunas (fase 4 que se la denomina científicamente), que se conocen luego de un par de años, ¿está moralmente forzado a vacunarse?
¿Y si la persona posee alguna limitación por enfermedad preexistente que no le permite vacunarse?
Más allá de la opinión de cada uno, la verdad es que muy posiblemente no quedará otra opción que contar con un pasaporte sanitario contra el covid-19 para quien quiera trasladarse, ya sea que desee o no vacunarse.
Por eso me replanteo en un marco donde claramente la vacunación es necesaria, y a priori está dando excelentes resultados, si el siguiente paso, crear un pasaporte sanitario para poder trasladarse, ¿es aún así éticamente exigible?
Podríamos citar países que exigen estar vacunados contra la fiebre amarilla, por ende la respuesta puede ser, “esto ya sucede”. Pero disiento, dicha vacuna ya posee una antigüedad más que suficiente, donde se conocen los resultados luego de años de aplicación. No es lo mismo.
Por ende, ¿sería ético a una persona sana que se quiere trasladar de un lugar a otro, como otra persona que ya recibió la vacuna, negarle el derecho?
Mi pregunta, no busca una respuesta, ya que no creo que haya una ùnica respuesta.
Simplemente preguntarnos “¿si nos hemos hecho la pregunta?”.
