Repensar el turismo

Hablemos de lo que no se habla.

No. El turismo no es solo un sector económico.

Tampoco es una “industria sin chimeneas”.

Por un lado, hay una visión simplificada del turismo que lo reduce a una actividad económica, al transporte y al alojamiento; lo cual es una herencia de la visión economicista de la segunda mitad del siglo XX cuando inicia el turismo de masas.

Es ahí donde lo ubican como parte del comercio internacional.

El problema es que esa visión deja a un lado, entre muchas otras cosas, la verdadera masa crítica de movimientos, causas y efectos del turismo a nivel mundial que es el turismo interior.

Deja también de lado el hecho de que el turismo impacta mucho más allá de la economía ya que es una de las actividades más complejas del planeta debido a que territorialmente, la movilidad de personas abarca la totalidad de los países del mundo (menos los que están en algún conflicto armado); y por ello los impactos sociales, culturales y ambientales que provoca son mucho más amplios.

Ante la visión económica simplificada, se seguirá aspirando a un mayor número de llegadas internacionales y mayor derrama económica en los destinos, sin importar demasiado los efectos y consecuencias que van más allá. Son también efectos y consecuencias culturales, ambientales, psicosociales, urbanos, entre otros.

Tampoco es una “industria sin chimeneas” porque el turismo no es una industria. En su momento se le llamó así porque el impacto económico del turismo era semejante al del sector industrial, pero sin contaminar. Hoy sabemos que no es así. Durante 2021, el turismo fue responsable del 10% del total de las emisiones de gases en el mundo, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Sídney.

Es verdad que el turismo, entendido como modelo de desarrollo y no solo como una actividad económica, ha generado beneficios a comunidades locales. Es verdad que el turismo es un puente de entendimiento entre las personas y entre las naciones, como lo afirma el Secretario General de la Organización Mundial de Turismo.

Pero no podemos dejar de hablar de que el turismo nació y se desarrolló con el capitalismo global, y sin emitir un juicio de valor, tiene los mismos efectos, tanto positivos como negativos. Y en algunos casos, de manera potenciada.

Y bajo esa óptica, el post turismo seguirá en constante evolución, pero será importante determinar lo que queremos para el futuro. Lo que cada destino, lo que cada ciudad, lo que cada villa turística quiere para el futuro.

Les invito a pensar que el turismo es mucho más que economía. Es un fenómeno social complejo, de alcances globales; de ahí que por más que se estén dando algunos ajustes profundos en el sistema, el turismo también los tendrá. Pero en esencia seguirá igual.

En el inicio de la tercera década del siglo XXI, es importante que pensemos en el turismo como algo más que economía.

Pongamos a la persona en el centro de la discusión e incorporemos con seriedad en el lenguaje del turismo conceptos referentes a la gentrificación, turismofobia, impactos psicosociales, aculturación, capacidad de carga, mentefactura, bienestar social y sostenibilidad.

En la próxima entrega, abordaremos justamente esto último. Las filias y las fobias de la sostenibilidad en el turismo…

Abramos el debate.

Dinos tu opinión

Por Dr. Javier Ruiz Hermoso

🇲🇽 Consultor en turismo, sostenibilidad y nuevas tecnologías. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México. Director General del Centro de Formación y Actualización Turística y Gastronómica. Miembro de Club Skål. Docente, autor y conferencista internacional.

Facebook2k
Twitter203
Instagram649
Tiktok234