Una realidad contundente es que el turismo es uno de los sectores con crecimiento acelerado de la economía mundial.
El sector turístico tiene una gran capacidad de adaptación a nuevas y diversas circunstancias, más que otros sectores productivos. Y esto es resultado de la propia realidad en que se gesta: La única práctica que es constante y permanente, es la práctica de adaptarse constantemente al cambio. Una de las posibles razones al fenómeno que representa el turismo en la economía, es que el turismo hace mucho que dejó de ser una actividad de lujo para convertirse en un fenómeno social.
¿Sabías que el turismo ha sido la mayor exportación de México contabilizada en la balanza de pagos, desde al menos, a finales de la Segunda Guerra Mundial? Desde 1970, México gradualmente se ha convertido en uno de los más populares destinos en el mundo y que de igual forma, el turismo tiene un mayor componente en la economía mexicana. Somos un país que actualmente se ubica entre los primeros diez lugares del ranking turístico mundial.
Resulta pertinente entonces referirme a la elección del destino que depende como bien sabemos de factores relacionados con la motivación de viaje, el tiempo del que disponemos, la situación política en la que se encuentra el destino, la seguridad, el clima, nuestro presupuesto y por supuesto, la oferta turística del destino.
Las fórmulas son conocidas y repetidas una y otra vez para intentar fidelizar a los turistas:
- Aumentar la diversificación
- Reducir la estacionalidad
- Mejorar la competitividad
Argumentos marcados a fuego y que se repiten en todos los ámbitos, tanto políticos como empresariales. La realidad es que estas fórmulas pierden efectividad si la imagen del destino no es sostenida por prestadores de servicios turísticos, primeros eslabones de una cadena de valor, que realicen su labor con una firme convicción y pasión por lo que se hace, lo que en otros términos es designado con el concepto de calidad en el servicio.
La importancia de la imagen reside en que incide directamente en la percepción del viajero.
El crecimiento mostrado por México en la industria turística, ha sido rápido y ha experimentado cambios estructurales sustanciales a lo largo de los últimos 20 años transcurridos. El sector cuenta ahora con una mayor capacidad total, mayor organización central y diversificación.
En realidad son tantos los factores involucrados y tan grande es la competencia, que pienso que mucho de lo que debe y puede hacerse en el sector turismo de México es, siempre dar lo mejor del destino para fidelizar a los turistas que son “prestados” y que no nos eligen como primera opción.
Por tanto es imperativo puntualizar que el contexto actual de la actividad turística se mueve en torno al tema de la competitividad, es decir, el Turismo es un factor de desarrollo que requiere que seamos competitivos como producto turístico (Calidad y calidez: Son entonces los principales factores para ser competitivos en el sector turismo) y en este sentido reitero las palabras con las que me siento identificada, del especialista en turismo Antonio Torrejón, “No existen destinos y empresas de calidad, sin personas de calidad y no sólo calidad en términos de profesionalización, sino también de preparación humana”.