Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua, lleva 21 meses con sus fronteras cerradas producto de la pandemia, específicamente desde marzo del 2020. Sin embargo, esto cambiará prontamente ya que el próximo 3 de febrero del 2022 es la fecha definida por la Municipalidad de Rapa Nui y el Gobierno de Chile para reabrir las fronteras de la isla al turismo.
Durante los últimos dos años, las medidas preventivas adoptadas permitieron crear una burbuja sanitaria exitosa en donde se han contabilizado solamente 9 contagios desde el comienzo de la crisis mundial del COVID-19. -Las autoridades han permitido solamente el ingreso y salida de residentes isleños en vuelos humanitarios -.
Con la suspensión de los vuelos comerciales, el turismo, una de las principales actividades económicas de la isla, ha sufrido un fuerte impacto del cual no se ha podido levantar aún.
En este escenario, en donde hay un Chile continental que abraza gradualmente la normalidad, vemos cómo en la insularidad de Rapa Nui se contrapone una baja capacidad hospitalaria y un bajo porcentaje de población adulta vacunada, el 56%, frente a la necesidad de reactivación económica en donde el turismo es gravitante para la economía insular.
Frente a esta situación, la Comunidad Indígena Polinésica Ma’u Henua que es la encargada de administrar el Parque Nacional Rapa Nui, decidió realizar en el mes de octubre una consulta ciudadana con la siguiente pregunta:
¿Quieres abrir la isla en enero (2022)?, en la papeleta habían dos posibles respuestas: “Sí” y “No”. El resultado fue un contundente triunfo del NO con un 66,76% de preferencias.
Si bien, esta consulta ciudadana no fue vinculante y en ella participaron 972 personas de los 8300 habitantes de la isla, nos da una señal clara de la percepción antagónica que existe en los habitantes del destino; por un lado el turismo masivo y por el otro el éxito de la gestión sanitaria de un territorio en pandemia, en donde la insularidad es una ventaja comparativa para prevenir nuevos brotes.
Es importante que señale que antes del Covid-19, Rapa Nui recibía anualmente cerca de 150.000 turistas que llegaban a explorar los misterios vivos de la isla, es decir 18 veces su población, lo que permitió que cerca del 90% de sus habitantes se dediquen a la actividad.
¿Es sostenible un turismo de estas características en la Isla post-pandemia?, Según los resultados de la consulta realizada por la Comunidad Indígena Polinésica Ma’u Henua la respuesta es No, debido a que no existen las condiciones sanitarias ni para el turista ni la comunidad para hacer frente a un eventual brote masivo.
Sin embargo, la solución a esta problemática no viene con la compra de más ventiladores. Según declaraciones del alcalde Pedro Edmunds, la idea es reducir la carga de vuelos comerciales de 14 a 4 semanales, lo que descomprimiría en cerca de un 70% la llegada de turistas a la isla.
Al respecto, terminar con un turismo masivo no es una idea nueva, es un anhelo histórico del pueblo Rapa Nui que choca constantemente con los intereses comerciales de la industria. No obstante, la disminución de la llegada de turistas implicaría directamente la baja del ingreso de nuevas divisas a la isla, lo que tendría un efecto negativo inmediato en el crecimiento económico de sus habitantes. Sin embargo, también traería un aumento en el bienestar y la calidad de vida de la comunidad local.
¿Hay en la post-pandemia una oportunidad para un turismo sustentable?
Según la comunidad Indígena Polinésica Ma’u Henua el “Plan Umanga” es el camino. Esta planificación a 5 años plazo busca la diversificación de sus áreas de desarrollo económico hacia la agricultura y la ganadería, lo que permitiría oxigenar la actividad turística y de esta forma disminuir la carga de visitantes proyectada, sin sancionar bruscamente la economía local en el mediano plazo.
En síntesis, el turismo se enfrenta a nuevos desafíos en movilidad, seguridad sanitaria y bienestar de las comunidades locales. No se podrá hablar de sustentabilidad sin considerar estas nuevas dimensiones. Por lo tanto, hace sentido mirar el “Plan Umanga” que se ejecutará en el Parque Nacional Rapa Nui para avanzar hacia modelos mixtos de desarrollo económico en territorios saturados por la industria. En donde el turismo juegue un rol articulador de futuros procesos de desarrollo.