Conforme van transcurriendo los meses desde el despunte de la actual crisis sanitaria a nivel mundial, de lo único que se tiene certeza es que nada volverá a ser como antes. Por lo menos no mientras siga habiendo variantes del virus y sigamos siendo indiferentes al momento de acatar las recomendaciones para evitar la propagación.
Ante la inexorable llegada de la tercera ola de contagios, la población sigue con opiniones divididas. tal como se mencionó en el artículo llamado ¿Viajar o no en tiempos de COVID?, hay quienes viven con la psicosis tras haber experimentado la enfermedad ya sea de manera personal o con familiares, amigos y/o conocidos o por el simple hecho de escuchar y ver lo que se publica en los medios de comunicación; por otro lado hay quienes siguen sin creer en la existencia de dicha enfermedad.
Se considera que mientras no se tenga un plan de acción estandarizado, las olas de contagios seguirán adoptando un ciclo de «nunca acabar».
Si bien el inicio de la vacunación ha dado pie a un pequeño respiro para el alza de la economía nacional, esto no ha sido del todo suficiente para poder andar libres en cualquier sitio.
En lo que al turismo respecta, últimamente se han leído y escuchado muchas noticias de personas que se han contagiado mientras se encuentran de vacaciones, lo que ha ocasionado el repudio de la sociedad hacia los viajeros y todo el círculo partícipe: agencias de viajes, líneas aéreas, hoteles, etc.
Tristemente, el turismo está siendo catalogado como una vía de contagio altamente peligrosa y los viajeros son vistos de manera general como irresponsables, carentes de empatía, personas sin capacidad de raciocinio e incluso se ha adoptado el término “selección natural” cuando aparecen publicaciones ilustrativas sobre aglomeraciones en aeropuertos, playas, hoteles y restaurantes.
¿Es tan pernicioso viajar?, no se puede aseverar una respuesta, pero lo que sí es inequívoco es que los viajeros mismos pueden coadyuvar a que el turismo no sea visto como un peligro si no como una manera placentera de impulsar la economía, de generar movilidad y de aprender cosas nuevas. Y es que es tan simple como participar activamente en las recomendaciones sanitarias del destino que se visite:
- Portar en todo momento el cubrebocas en lugares señalados.
- Uso periódico de gel antibacterial y lavado de manos.
- Toma de temperatura constante.
- Evitar, en medida de lo posible, ser parte de una aglomeración. Por ejemplo, si hay un restaurante ya con varias personas, buscar otro o esperar a que se desocupe.
Afortunadamente, cada establecimiento turístico está llevando a cabo las diferentes medidas de seguridad e higiene señaladas por las diferentes dependencias gubernamentales. Así como también los museos, iglesias, parques, playas, etc. Lo que algunas veces puede romper el esquema de “sitio seguro” es la actitud de aquellos viajeros de comportamiento insensato, que violan, por el simple gusto de querer hacerlo, los protocolos de seguridad.
Se exhorta a la sociedad a no “satanizar” al turismo, sino tratar de direccionar los ideales hacia un área de oportunidad que se tiene a nivel nacional para contribuir a una estabilización económica. Sí, el turismo es solo una pequeña parte del PIB, pero de ahí se generan fuentes de ingresos; y ahora con la reapertura de complejos turísticos se estima recuperar aquellos empleos que se perdieron en el sector derivados de la pandemia.
Tan solo para las personas que dependen económicamente del sector turístico, la ausencia de visitantes en los destinos locales, significó una pérdida irreparable de ingresos económicos al no haber reservaciones de viajes: se detuvo la afluencia de turistas.
El cierre del tráfico aéreo y de establecimientos ya no es una solución. La solución se encuentra en las manos de todos los viajeros al realizar un viaje seguro, responsable y sobretodo, un viaje en donde el compromiso principal sea cuidarse y protegerse entre todos.
Los viajes hoy en día son vistos como una esperanza de que pronto exista una recuperación en el sector que permita retomar caminos que habían sido trazados y que por el momento se encuentran detenidos en espera de un futuro mientras la incertidumbre sigue presente.
Practiquemos todos un turismo responsable y simultáneamente vivamos experiencias únicas sin igual.