El tlacuache, conocido como zarigüeya o incluso como “zorro del monte”, es un marsupial que pertenece a la familia Didelphidae. Es un animal nocturno y solitario, conocido por su habilidad para fingir que está muerto cuando se siente amenazado. Su nombre popular en México viene de “tlacuatzin”, que quiere decir, “pequeño que come fuego”.
En México, existen alrededor de 8 especies de tlacuaches que presentan características únicas que los adaptan a diversos ecosistemas. Algunos de ellos son el acuático, común, norteño, dorado, cuatro ojos y el tlacuache ratón.
Aunque pueden llegar a ser confundidos con ratas, son reconocibles por su apariencia única.
Las ratas y los tlacuaches se diferencian físicamente en varios aspectos. Las ratas son generalmente más pequeñas y delgadas: miden entre 15 y 30 cm, excluyendo la cola, que es delgada, sin pelo y cubierta de escamas. En contraste, los tlacuaches suelen ser más grandes y robustos, con cuerpos de entre 30 y 50 cm, y una cola prensil más fuerte y parcialmente cubierta de escamas, útil para agarrar objetos. Además, las ratas tienen una cabeza pequeña y estrecha con un hocico puntiagudo, mientras que los tlacuaches tienen una cabeza más ancha, una cara puntiaguda y un hocico alargado.
Índice
Leyendas y mitos del Tlacuache
El tlacuache ha sido una figura importante en las culturas prehispánicas de México. En la mitología náhuatl, era visto como un embaucador astuto y sabio.
En el libro «El tlacuache y el fuego» de Pablo Eduardo Franco Romero se cuenta la leyenda de Tlacuatzin, un tlacuache con mala fama, conocido por su mal comportamiento, pues era grosero, perezoso y robaba comida; además tenía un enorme gusto por el pulque. Por lo que nadie confiaba en él.
Durante un duro invierno, el sol y el fuego desaparecieron, sumiendo al mundo en la oscuridad y el frío. Cuentan que a causa de esto, Mixtli, la hermana menor de Atzin, enfermó, mientras los gigantes, seres malévolos, se apoderaban del fuego.
En un acto heroico, Tlacuatzin se ofrece a recuperar el fuego robado. A pesar de las burlas y la incredulidad de los aldeanos, el tlacuache se aventura en una misión peligrosa, siendo perseguido por un jaguar que teme ser castigado por los gigantes si el fuego es devuelto a la humanidad. A través de una serie de acciones valientes y astutas, Tlacuatzin logra prender fuego a su propia cola con una brasa y escapa corriendo hacia el pueblo, soportando el dolor de las quemaduras. Por esta razón, es que no tiene pelo en esa parte del cuerpo.
Finalmente, llega al pueblo con el fuego, encendiendo una fogata y restaurando la luz y el calor. Los aldeanos, sin poder creer tal hazaña, se dan cuenta de que este pequeño animal, a menudo despreciado, ha salvado al pueblo, lo que le genera admiración y gratitud de los aldeanos, con lo que se demuestra que incluso los menos valorados pueden ser héroes.
Características físicas, ¿Cómo es el tlacuache?
Los tlacuaches tienen varias características físicas distintivas:
- Dimensiones: varían desde los 30 cm hasta más de 50 cm, con un peso que puede llegar hasta los 5 kg.
- Pelaje: generalmente gris, aunque puede variar de marrón a negro.
- Cola prensil: lo que les permite agarrarse a las ramas y objetos y colgarse boca abajo.
- Ocico: es alargado y puntiagudo. Más prominente que el de otros mamíferos. Su nariz es rosada, y tiene bigotes largos y sensibles alrededor del hocico que le ayudan a explorar su entorno.
- Patas: Las patas delanteras son más pequeñas y ágiles, mientras que las traseras son más grandes y robustas, adaptadas para trepar y manipular objetos. Tienen cinco dedos en cada pata, con uñas afiladas que les ayudan a agarrarse a superficies y ramas. Tienen un dedo pulgar en las patas traseras opuesto, similar al de los humanos, lo que les ayuda a trepar.
Reproducción y cría de los tlacuaches
El tlacuache es considerado un marsupial debido a que pertenece al grupo de mamíferos que poseen una característica distintiva: un marsupio o bolsa marsupial. Esta bolsa es una estructura en el abdomen de las hembras donde albergan y protegen a sus crías después del nacimiento.
El desarrollo de sus crías no se completa dentro del útero materno, como en los mamíferos placentarios. En lugar de ello, las crías nacen en un estado de desarrollo muy prematuro. Tras el nacimiento, se arrastran hacia el marsupio de la madre, donde se aferran a una de las glándulas mamarias y continúan su desarrollo. Aquí, permanecen durante varias semanas, alimentándose y creciendo hasta que están lo suficientemente desarrolladas para salir al mundo.
Su periodo de gestación es de 12 o 13 días; y alcanzan su madurez sexual entre los seis u ocho meses. Las hembras pueden tener hasta tres camadas por año, con un promedio de 6 a 9 crías en cada una.
Su esperanza de vida en estado salvaje es relativamente corta, pues va desde los dos hasta los seis años.
¿Cuál es el hábitat y distribución geográfica del tlacuache?
El tlacuache se encuentra en una variedad de hábitats, desde bosques tropicales y subtropicales hasta áreas urbanas. Pueden adaptarse a climas templados y tropicales. Habitan en tierras bajas cerca de ríos, tierras de cultivo y zonas suburbanas. Su rango de distribución abarca desde el sureste de Canadá hasta el noreste de Costa Rica, siendo más común en México y Centroamérica. Se adaptan fácilmente a diferentes entornos, lo que les permite sobrevivir en áreas urbanas y rurales.
En México se encuentra en casi todo el territorio.
¿Qué comen los Tlacuaches?
Los tlacuaches son omnívoros y tienen una dieta muy variada. Su menú incluye una amplia gama de alimentos, desde insectos y frutas, hasta pequeños mamíferos, aves, huevos y carroña, lo que les permite adaptarse a diferentes hábitats y épocas del año.
Gracias a su capacidad para consumir una gran variedad de alimentos, los tlacuaches juegan un papel importante en el equilibrio de los ecosistemas, ayudando a controlar las poblaciones de insectos y dispersando semillas.
El tlacuache es un animal fascinante que juega un papel importante tanto en la cultura como en la ecología de México.
A pesar de las amenazas que enfrenta, debido a la deforestación y la expansión de la mancha urbana, así como la caza indiscriminada y la introducción de especies invasoras, es un animal adaptable que merece respeto y protección. Aprender más sobre el tlacuache nos permitirá tomar medidas para convivir con ellos de manera armoniosa, y así garantizar su futuro y el equilibrio de nuestros ecosistemas.