Este año será diferente con respecto a otros en la historia económica de México, será el primero de una nueva época, “el turismo después del petróleo».
Como ya se ha dicho en los últimos días hasta el cansancio, el turismo ha superado consistentemente a la captación de divisas obtenidas por el petróleo. Ahora podemos decir con autoridad que el turismo es para el país una actividad económica medular y estratégica. En definitiva es inevitable no considerar a esta como prioridad para la agenda política nacional. Es momento de redirigir los esfuerzos públicos para seguir fortaleciendo y consolidar lo que podemos llamar una diversificación turística real. Sin ignorar el potencial para generar empleos incluyentes, además de lograr la estabilización del entorno social.
Ante el inminente derrumbe del petróleo, el turismo surge como una alternativa auténtica y cercana para lograr el desarrollo nacional. Hasta el momento, en cuanto a números no hay nada que reprochar a la administración de Peña Nieto, en poco tiempo se ha mostrado un crecimiento notable. A pesar de que la competencia a nivel mundial cada vez es más exigente.
¿Cómo lograr seguir creciendo cómo hasta ahora? Pero lo más importante ¿cómo mantenerse? La respuesta es la voluntad política y disposición de la industria turística privada. Los temas con mayor debilidad son la competitividad y la seguridad. Esperamos que este momento dorado para el turismo en México, sea una realidad y no un simple golpe de suerte.
Sería muy conveniente que la cultura de México -que no se compara con la de ningún país de este lado del mundo- debiera ser el núcleo de la oferta, además es importante dejar de cargar todos los esfuerzos al turismo de reuniones, el de salud y el de lujo, que son verdaderos pilares del turismo en México, con los cuales sin duda se puede competir a nivel internacional. Sin duda el segmento tradicional de sol y playa es el que nos ha mantenido cerca de las potencias mundiales en materia. Será un reto importante seguir ascendiendo puestos, no solo en mayor llegada de turistas, sino en derrama económica, competitividad y desarrollo social.