Cuando se prepara un nuevo viaje, el nombre del destino turístico es lo primero que se escribe en el buscador. El viajero desea saber todo acerca del nuevo lugar y las personas que crearán las experiencias durante la travesía en sus siguientes vacaciones. Pero no basta ni se confía con la información publicada en la web o redes sociales, el turista incluso puede llamar al destino o acudir a su agente de viajes favorito para confirmar la situación del lugar por varias vías antes de su partida.
El profesional del turismo debe conocer todo lo que rodea un destino, desde los atractivos culturales y naturales, hasta la situación sociopolítica que enfrenta en la actualidad para así poder hablar sobre él, después de todo es parte esencial del atractivo en sí.
Y entonces, regresando a la experiencia propia del viajero, uno de las preguntas que todos nos hacemos al llegar al país o ciudad de nuestra elección es: «¿Qué tan seguro es aquí?»
¿Cuándo un destino es seguro para el turista?
De forma simple podemos decir que un destino es seguro cuando el turista puede salir a disfrutar mientras comparte con los habitantes de la localidad sin preocupación de lo que le pueda llegar a sucederle física o moralmente. Esta sería la respuesta corta, pero no, la seguridad abarca mucho más que saber que nadie nos hará daño. Dentro de la seguridad también hay que mencionar: orden público, información y señaletica (incluso en diferentes idiomas), atención a emergencias médicas, (centros de salud en buenas condiciones), medios de transportación adecuados y orden en las vialidades y el tránsito, así como carreteras en buenas condiciones.
Muchos son los factores que afectan la seguridad de un destino, pero el primordial es la población, se pueden dar situaciones en los que los moradores no estén de acuerdo en que se realice la actividad turística en los alrededores de sus viviendas, de igual forma también son muchos los factores que pueden causar este fenómeno: podemos mencionar dentro de estos una excesiva capacidad de carga y la falta de cultura turística que permita mediante una buena comunicación y sensibilización, mostrarle a los pobladores las ventajas y desventajas del desarrollo turístico en su localidad.
Por otro lado, podemos destacar que la reputación sobre seguridad de un destino se puede ver afectada por su pasado, por hechos que ocurrieron con anterioridad, cuando quizás aún no se desarrollaba el turismo en la zona. Este es una situación con la cual deben lidiar los «turismólogos» junto a las instituciones reguladoras de turismo de su país.
Un país puede tener una alta posición como destino turístico, distinguirse por su gente cálida y amor a los demás, tener paisajes paradisiacos y exóticos o simplemente tener una buena ubicación geográfica, pero si accidentes aislados llegarán a suceder y estos se hacen públicos a los medios internacionales, dicho destino perdería apreciación por los que aspiran a visitarlo, obviando todo lo bueno que pueda tener.
Latinoamérica y el Caribe sufren mucho las consecuencias de la inseguridad en los destinos turísticos. Habrá que estar consientes que todo lo que aquí mencionado es parte de la antesala de la experiencia turística.