El surgimiento y proliferación del COVID-19 ha puesto de manifiesto las diversas desigualdades que entre los seres humanos existen en todo el mundo, varias de ellas causadas por la concentración de capital económico en pocas manos, la sobre explotación de los recursos naturales, sistemas de salud e infraestructura sin mantenimiento, caducos, o desmantelados, entre otras varias manifestaciones, son la constante y estas han quedado a flor de piel.
El crecimiento lineal de la economía, con base en la explotación y extracción de los recursos naturales, en un alto porcentaje, se vio como la apuesta que podría solventar y aliviar los padecimientos de la humanidad. Ha quedado ya demostrado que no es así. Ahora el crecimiento económico ha tomado otros rumbos y formas, pero por desgracia el mismo fondo: acumulación, solo que ahora a través de las nuevas tecnologías de la información, que si bien importantes y que han revolucionado el devenir histórico de la humanidad, ha dado origen a nuevos millonarios aglutinados en un grupo que ya se empieza a deletrear como GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, y Microsoft).
Pero, ¿por qué mencionar lo anterior, si nuestro tema es el turismo? porque el turismo ha sido uno de los grandes afectados por el nuevo coronavirus, y previo a ello, han sido grandes regiones naturales y culturales las afectadas por la sobre explotación de la misma actividad turística de masas o bien por la actividad extractiva, porque ahora para posicionar un servicio turístico o destino se hace necesario e indispensable hacer uso de alguna de las herramientas de GAFAM, es por eso que los dos párrafos primeros debían ser mencionados, sin agotar ni uno de ambos temas y solo anotarlos como corolario.
Desde ya se hace necesario replantear las actividades dentro de cada destino turístico, armonizando las actividades con un enfoque de conservación, preservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, paisajísticos y ambientales que se encuentran en el México indígena y con un alto respeto a las culturas locales, lo anterior nos encaminará hacía una economía verde y más humana. Si así lo hacemos tendremos, entonces, una oferta turística más armónica post COVID-19.
Siendo así, la actividad turística, innata al ser humano, seguirá su camino, dando respuesta a la inquietud y necesidad de la humanidad por conocer, descubrir, disfrutar, maravillarse y embellecerse, con lugares y culturas ajenas o propias, lejanas o cercanas a su realidad, así el turismo tendrá que reformularse y rejuvenecer su rostro.
La Federación Indígena Empresarial y Comunidades Locales de México, A.C. (CIELO), ha impulsado desde su nacimiento el Turismo Indígena que es diseñado, planeado y manejado por los propios actores, los pueblos y comunidades indígenas, en donde vivir una experiencia de turismo es vivir la cultura, el arte, idioma, gastronomía, artesanía…, y a través de los sentidos gustar de los aromas más excelsos que la Madre Tierra tiene en sus flores, suelo, aguas, desiertos, montañas, selvas, canto de las aves, y más.
Un turismo en donde la biodiversidad, la cultura y el territorio no se ven como si fueran un negocio en liquidación, sino como una alternativa para el Desarrollo, con identidad que se encamina hacia el buen vivir, un turismo en donde el respeto a la Madre Tierra, es pilar fundamental, la mujer y el hombre son la suma, el pueblo y su cultura son sujetos y no objetos de folclore.
Es así que, la práctica del turismo indígena, no significa concentración de la economía, sino un encadenamiento de las diversas iniciativas locales que refrescan (y seguirán refrescando) la economía local, que aporta al fortalecimiento del tejido familiar y social, además de mitigar la migración y seguir conservando el conocimiento ligado a la biodiversidad, para así continuar con la herencia que se deja a futuras generaciones, todo ello y más significa el ejercicio del Turismo Indígena.
Finalmente, en la prudencia de nuestros pueblos esta el sello de la pervivencia a través de los siglos, compartir un poco de lo mucho que tenemos a través de nuestras empresas de Turismo es continuar ensalzando nuestra cultura, sin llegar al chovinismo, pero sin caer en el folclore.
“La Esperanza, esa palabra mágica que nace del Alma, se Alimenta de la Creatividad e Inteligencia Humana, pero tiene más Fuerza cuando viene de la Pureza y Pasión Colectiva”