Tejidos que se inmortalizan debería ser el título de este pequeño artículo que lleva consigo la historia que realizan un grupo de mujeres del Centro Poblado Menor San Antonio del río Mayo de la Provincia de Lamas, del destino turístico Tarapoto – Región San Martín, un pueblito pequeño de la selva peruana, donde realizan unos hermosos telares a base de algodón que les sirve para confeccionar mochilas, talegas, morrales, hamacas, cartucheras, monederos entre otras cosas.
Decidí escribir este artículo porque las conocí y conocí de sus artes, y sé que muchos artesanos de mi región ahora la vienen pasando mal ya que la artesanía era la principal fuente de ingreso para sus familias, además porque este arte se viene perdiendo día a día y ellas luchan no sólo por mantenerlo sino también por preservarlo como una forma de vida, que sea valorado como se merece en la sociedad.
Este es un arte peculiar porque algo similar puedo ver en las redes sociales de Colombia y México, seguramente con otros países también, pero lo tradicional de esta parte del Perú es que ellas lo realizan con el famoso algodón pardo que crece en dicha zona.
Ellas aprendieron desde niñas a tejer como jugando y luego se convirtió en su trabajo, en sus sustento para obtener algo de dinero para la familia y que hoy por hoy se vienen constituyendo como una pequeña empresa familiar que con el tiempo tuvieron que ir perfeccionando, muchas de ellas tuvieron que hacer eso gracias a que sus hijas lograron viajar a las grandes ciudades, donde lograban tomar fotos de otros modelos que veían en revistas, tiendas e inclusive el internet para que lo tomen como modelo y se visionen más allá de ello.
Esto conllevó a elaborar nuevos productos y por consecuencia a su buen trabajo a ser invitadas en ferias nacionales de la ciudad del Cuzco en el 2017 donde lograron exponer sus trabajos frente a una gran cantidad de turistas que sí valoraban estas obras de arte, luego fueron invitadas por primera vez a través del Gobierno Regional de San Martín en el 2019 a un encuentro de mujeres amazónicas, donde también se mostraron a casi todo el Perú y el exterior, pudiendo vender todos sus productos lo cual les llenó de felicidad, ya que eran estos los espacios que ellas siempre buscaron llegar para darse a conocer.
Ellas consideran que son precisamente las ferias nacionales en la ciudad capital “Lima” las que son motivadoras, porque encuentran diferentes artesanos donde pueden compartir experiencias e inclusive pueden aprender nuevas técnicas y ver nuevos modelos que les sea de mucha utilidad porque siempre buscan innovar.
Con la artesanía de algodón pardo ellas pudieron muchas veces ayudar a contribuir de manera fundamental en sus hogares y hacer estudiar a sus hijos lo que ahora se ven afectados con la pandemia que afecta a todo el mundo, ya que ellas podían vender sus productos a empresas importantes de Tarapoto como “La Patarashca” y “Puerto Palmeras”, lo cual siempre nos motiva a que quizá en algún momento puedan exportar, ya que es el mayor sueño de aquellas artesanas.
Estas grandes mujeres dicen que este arte lo hacen con pasión y rescatando los saberes que fueron transmitidos de generación en generación, ya que hoy en día son pocas personas las que vienen elaborando este producto y entre ellas podemos encontrar a las “Tres Marías” y “Picshas”.
Sin lugar a duda este tipo de arte debe prevalecer en el tiempo. Mi reconocimiento y estima hacia todas ellas que hacen de un Perú cada vez mejor, que desde sus espacios forjan un desarrollo hacia nuestra ciudad. Seamos parte del cambio como siempre digo, nosotros desde nuestros espacios podemos contribuir con nuestro pequeño granito de arena; ¡yo los invito!
Si podemos apoyar a nuestros artesanos de alguna forma del Perú y del mundo podemos hacerlo, compartiendo este artículo o también compartiendo sus artes a través de fotos y comprando lo que ellas producen, esta es una oportunidad, comparte por este medio lo que tus artesanos producen para el mundo.