En Bélgica surgió una iniciativa que motiva a la gente a leer libros. La idea la tuvo Aveline Gregoire, originaria de aquel país y maestra de primaria, quien cuando se dio cuenta del fenómeno que causo la aplicación Pokémon Go entre los jóvenes y niños, tuvo la idea de crear un “juego” donde sin “Poké-paradas” ni realidad aumentada, la gente caminara por la ciudad con la posibilidad de encontrar libros escondidos.
El proyecto fue puesto en marcha en Facebook bajo el nombre “Chasseurs de livres«, (traducción al español: “Cazadores de libros”) y según la descripción que ahí podemos leer: “Es un espacio con libros abandonados en la naturaleza, que puedes atrapar’, leerlos y volver a liberarlos´».
Al principio, Aveline después de haber creado el grupo, invito a personas cercanas a su vecindario y subía fotos con pistas para saber dónde podrían encontrar libros, a lo que “los jugadores” debían ser astutos para poder llegar al lugar donde estaba el libro, con la condición de que “abandonaran” un libro en otro lugar y de la misma manera subieran pistas para que más jugadores pudieran participar. Dentro de las pistas puede haber una explicación (en imagen) más amplia que permita identificar el punto de “abandono” del libro.
El grupo de Facebook fue creado el pasado 12 de agosto y gracias al éxito, hasta la fecha tiene 75,190 seguidores. “Jamás pensé ni pretendí inventar este concepto, ya existía antes, únicamente lo cree a la manera correcta y en el momento indicado” dijo su realizadora.
Aveline comenta que su único objetivo era promover la lectura para todos, incluso para aquellos que no son asiduos visitantes de bibliotecas o librerías. Ella asegura tener el “virus” de la lectura y espera poder regarlo a más gente.
La forma simple de participar consiste simplemente en “abandonar” un libro en algún lugar de la ciudad, escribir una nota que explique dónde podría estar, tomarle una fotografía, subirla al grupo de Facebook y esperar a que alguien encuentre el libro. Quien lo haga, tendrá que repetir la acción. La otra manera que es un poco más compleja se trata de una vez encontrado el libro, se deberá subir al grupo una explicación de donde lo encontró, adjuntando qué libro era y una descripción del mismo.
¿Te imaginas esta idea en México o en América Latina? Deberíamos ponerla en marcha, ¿no crees?