- Aplican el programa No Deje Rastro, para conservar las reservas y pasajes naturales de la región
La Península de Yucatán posee una gran arqueología y es uno de los destinos de aventura y de mayor atracción sobre todo para el turismo internacional, motivo por el cual los guías deben ser rigurosos con el programa No Deje Rastro.
Los cenotes, playas y arquitectura de la zona son cada vez más visitados, afortunadamente, con el apoyo y colaboración de los guías de turistas, se mantiene un control en los variados destinos, toda vez que un numeroso grupo podría derivar en alguna afectación a las bellas reservas y pasajes naturales de la región.
“No es conveniente recibir grupos tan numerosos, por lo que nos avocamos a brindar la mayor información posible al visitante para lograr tener el menor impacto posible”, subrayó Euridice Hernández, quien desde hace seis años está certificada por la Secretaría de Turismo (Sectur) como Guía General de Turistas.
“Nuestro objetivo es, sea un grupo grande o pequeño, exhortar y convocar a cada una de las personas a cuidar el entorno”, dijo en entrevista con Notimex.
Durante los recorridos advierten y solicitan evitar el uso de cualquier químico en la piel, desde cremas, protectores solares, repelentes, entre otros complementos de cuidado, y se les invita a quitarse aretes y anillos y demás accesorios que puedan traer consigo.
Debido a las altas temperaturas y la variedad de moscos, no falta la persona que trate de burlar las normas, por lo que de antemano se les pide que tomen un baño y se sometan a las indicaciones del programa NDR (No Deje Rastro)”.
Entre los principios de dicho programa destacan: Planificar y preparar su viaje con anticipación, viajar y acampar en superficies resistentes, disponer de desperdicios de la manera más apropiada, respetar la fauna silvestre, considerar a otros visitantes, y dejar lo que encuentre.
Asimismo, los guías exhortan a la gente a valorar y respetar la naturaleza, toda vez que los mamíferos que habitan la zona viven tiempos difíciles y cada vez son más las especies en peligro de extinción.
“Por ejemplo, en Jungla Maya, al igual que en la península de Yucatán, abundan el mono araña, mono aullador, jaguares, boas, zorros, coatíes, tucanes, motmot o pájaro toh, serpientes coralillo, venado cola blanca, murciélagos y golondrinas”.
También abundan: “los árboles de naranja, mandarinas, limón, chicozapote, nanche, papaya, bromelias, almendro, chechén, chacá, aguacate local, chirimoya, palma y orquídea; algunas de estas flores están en peligro de desaparecer al igual que el venado y jaguar”.
Ante tal situación “reforestamos”, y para la conservación del lugar en general, “utilizamos biodigestores y humedales, además contamos con una planta de tratamiento a base de zeolitas”.
Euridice Hernández forma parte de la empresa eco arqueológica Alltournative, que cree y fomenta el turismo sustentable. “Nos agrada trabajar de la mano con los dueños de las tierras, los mayas”.
Al hablar en específico sobre uno de los tours que realizan, el de Jungla Maya, que te muestra el cenote Nohoch Nah Chich, la entrada al río subterráneo más largo del mundo, y el sistema Sac Actun, la guía comentó:
“Jungla Maya nació como tal, como lo conocemos hoy en día, desde hace aproximadamente siete años. Se firmó un contrato con Doña Rafaela, propietaria de la tierra en la que se encuentra la reserva natural que se visita. El objetivo es que los habitantes de la localidad obtengan un ingreso y el lugar se mantenga en óptimas condiciones”.
En este tour, el turista puede conocer una pequeña parte de Sac Actun, cerca de dos de los 154 kilómetros de longitud que conforman el sistema que posee además, una profundidad máxima de 72 metros.
“Nohoch Nah Chich significa ‘gran casa de aves’, puedes disfrutarse y admirar bellas estalactitas y algunas pequeñas especies marinas”, explicó Euridice Hernández.
Jungla Maya recibe aproximadamente 300 personas al día, lo que supone más de 100 mil turistas al año, de los cuales, cerca del 15 por ciento son mexicanos. “Lamentablemente no tenemos mucho turismo nacional, son los extranjeros los que más valoran y conocen las bellezas del país”.
Fuente: Notimex. Por Rocío G. Guzmán Mejía