Un paseo por las alturas para visitar a la virgen negra en Barcelona

Después de mi visita a Groninga, Holanda decidí regresar a mi tierra adoptiva, Cataluña.

El reencuentro con los míos fue muy lindo y de paso aproveche para llenarme de energía y renovar el aire de mis pulmones visitando la montaña más importante de Cataluña, y a la moreneta de Montserrat.

Para llegar arriba de la montaña desde Barcelona teníamos que recorrer unos 68 kilómetros y para poder visitar a la Virgen teníamos que subir más de 800 metros de altura, en esta ocasión contacte con The Black Gloves Limousines y nos acompañó Omar.

Nos contaba Omar que la virgen de Montserrat se ha querido asociar al grupo de las llamadas vírgenes negras, pero el color parece que se debe al barniz utilizado y repintado del siglo XIX. Según la leyenda fue encontrada en una cueva por unos niños en el año 880, y el obispo ordenó que se construyera una ermita, lugar donde hoy en día se encuentra el increíble monasterio. El papa León XIII declaró oficialmente a la Virgen de Montserrat como patrona de las diócesis de Cataluña en el año 1881.

Una vez arriba puedes sentir que es realmente un lugar fantástico y con mucha energía, no me puedo imaginar cómo durante la Guerra de la Independencia en 1811, cuando las tropas francesas llegaron al monasterio y saquearon con todo lo que podían, no fueron conscientes del lugar tan mágico que se estaba profanando. 

La entrada al Monasterio es increíble, lugar de peregrinaje y de paz. Mis energías se cargaron de forma automática una vez que pise Montserrat. Después de un año bastante complicado me encomendé a la virgen para que este 2019 fuera mucho mejor, y de momento lo está siendo.

Nuestra visita fue el pasado 25 de diciembre y tuvimos la suerte de no encontrarnos con largas filas esperando para visitar a la virgen, pude disfrutar del camino hacia lo alto del altar el cual está lleno de murales, pinturas y arte allí donde miras. Cuando llegas arriba junto a la virgen y la tocas, te das cuenta que tiene a su lado al niño Jesús y en la otra mano está sosteniendo el mundo. Si te puedes girar ves desde arriba todo el santuario, increíble imagen, una gran experiencia espiritual, seas o no creyente.

Cuando acabas la visita de la virgen para salir tienes que pasar por el Camino del Ave María, lleno de velas de colores verdes, rojas y blancas, yo también aproveché para poner una vela por todos aquellos que no están con nosotros y dar las gracias. Puedo decir que logre encontrar la calma que andaba buscando.

Además encontramos un magnifico museo con exposiciones permanentes de Picasso, Dalí, entre otros y una magnifica biblioteca allí en las alturas.

Para los de que deseen pasar una estancia, allí en medio de las montañas se encuentra un pequeño hotel, lugar donde paramos para tomar un café y seguir contemplando las vistas.

Tras acabar nuestro café, Omar propuso hacer un paseo hasta la cruz de San Miguel, lugar increíble, un viento y el aire fresco hacen que tu mente se resetee y hace que puedas liberarte y sentirte libre.

Aproveche para hacer fotos y aquí os las dejo:

En definitiva, es un sitio mágico, lleno de buena energía, salí con mucha paz y mucha calma, realmente una buena experiencia para un 25 de diciembre en medio de las montañas de Montserrat.