El Santuario Nacional de Huayllay en Pasco, con alturas de hasta 4,310 m.s.n.m., es un bosque singular de rocas o formaciones de piedra, donde cada visitante puede observar cientos de formas o siluetas de animales como la cobra, el elefante, el oso, el pez, el caracol, la tortuga, la alpaca pastando, entre otros. Y el bosque es tan grande, 6,815 hectáreas, que, sin los adecuados guías, prontamente no se sabe cómo salir de él. Los pobladores que aún habitan dentro de dicha impresionante zona están prestos a hacer de guías y contar miles de historias.
El SERNANP, a cargo de la administración del Santuario, señala que el 90% de las formaciones rocosas son de origen volcánico y en ella también se encuentran bofedales y puquiales que garantizan la presencia de una fauna única en el lugar. Además, cuenta con una fuente de agua termal en el centro del área que puede llegar hasta los 60°C; ello y más, según dicha entidad, lo convierten en lo que podría ser el principal museo natural geológico del mundo y, así, tan interesante como el Jardín de los Dioses, en los Estados Unidos o el Bosque de Piedras de Shilin, en China. Agréguese su ubicación extraordinaria en la meseta del Bombón, donde se junta con la Reserva Nacional de Junín y el Santuario Histórico de Chacamarca de la Región Junín, interconectados por el Qhapac Ñan, desde tiempos preincaicos. Actualmente, se puede recorrer el camino en un tramo intacto paralelo al Lago Junín, con tambos que permitían aislar la humedad y mantener frescos los alimentos.
Por sus múltiples atractivos y estar ubicada a apenas 40 minutos de la capital de Pasco que concentra la mayoría de hospedajes y restaurantes, Huayllay debe ser declarado el producto turístico principal de dicha región. Esto es, toda la promoción turística y de inversión debería tener como referente a este importante atractivo turístico, como puerta de ingreso al corredor que atraviesa toda la región, y que permite unirla con las regiones de Ancash y Lima al oeste y Huánuco al este.
Hoy en día el acceso a Huallay es a través de la carretera central mediante la capital de Pasco; sin embargo, considero que no representaría la mejor vía de acceso turístico, pese al mejoramiento y ampliación de dicha vía, en ejecución aún. Se debe buscar que el ingreso sea directamente por Huayllay, a través de Canta, porque así es posible encontrarse con una visión de naturaleza y cultura privilegiada que representa Pasco y, en ese recorrido, además de la adecuada aclimatación a la altura, se puede incorporar pueblos con culturas ancestrales, permitiendo ponerlos en valor mediante la prestación de servicios de hospedaje, alimentación y guiado.
Huayllay ya es el centro de una fiesta anual, el RURALTUR, en el marco de la cual el Gobierno Regional de Pasco debería aprovechar para declarar su denominación.
Actualmente Huayllay no es el lugar preferido de los turistas que llegan a Pasco. Lo es Oxapampa, la provincia que abarca un territorio privilegiado de la selva alta del Perú. Sin embargo, el acceso a dicho lugar es exclusivamente por la Región Junín; no existe acceso vial desde ningún otro sitio de Pasco. Y aunque lo hubiera, la distancia más corta desde Lima, principal destino emisor, será siempre a través de la región Junín, la cual, además, tiene aeropuerto en Jauja. La preferencia por los paradisiacos lugares de esa área confirma que para los turistas no hay límites geográficos; en una sola visita se incluye destinos tanto ubicados en Pasco como en Junín. En Pasco es preferido Pozuzo, la Biósfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha, el Parque Nacional Yanachaga Chemillen, Villa Rica y su ruta del café. En Junín son Tarma, Chanchamayo y Satipo, el corredor del café. Pero también Satipo encierra el mayor número de cataratas del Perú. Por lo tanto, este corredor amerita una gestión de destino multirregional (mancomunidad regional), dada su capacidad de atracción de turistas por sí sola y por su muy alto potencial de crecimiento, teniendo en cuenta la alta preferencia por naturaleza de los turistas nacionales limeños (56%) y extranjeros (41%), de acuerdo al perfil de los turistas publicado por PROMPERÚ al año 2019.
En el territorio de Pasco, como no, como en cualquier otra región peruana, si un cerro no es yacimiento de recursos culturales, seguro que es de uno minero, de cientos que enriquecen los subsuelos del país. No en vano el Perú, al año 2017, fue el segundo país del mundo en exportación de plata, cobre y zinc y sexto en oro, según el Ministerio de Energía y Minas. Y las regalías por los minerales extraídos deberían servir para contribuir a que los servicios turísticos que se prestan en Pasco, tanto públicos como privados, sean competitivos; esto es, la justa relación entre precio y calidad, privilegiando a los emprendedores locales y la producción agrícola y ganadera, de por sí variada y abundante en las diferentes localidades. Y mientras todas las locaciones rurales no sean visitadas por los turistas, aún, los esfuerzos del gobierno deben estar dirigidos a que sean beneficiados con la compraventa de su gran y diversa producción, especialmente los afamados cuyes y la prodigiosa maca.
Y Pasco tiene muchísimos sitios con restos arqueológicos y naturaleza esperando ser acondicionados para que las visitas turísticas se den en condiciones de seguridad para la salud y vida de las personas y de los recursos visitados. Están los sitios arqueológicos de Astobamba y Huarautambo, Goñicutac, Gorish y Chumbinvilca como muestra de que su territorio, junto con Ancash y Junín, estuvieron habitados por los Huari, los Wankas y otras culturas que dejaron sus legados para maravilla de los peruanos y sus visitantes. Y también están las iglesias y casonas representativas de la época virreinal, algunas ya acondicionadas para las visitas y otras esperando su recuperación, conservación y puesta al servicio del público. También hay minas deshabilitadas como señal de las actividades desarrolladas desde hace miles de años que podrían convertirse en museos de sitio. E innumerables sitios naturales para actividades de aventura, como trekking, escalada, canopy, kayak, nado, espeleismo, birdwatching, etc., etc.
Puedo imaginar que, de continuar con el acondicionamiento de destinos y vías de conexión en la sierra, se podría contar con el gran corredor turístico de los Andes, el que partiendo de Kuélap en Amazonas culmine en el valle Sagrado del Cusco y Machu Picchu. El Qhapac Ñan, el fabuloso camino inca que atraviesa el cañón del Marañón en Ancash, tiene tramos intactos que aún son recorridos por los habitantes de las altas cordilleras de Amazonas, La Libertad, Ancash, Pasco, Junín, Ayacucho y Cusco, a los cuales se podría dar continuidad con su puesta en valor y complementariedad con caminos pedestres, ciclistas y automovilísticos, uniendo poblaciones ya de por sí abandonadas, pero con inmenso amor por su terruño y costumbres milenarias.