El turismo es una actividad altamente mudable, un sector que acapara diversas actividades dentro de un país y que engloba a un sinfín de personas dedicadas a satisfacer necesidades de diverso índole. Cada país ha desarrollado al turismo en sus mejores facetas, es decir, potencializando el tipo de turismo que represente un arraigo en su patrimonio , no obstante, un principio fundamental de este sector, requiere de adaptar modelos turísticos a las necesidades de la población en la que coexiste dicha actividad, sin olvidar que aun en un país, los Estados y las Ciudades presentan diversas necesidades, pues la cultura, su capital humano, costumbres y tradiciones no son las mismas debido a cada estilo de vida que se ha desarrollado.
Los modelos turísticos, comprenden el desarrollo y aprovechamiento de los subsectores que componen al fenómeno turístico, hablándose del cultural, religioso, gastronómico, el turismo de sol y playa, por mencionar los más desarrollados, entre otros. Estos se presentan como una alternativa de crecimiento en cada destino, pues potencializar un tipo de turismo es otorgarle identidad a cada uno de éstos, sin embargo, es necesario desarrollar no sólo el más adecuado, sino también, el que más favorezca a la gente que radica en cada destino.
Hoy en día, los modelos turísticos se encuentran en un dilema de limitaciones, por ejemplo, todos los sitios presentes en los litorales son desarrollados en un turismo convencional de sol y playa, pues es una fortaleza de los destinos, no obstante, el ramo cultural, religioso, gastronómico, etc. queda rezagado aun cuando éste se presenta como una actividad de 360°. ¿Dónde queda el desarrollo transversal del turismo? El turismo debe visionarse de manera verosímil más allá de un simple modelo turístico, pues debe gestionarse como un modelo de desarrollo.
Aunado a ello, este sector, debe apostar por un turismo alternativo que comprenda una diversificación en la demanda y que sepa integrar a los residentes, costumbres, tradiciones, estilos de vida, así como a la naturaleza y a los nuevos planes emergentes que comprenden la situación actual del mundo, como lo son los problemas sociales que asechan al siglo XXI, tales como la pobreza, la contaminación, guerras, problemas políticos, económicos, choques culturales, etc. Se debe ejecutar un turismo responsable, orientado a enfrentar los impactos negativos de este gran fenómeno que acapara al mundo.
El turismo debe ser un factor que movilice a la población en pro de la búsqueda de sus necesidades, que cree un dinamismo mundial y no limitaciones en temporalidades, que genere un desarrollo en todas sus facetas internas y externas y que nunca genere barreras multiculturales, sino que sea la llave maestra a la adaptación al mundo, estando al alcance de todos como una alianza estratégica a nivel mundial.