Con el transcurso de los últimos años, es imposible negar el sorprendente crecimiento que ha tenido el turismo deportivo dentro de la industria, logrando posicionarse como una de las modalidades turísticas con una tendencia a crecer. Según el informe de Allied Market Research, el sector de los viajes por motivos deportivos crecerá de media un 16.1% al año entre 2021 y 2030, considerando un fuerte impulso tras la pandemia, que limitó los desplazamientos entre países. Asimismo, según se expuso en el segundo Congreso de Turismo Deportivo organizado por la OMT, desarrollado en Zadar, República de Croacia, el 26 y 27 de abril de 2023, este sector representa alrededor del 10% del Turismo Mundial y genera más de 700 mil millones de dólares anuales.
Ahora bien, ¿por qué se produjo este boom? Es necesario aclarar que el turismo deportivo es una modalidad del turismo en «donde un individuo se desplaza desde su lugar de residencia a otro para practicar un deporte, participar de una competencia deportiva, asistir como espectador de un evento deportivo o sencillamente para conocer su patrimonio deportivo» (Sarmiento 2019). Es evidenciable el creciente diseño de productos turísticos diversificados y bien segmentados, ofreciendo un panorama interesante para este tipo de demanda. Sin embargo aún hay mucho por hacer.
Es verdaderamente admirable la pasión que inspira el deporte para todos y todas a quienes les otorgue una oportunidad, pues, sin duda alguna, produce emociones intensas que son difíciles de replicar en otras disciplinas. Debido a ello, se genera un gran sentido de grupo o pertenencia, convirtiéndolo, en muchas ocasiones, como parte de nuestra identidad y rutina.
Un factor importante es que el deporte no solo implica la práctica de una actividad física y/o recreativa que repercute positivamente en nuestra salud integral, sino que también se ha transformado en un motor de desarrollo social y económico de los territorios. Esto abarca desde los territorios en los que hay disponibles grandes y modernas instalaciones deportivas, como los estadios de fútbol, hasta aquellos sitios naturales idóneos para practicar un determinado deporte, como por ejemplo las playas para surf.
El punto relevante aquí, es que el deporte cuenta con una enorme cantidad de interesados que están dispuestos a trasladarse a los lugares asociados a disciplinas deportivas. Las unidades de deportes, no pueden trabajar solas en esta gestión, es aquí donde se genera la oportunidad de un trabajo conjunto entre turismo y deporte, dando paso a una dupla poderosa, «deporte y turismo».
El deporte y el turismo, actuando de manera conjunta por un objetivo en común, dan origen a una sinergia única, obteniendo resultados mayores a si se hubiesen desempeñado de modo independiente. Mediante un trabajo mancomunado pueden fomentar un desarrollo local conectado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aportando en este plan de lograr un futuro mejor y más sostenible para todos.
Una correcta gestión del turismo deportivo trae un sinfín de beneficios, como lo son la diversificación económica de los territorios, la innovación constante de la oferta turística, el aumento de la práctica deportiva entre los residentes, el combate a la estacionalidad del turismo, la puesta en valor de las instalaciones deportivas, la transformación del espacio en un territorio saludable, la aparición de nuevos modelos de negocios para los locales, la inclusión en todas sus dimensiones, el crecimiento de áreas menos desarrolladas y, en materia del patrimonio deportivo, la promoción de su rescate, conservación, salvaguarda y difusión.
Para maximizar los impactos positivos del turismo deportivo, es necesario trabajar de manera asociativa y potenciar el ecosistema deportivo y turístico de los territorios, siendo conscientes de los continuos cambios y tendencias de la sociedad. Es primordial el adecuarse a las nuevas necesidades de su demanda y, para ello, es necesario delimitar y educar sobre los alcances y gestión del turismo deportivo. Actualmente existen iniciativas destacables que han aportado en esta discusión, como por ejemplo, la labor de Turismo deportivo Chile, la recientemente creada Red Latinoamericana de turismo deportivo y la carrera de Ingeniería en Gestión Turística de la UTEM, Universidad Tecnológica Metropolitana del Estado de Chile, con su ramo de turismo deportivo. No obstante, para continuar con este avance en materia de sustentabilidad, desarrollo local, inclusión e innovación, se requiere que otras organizaciones y empresas de Latinoamérica se unan en esta consigna.