Con el surgimiento de las nuevas tecnologías los seres humanos hemos cambiado radicalmente nuestra forma de vivir, en comparación con la de generaciones de hace apenas unas décadas. En campos como la medicina, la agricultura, educación y todo tipo de industrias, los procesos se han vuelto eficientes y otros han mejorado de manera considerable. En su mayoría todas las actividades humanas inminentemente han sido trastocadas por la tecnología.
El Turismo es una de la “industrias” más beneficiadas por la era de la tecnología. Y es que la cualidad principal de éste es el trasladarse a otro lugar, por lo tanto, todo lo desarrollado en materia de transportación aeronáutica y terrestre ha servido bastante para reducir tiempo y costos. Sin mencionar que también el servicio y la comodidad es un factor que sigue en mejora constante. Los sistemas de reservación online, aplicaciones para ubicar destinos, calles y puntos de interés, sin duda han venido a facilitar los viajes y estancias de turistas en todo el mundo.
Gracias a estos estupendos avances tecnológicos es posible conocer un lugar sin necesidad de estar ahí. Si bien es cierto, que con las imágenes, fotografías y vídeos es posible conocer determinados sitios, la perspectiva es limitada, estos muestran solo lo que el interlocutor considera importante o sobresaliente. Recientemente se hablado del turismo virtual. ¿De qué se trata esto? A través de sistemas cibernéticos se pretende que de manera virtual el usuario o <<el turista>> visite puntos de interés como zonas arqueológicas, edificios emblemáticos, centros históricos y hasta arrecifes de coral; todo de manera dinámica, ya que estos <<viajeros>> podrán elegir hacia dónde dirigirse y que ver.
Aunque ya existían las vistas en 360° y Google Maps. La idea de esta <<nueva manera de viajar>> es que el visitante interactúe con un guía de turistas virtual, así como información turística e histórica del lugar.
A pesar de que hay muy poca información de esta forma de viajar, surge la cuestión de si es necesario poner el título de turismo a algo que definitivamente no lo es. No atiende a la idea básica de este fenómeno, ya que para considerarse como tal debe existir el traslado físico. De esta manera, el «turismo virtual» se puede tomar como una buena herramienta o estrategia para estimular o motivar a los turistas potenciales. No es resistencia a la evolución, simplemente hay cosas elementales que no podrán cambiar.
Se podrá conocer, incluso hasta aprender de algún lugar, es fundamental el contacto personal, tocar, oler, escuchar, ver y en su caso, disfrutar los sabores de la comida. Es imprescindible estar presente y vivirlo.