turismo sobre carretera

El pasado 11 de marzo la OMS (Organización Mundial de la Salud) catalogó  el COVID-19 como una pandemia. Esta noticia paralizó el mundo creando nuevas normalidades en las cuales se exigen la implementación de normas de bioseguridad y cuarentena obligatoria. Estas medidas de salud pública que pretenden controlar la emergencia sanitaria han generado la interrupción de las actividades lucrativas globales. Hasta el momento existen varias proyecciones sobre el futuro de la economía. Según el informe de perspectivas económicas del Banco Mundial se espera el desplome en un 7,2% de la actividad económica para Latinoamérica y el Caribe para este año, siendo esta la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentaron una disminución del producto per cápita. Por otro lado, también se proyecta la caída de los ingresos per cápita en un 3,6 % y empujará a millones de personas a la pobreza extrema este año. Todas estas son conjeturas y la única realidad es que el futuro de la economía global es incierto.

Muchos sectores económicos han adoptado una postura resiliente y se han propuesto reinventarse con el fin de poder adaptar sus productos y servicios para ser competitivos. El reinventarse exige ajustarse a las nuevas  exigencias del mercado, reorganizando y respondiendo a las mismas, moldeando productos y servicios a los nuevos clientes, además de replantearse el modelo de negocio, estrategias comerciales y estructuras organizacionales. Este no es un trabajo sencillo. Pero, ¿cómo reinventar la actividad turística y satisfacer las necesidades emergentes de los turistas en el escenario Post-COVID-19?

En primera instancia, con el fin de repensar el turismo, debemos tener claro cuáles son los nuevos requerimientos de los clientes y las directrices que los destinos turísticos deben aplicar para generar confianza en este, las comunidades y agentes turísticos, y con esa imagen atraer más turistas. Al revisar los nuevos lineamientos y directrices que propone la OMT para reabrir el turismo se encuentran:

  • Priorizar calidad por encima de la cantidad 
  • Diversificar los productos de turismo cultural
  • Impulsar la participación de las comunidades y el turismo doméstico 
  • Personalizar la oferta cultural para los visitantes internacionales
  • Favorecer el emprendimiento y la innovación en el turismo cultural
  • Hacer el turismo cultural accesible para todos

Si revisamos detalladamente estas propuestas nos damos cuenta que las propuestas se relacionan directamente con lineamientos tradicionalmente promovidos por la OMT: 

  • Turismo sostenible: se define como el que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.  (UNEP y UNWTO, 2005)
  • Capacidad de carga: se refiere a la posibilidad biofísica y social que tiene determinado lugar para permitir un determinado flujo de personas mientras realizan una actividad turística, a la par que se mantiene el desarrollo del área y la completa satisfacción del visitante. Representa el máximo nivel de personas que un espacio físico puede soportar antes que el recurso ambiental se comience a deteriorar. (Entorno turístico)
  • Sistema manejo de visitantes: permite organizar el manejo de la actividad turística en áreas, respetando siempre los objetivos de conservación. Se adapta a las condiciones de cada área, tomando en cuenta sus aspectos biofísicos, sociales y culturales, además permite que las comunidades tengan el manejo integral del destino, haciendo una distribución equitativa de los turistas y generando así ingresos a todas las comunidades que participan en el desarrollo de actividades turísticas. (Zorrilla, 2019)

Estos no son más que conceptos que ya habían sido promovidos por entes internacionales y/o no gubernamentales como la ONU, OMT, entre otros, los cuales han sido desatendidos debido al crecimiento apresurado del sector.  

La lista de conceptos que han sido obviados durante los últimos ciclos de desarrollo turístico es larga. Por ende, es importante que reconozcamos que durante muchos años hemos entendido el turismo sólo como el intercambio de servicios y/o productos por dinero y que se han cometido muchos errores, los cuales han traído consigo consecuencias negativas como: impacto ambiental negativo, afectaciones a la estructura productiva de los destinos, encarecimiento de bienes y servicios, sobrecarga de infraestructura urbana, gentrificación, entre otros. Estos quedaron evidenciados en esta coyuntura de COVID-19 y no los podemos seguir soslayando. La apropiación de estos conceptos en las comunidades, destinos y países turísticos permitirá el buen manejo y planificación del turismo.

En ese sentido, la reactivación del sector turístico durante las primeras etapas de la era post-COVID no implica necesariamente reinventarse, sino volver sobre las tareas que hemos desatendido durante muchos años. 

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Por Irina Asprilla Mosquera

Administradora de Empresas Turísticas y Hoteleras, con experiencia en ventas y apasionada por un turismo sostenible, innovador y equitativo. Creo fielmente que podemos desarrollar la actividad turística empoderando a las comunidades locales y generar beneficios para todos.

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