Ayer, tuvo lugar en Madrid, en el restaurante “El reloj de Harry y Sally” (cuya dueña es también propietaria de “La Bola”, uno de los locales especializados en cocido más famosos de la capital de España) la presentación, por parte de la Oficina de Israel en España, de un menú auténticamente kosher, partiendo de un plato tan típico como es el cocido madrileño. La cita fue, además, un motivo de júbilo al anunciarse la apertura gradual de Israel al turismo, tras la época de pandemia.
Hablar de kosher significa que el plato ha sido elaborado con productos autorizados por la ley rabínica, siguiendo pautas como no mezclar la leche y el pescado o no añadir cerdo, por ejemplo. Este último, producto muy clásico del cocido madrileño en el apartado de las carnes, no existe en esta versión kosher, por este motivo.
Los orígenes del cocido son comunes a la cultura española y sefardí. En el mundo judío-sefardí, la receta proviene de la llamada Dafina, una olla, donde se elaboraba un guiso, a fuego muy lento, de garbanzos con cordero, el viernes por la noche respetando el Sabbat (el sagrado séptimo día de la semana judía). De ahí, el origen común con el cocido madrileño, también elaborado con legumbres y viandas y de forma muy lenta.
Por ello, en la versión kosher del cocido que se pudo degustar no aparecen carnes como el cerdo o el jabalí, y sí productos cárnicos como el cordero, el ciervo, el vacuno, la gallina…El chorizo es, en este caso, de ternera y no de cerdo. Todo ello, hace que la sopa de fideos (primer plato tradicional del cocido), así como la segunda parte de carnes sea más ligera y con menos grasa que el cocido tradicional madrileño, aunque el sabor resulta, al fin y al cabo, muy parecido.
El postre kosher, una mousse de chocolate, fue elaborado con chefs del Rabinato de Madrid y se suele comer en el Colegio Judío de la capital.
En este estilo kosher, que significa para los judíos, “apto para el consumo”, no hay nada artificial en los productos. Juan Pozuelo, chef de “El reloj de Harry y Sally”, así lo subrayó cuando presentó la receta, junto a Dolores Frías, directora del Turismo de Israel en España.
Para completar la presentación, el periodista de viajes, Pedro Grifol, conocido también por sus dotes de “maestro” coctelero, elaboró una bebida a base de Whisky kosher. Este proviene de Escocia y luego va a Tel Aviv (Israel), donde encuentra un óptimo clima, en barricas de roble americano. El coctel, de inspiración de la Edad Media, estuvo elaborado con cítricos y miel.
Ya solo quedó brindar por esta fusión hispano-judía gastronómica con un “Lejaim!”, como llaman al brindis en el mundo judío.